ESTAFA
Hombre conoció al “amor de vida” por internet, pero ella lo drogó y casi le desocupa la casa, en Bogotá
Los hechos ocurrieron en la localidad de Suba, pero las autoridades pudieron reaccionar a tiempo.
Un hombre en la localidad de Suba estuvo a punto de ser víctima de robo por parte de una mujer que conoció en internet, según denunciaron las autoridades y se dio a conocer por Blu Radio.
De acuerdo con la emisora, el hombre llevaba varias semanas en conversaciones con la joven, pero no la había conocido en persona, aún así, relató, se había enamorado de ella.
El pasado jueves quedó finalmente de conocer a la mujer que decía ser el amor de su vida. Se encontraron a unos pasos de la casa de la víctima.
La joven llegó acompañada de una supuesta amiga, situación que el joven vio como algo normal. Los tres decidieron ir a la casa de la víctima para departir un rato. Momentos después, el hombre empezó a sentirse mareado hasta que perdió la conciencia.
Tendencias
Las dos delincuentes decidieron en ese momento tomar electrodomésticos, dinero y todas las cosas de valor que pudieron encontrar. De acuerdo con las autoridades, las mujeres prácticamente vaciaron la casa del hombre.
Cuando se disponían a escapar a bordo de un taxi, dos policías se percataron de que algo extraño estaba pasando y lograron detener a las dos delincuentes y regresar todo a la víctima.
Las dos mujeres fueron trasladadas ante las autoridades, mientras el hombre entabló la denuncia.
La historia de Andrés
En diciembre de 2020, SEMANA dio a conocer la historia de Andrés, un comerciante bogotano que conoció a una mujer en un evento de automóviles que, a punto de engaños amorosos, le hurtó cerca de 46 millones de pesos.
De acuerdo con la historia que le contó a la revista, Andrés se enamoró de ella después de varios meses de salir. La mujer era demandante y constantemente le pedía dinero, le compró celulares, le entregó un carro y le daba constantes regalos y detalles costosos.
Luego, para comienzos de la pandemia, la mujer le aseguró que viajaría a Medellín a visitar a su familia y pasar tiempo con ellos. Andrés no lo vio como algo extraño, sin embargo, a partir de ese ,momento la joven empezó a distanciarse de él, le contestaba con evasivas y le daba todo tipo de excusas para no regresar a Bogotá.
Frente al desespero y la corazonada de que podría estar con otro hombre, Andrés contrató a una agencia de investigadores privados quienes pudieron determinar que efectivamente la joven no vivía en Medellín sino en Dos Quebradas, Caldas, y que tenía una relación con otro hombre.
Al momento de enfrentarla, la joven se mostró esquiva y ante la amenaza de llevarla ante las autoridades, la joven le contestó que esto no tendría sentido teniendo en cuenta que ella no lo robó ni lo forzó a darle todo el dinero, él lo hizo voluntariamente.
La estafa romántica
Los dos casos se relacionan con lo que se llama estafa romántica, aunque no está tipificado como delito en el país.
Andrés Guzmán, abogado litigante y dueño del laboratorio forense informático ADALID está familiarizado con la figura de la “estafa romántica”, pero aclara que solo existe como un mito de internet. Ningún país del mundo la incluye en su legislación. “La estafa es cuando alguien promete a cambio de un bien mueble o dinero algo que no es real; en este caso se trata de una estafa basada en el amor. Lo que le prometen a Andrés es cariño y como el cariño es un intangible, pues resulta no siendo un delito”.
Guzmán utiliza incluso una analogía cruda pero simpática: “Hace algún tiempo existió en Colombia un delito llamado estupro, que en palabras castizas es “prometer para meter, y después de haber metido no cumplir lo prometido”. Era un delito en el que un hombre le prometía a una mujer casarse, y con la promesa la accedía carnalmente (tenían relaciones sexuales) después no se casaban y lo metían a la cárcel. Eso es algo que hacia 1978, 1980 se acabó en Colombia, porque efectivamente todos hubiéramos estado presos”.
Para quienes conocieron el infortunio del comerciante meses después, no cabe duda que Catalina fue la Sugar Baby, el amor falso de Andrés, quien a cambio solo se quedó con deudas y sueños rotos. “Yo no quería ser un Sugar Daddy: quería ser un esposo, un novio, pero nunca un Sugar Daddy, la verdad”.
“Fue una tristeza que en este momento yo no he podido superar. Para mí es difícil volver a estar con otra persona, volver a darle esa confianza. Yo pensé que eso nunca me iba a pasar y aquí estoy, incluso dando una entrevista porque nunca pensé en revelar lo que me había pasado, pero si me tomo la tarea de hacerlo con ustedes y estar aquí parado es para que no le pase a nadie más”, sentenció.