JUSTICIA
Homicidio al acecho en Bogotá: ¿por qué aumentaron los asesinatos?
En los primeros meses de este año se reportó un mayor número de crímenes en la capital del país, en comparación con el año pasado. El enfrentamiento de bandas criminales es una de las causas.
Bogotá había alcanzado, con el esfuerzo de varios Gobiernos, disminuir la tasa de homicidios, algo que muy pocas ciudades habían logrado en el país. Sin embargo, desde diciembre del año pasado la tendencia a la baja se rompió. El secretario de Seguridad, Hugo Acero, reconoció que en lo corrido del año el homicidio aumentó 20 por ciento, al pasar de 142 casos entre enero y febrero de 2019 a 171 en el mismo periodo en 2020. Las localidades más afectadas son Rafael Uribe Uribe, Kennedy, Bosa, Ciudad Bolívar y Mártires.
“¿Qué está pasando? ¿Cuál es la estrategia del gobierno de Claudia López para recuperar la tendencia a la baja de tantos años?", se preguntó el presidente del Concejo de Bogotá, Carlos Fernando Galán. Después de que se conocieron las cifras, muchos con preocupación se preguntaron lo mismo. Acero explicó que el aumento se debía en buena parte a los enfrentamientos por el dominio del territorio entre bandas de microtraficantes.
Así operan
Alias Francy, jefa de la banda Los Parnasos, Alias Kevin o Japiro (expendedor de drogas), Alias Jessica (integrante de la banda), Alias Burbuja (sicario). Foto: Cortesía Policía Metropolitana de Bogotá.
El problema es que después de que capturan a uno de los jefes siempre queda uno que rearma la banda y hoy todavía está libre Carranguero, quien podría volver a darle vida a esta organización criminal.
En uno de los parques del barrio Diana Turbay, alias Kevin vio que había un usurpador. Alguien que no pertenecía a ‘Los Parnasos’, la banda de expendedores de droga de la que hacía parte, estaba seduciendo a varios de sus clientes en un territorio que ellos ya habían colonizado a punta de marihuana, cocaína, bazuco y heroína. Para verificar que el hombre sí era vendedor de drogas, se aventuró a comprar también y así confirmó que ese muchacho era un intruso.
Alias Kevin llamó a su amigo, alias Burbuja, y le confirmó quién era el que les estaba quitando el trabajo. Burbuja fue a ese sitio y, sin mayor reparo, le disparó a ese expendedor de droga. Dejó el arma en cualquier lado y salió corriendo. Luego, alias Francy, la jefa de la banda, fue a recogerla. Con esa misma modalidad asesinaron a otros expendedores de droga y a algunos consumidores que les quedaron debiendo. Incluso, llegaron a asesinar a dos dealers en su propio apartamento. Pensaron que sus fechorías quedarían en la impunidad. Pero no.
Así operaba ‘Los Parnasos’, una de las bandas más peligrosas de la localidad de Rafael Uribe Uribe, en el sur de Bogotá. De esta manera mantenían el control del expendio de estupefacientes en esa zona. Desde el 2017 las autoridades, a través de interceptaciones, seguimientos, agentes encubiertos y denuncias de la comunidad pudieron dar con varios de los delincuentes. Para ese entonces la Policía Metropolitana de Bogotá capturó a alias El Rey, quien se encuentra privado de la libertad por haber participado en al menos 12 homicidios.
En reemplazo de El Rey fue encargado alias Carranguero. Como ya estaba alertado, alias Francy quedó al frente, pero también fue capturada hace unos días junto a otras ocho personas entre las que estaban alias Kevin, el sicario alias Burbuja y alias Jessica. Francy, una mujer de unos 28 años, era la encargada de recibir y controlar la droga que se vendía en esta localidad de 396.000 habitantes. El problema es que después de que capturan a uno de los jefes siempre queda uno que rearma la banda y hoy todavía está libre Carranguero, quien podría volver a darle vida a esta organización criminal.
‘Los Parnasos’ tienen sus homólogos en Rafael Uribe Uribe y otras localidades. Una de ellas es Los Curuba, en Kennedy, que también ha sido señalada de muertes violentas y que también recibieron un golpe de la Policía en los últimos días. También cayeron Los Banda Ancha, señalados de instrumentalizar a niños y adolescentes para vender drogas. Estructuras criminales como estas son las que, según la Secretaría de Seguridad, la Fiscalía seccional de Bogotá y la Policía Metropolitana han hecho que suba la tasa de homicidios en la capital. Otras zonas donde ha aumentado el homicidio son Bosa, Ciudad Bolívar y Mártires. Allí las autoridades esperan dar resultados con prontitud.
Lo que están haciendo en este momento es concentrarse en esas localidades más problemáticas y trabajando en inteligencia. Una de las estrategias que ha funcionado es enviar patrullas de Policía a esos lugares donde ya saben que se van a cometer delitos. Gracias a las interceptaciones telefónicas han logrado evitar por lo menos diez homicidios.
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¿Cómo lo van a combatir?
Después de informar a la comunidad la mala noticia, el secretario de Seguridad destacó que había un logro importante y era que en el mes de febrero de 2020 se registraron 7.566 hurtos a personas, siendo la cifra más baja de los últimos 24 meses, pues para diciembre de 2019 Bogotá tenía casi 12.000 casos.
Acero aseguró además que durante este gobierno se iba a trabajar en varios frentes para combatir el homicidio y seguir reduciendo otros delitos que preocupan a los ciudadanos como el hurto. Lo primero que quieren hacer es aumentar el pie de fuerza, pues la capital necesita al menos 10.500 policías más.
La meta mínima de este gobierno es conseguir al menos 2.000 uniformados, ya que una ciudad como Londres, con una cantidad similar de habitantes a los de Bogotá, tiene 30.000 para un promedio de 3.750 policías por cada 100.000 personas. Bogotá, con 16.663 uniformados, tiene 221 policías para esta última cifra. En comparación con otras ciudades colombianas la desproporción también es muy grande. En ciudades como Bucaramanga, Tunja o Popayán, hay unos 600 policías en promedio por cada 100.000 habitantes. Es decir, Bogotá cuenta con poco menos de la tercera parte de las capitales intermedias.
La alcaldesa ya ha tenido reuniones con el ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, y le ha propuesto financiar con dinero de la ciudad la capacitación de policías que quieran formarse, mientras que el gobierno nacional sería el que les paga el sueldo. El dinero saldría de un aporte voluntario del 10 por ciento sobre el predial que la alcaldesa le está pidiendo a los contribuyentes. La mandataria espera recoger entre 12.000 y 15.000 millones de pesos, con los que además de la formación de los policías, también espera unificar la línea de emergencia, pues hoy existen 1.023 números. Además espera que le alcance el dinero para crear un centro de monitoreo e inteligencia para aumentar la cantidad de capturas y pruebas contra los delincuentes.
Otro de los planes es construir más cárceles, pues hoy Bogotá tiene un 54 por ciento de hacinamiento en los centros penitenciarios y un 300 por ciento en estaciones de Policías y en las Unidades de Reacción inmediata. “Lo que le proponemos al gobierno es que ellos construyan una cárcel en los predios de La Picota y nosotros nos encargamos de darle la misma administración que tiene la cárcel distrital, una de las mejores del país y de América Latina”, dijo el secretario Acero.
Pero como estos dos últimos planes son a mediano y largo plazo, lo que están haciendo en este momento es concentrarse en esas localidades más problemáticas y trabajando en inteligencia. Una de las estrategias que ha funcionado es enviar patrullas de Policía a esos lugares donde ya saben que se van a cometer delitos. Gracias a las interceptaciones telefónicas han logrado evitar por lo menos diez homicidios.
También están enfocados en desarticular las estructuras criminales —en especial las dedicadas al hurto y al narcotráfico—. Sobre este último flagelo la idea es trabajar con los municipios aledaños y con las autoridades nacionales pues “las drogas acá no llegan kilo a kilo, sino que llegan en grandes cantidades por eso no podemos trabajar solo con las autoridades locales sino que debemos trabajar en conjunto con otros municipios y el gobierno nacional”, explicó Acero.
Y, por otro lado, se concentrarán en manejar el consumo problemático como un problema de salud pública. “Varios estudios han demostrado que solo el 12 por ciento de los consumidores son problemáticos, es decir, que dejan de trabajar, que tienen problemas con su familia o problemas graves de salud por su consumo. Junto al Ministerio de Salud y las entidades locales queremos trabajar con esta población”, explicó Acero.
Por último, otro frente de trabajo será evitar la reincidencia. En algunos golpes que ha dado la ciudad se ha encontrado que los delincuentes de robo, por ejemplo, tienen hasta nueve procesos por el mismo delito y siempre terminan en las calles. Muchas veces los jueces no los dejan libres porque quieran, sino porque hubo un mal procedimiento en la captura o las pruebas no son suficientes. Por eso también se concentrarán en corregir estos errores para que quienes cometan crímenes terminen tras las rejas. La meta es frenar la nueva dinámica de los asesinatos en Bogotá.