ELECCIONES 2018
De la Calle: la victoria de la opinión y Gaviria
Después de 23 años, el ex jefe negociador de paz ganó la consulta interna de su partido. Paradójicamente, el panorama hoy es más incierto. Aunque picó en punta y tiene muchas cartas que jugar, en esta campaña nada está escrito. En cualquier caso, será un protagonista clave.
La victoria de Humberto de la Calle el domingo encierra varios simbolismos. Por un lado, se podría decir que es un triunfo del proceso de paz, pues el ex jefe negociador encarna como ningún otro ese esfuerzo. Paradojicamente, Juan Fernando Cristo también fue uno de los artífices de los diálogos con las Farc, pero su papel estuvo más en el Congreso que en La Habana. Por cuenta de eso, el exministro del Interior cargaba con el bacalao de la clase política tradicional y la maquinaria, lo cual jugó en contra de sus aspiraciones para 2018. Humberto de la Calle, por el contrario, terminó siendo el candidato de la opinión y de los jóvenes.Se podría decir que si Cristo tenía a los congresistas, De la Calle tenía a los columnistas, a la prensa y a las redes sociales.
De la Calle recoge las banderas de un partido tradicional, pero llega con un aire fresco a la contienda. Se ganó ese derecho este 19 de noviembre, en las urnas, en una consulta abierta que se caracterizó por su baja participación. Apenas votaron un poco más de 700.000 colombianos. La jornada electoral se llevó a cabo contra viento y marea, en medio del escepticismo y las críticas por los 40.000 millones que costaba realizarla. Sin embargo, con ese mecanismo democrático los miembros del liberalismo decidieron escoger su carta para la compleja elección de 2018. El antiguo jefe del equipo negociador del Gobierno de Juan Manuel Santos, nacido en Manzanares, Caldas, y con 71 años de edad, será el encargado de agitar el trapo rojo en la próxima contienda.
La victoria fue estrecha. El ex jefe negociador obtuvo el respaldo del 52,96 % de los más de 600.000 ciudadanos que participaron en la consulta, frente al 47 % que respaldó al exministro Cristo. Pasadas las 7:00 de la noche la Registraduría dio los resultados definitivos. Por De la Calle 365.658 votos; por Cristo, 324.777. En ese momento fue celebración. Se registraron 690.435 votos válidos, 40.961 nulos, y 13.125 tarjetones no marcados. En total 744.521 votos tuvo la consulta del Partido Liberal.
Certificado de votación 5 #ConsultaLiberal con 100% de las mesas escrutadas pic.twitter.com/my7SwLdev4
— Registraduría Nacional del Estado Civil (@Registraduria) November 20, 2017
De la Calle no fue el único ganador de la jornada. El expresidente César Gaviria le apostó a tener una imágen discreta. De hecho, apenas se registró su salida el domingo a votar, pero se podría decir que la victoria es suya también. El Partido Liberal pagó un costo alto por hacer esta consulta. Llegó dividido y golpeado. Primero por las criticas de la opinión pública por cuenta de los altos costos de la consulta y segundo por las condiciones en que otros liberales como Viviane Morales, Juan Manuel Galán y Sofía Gaviria terminaron retirándose de ese ejercicio.
El rol que jugó el expresidente causó polémica. Al ser director del Partido Liberal, muchos le reclamaron imparcialidad en la elección, pues era público que su guiño lo tenía De la Calle. Juan Fernando Cristo fue el más duro en hacer ese reclamo. Según él, desde la cúpula del Partido Liberal se adelantó una "guerra sucia" contra su campaña. “Acepté la propuesta del doctor Humberto de la Calle, de escoger el candidato liberal mediante consulta popular el 19 noviembre. Jugué en equipo, creí en la imparcialidad del árbitro y me equivoqué. Gaviria nos engañó”, señaló Cristo en ese momento. A esa división, muchos le atribuyen que en la victoria del domingo, el expresidente no hubiera querido robar pantalla.
A pesar de la baja participación que se registraba en la calle, la jornada del domingo estuvo llena de entusiasmo. De la Calle llegó en la mañana a Unicentro, rodeado de un grupo de jóvenes, y acompañado de Antanas Mockus. La figura del exalcalde evocaba el sentimiento de la ‘ola verde‘ que tuvo lugar en las elecciones que llevaron a Juan Manuel Santos al poder. La presencia de Mockus gustó y promete ser un ingrediente importante en la campaña que se viene. Al hotel Marriot, el lugar elegido por De la Calle para recibir los resultados. La dupla de exmandatarios capitalinos dejó claro que, por ahora, Bogotá será el gran fortín político de esa candidatura. La ciudad le entregó el triunfo al ex jefe negociador. De la Calle sacó allí 74.899 de los 90.864 votos válidos. Juan Fernando Cristo alcanzó apenas 15.965.
Curiosamente, el electorado del exministro estuvo en la costa Caribe: obtuvo 118.414 contra 78.180 de Humberto de la Calle. Ganó en seis de los ocho departamentos. En Atlántico sacó 38.510 contra 28.824, en Bolívar la ventaja fue de cinco a uno (Cristo 27.285 versus 5.834). En Cesar estuvieron muy parejos, con un poco más de 5.000 votos cada uno. En Córdoba ganó Cristo con 16.869 contra 10.954 de De la Calle. En La Guajira la votación fue muy baja con 3.177 para Cristo y 1.886 para De la Calle y en Sucre también ganó Cristo con 15.299 mientras el ex jefe negociador en La Habana obtuvo 8.498 votos. Solo perdió en Magdalena y San Andrés. El tablero de esa región hizo pensar que hubo un posible apoyo de los simpatizantes de Cambio Radical que podrían haber visto en Cristo un mejor contendor para 2018.
Los paisas votaron más parejo. De la Calle alcanzó 37.973 votos en Antioquia, mientras Cristo llegó a 30.863. Los vallunos se decantaron por el ex jefe negociador, pues 47.323 personas lo respaldaron, más del doble que los que votaron por el exministro, 21.150.
En Caldas, departamento del que es opriundo De la Calle, no hubo sorpresas, allí la diferencia fue de 10643 contra 5725 votos. En Risaralda y Quindío también ganó, aunque con un estrecho margen de menos de dos mil votos en cada departamento. El eje cafetero fue suyo. Como también Arauca, Caquetá, Cauca, Chocó, Cundinamarca, Guanía (donde ganó con apenas 63 votos), Huila (le sacó más de 10.000 votos de diferencia a Cristo), y Santander.
Y en Norte de Santander, como era lógico, Cristo hizo respetar su patio y arrasó, con una gran diferencia: 38.364 contra 3.270 votos. En Nariño también duplicó en votos a De la Calle, y otros departamentos que lo favorecieron fueron Boyacá, Casanare, Amazonas y Putumayo
Una elección de coaliciones
Con este triunfo, De la Calle ya tiene pasaporte para la primera vuelta de las elecciones de mayo, si así lo prefiere. Sin embargo, desde que destapó su aspiración presidencial ha insistido en conformar una coalición que defienda los acuerdos de paz de los sectores que proponen “hacerlo trizas”. Esa coalición, en criterio del ex jefe negociador, debería conformarse para ganar la Presidencia en primera vuelta.
Por eso, al recibir la candidatura del Partido Liberal, quedó plenamente autorizado para hacer alianzas con otros partidos políticos. De momento, a De la Calle lo espera la coalición de los ‘ni-nis’, o la llamada Coalición Colombia, en cuya fotografía están Sergio Fajardo, Claudia López Y Jorge Robledo. Esta podría desembocar en otra consulta, esta vez interpartidista en el mes de marzo. En los albores de la campaña se han cruzado mensajes elogiosos. Lo que sí ha rechazado De la Calle es una alianza con el exvicepresidente de Juan Manuel Santos, Germán Vargas Lleras.
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La verdad es que De la Calle necesita estar en esa coalición a la cual llega con las banderas del más tradicional de los partidos tradicionales. Esto sucede en un momento en que los electores desconfían cada vez más de las instituciones, un sentimiento en el cual cabalgan sus competidores. Pero lo que es un hecho es que sin alianzas en 2018 será muy díficil ganar y sin esa coalición la candidatura del ex jefe negociador llegaría muy débil a la primera vuelta.
De la Calle llega con la ventaja de ser un hombre curtido en el poder. No tiene gran experiencia electoral, pero niguno de sus rivales para esa coalición ha corrido la maratón de una elección presidencial antes tampoco. De hecho, De la Calle será candidato presidencial 23 años después de su primer intento. En 1994 aspiró a ser el candidato presidencial del liberalismo, y en una consulta que tuvo más de dos millones de votos, quedó en el segundo puesto, detrás de Ernesto Samper. Los dos terminaron siendo fórmula y ganando la Presidencia. Por el proceso 8.000 De la Calle renunció a la Vicepresidencia, pero se quedó en la política. Fue ministro del Interior del presidente Andrés Pastrana (2000-2001), cargo que ya había ocupado años atrás, cuando fue el ministro que lideró la Constituyente, en el Gobierno de César Gaviria. Fue embajador de Colombia en la OEA en años de Uribe, y fue el que negoció la paz con las Farc en los de Santos. Ahora busca la Presidencia.
¿Y ahora?
La votación de Humberto De la Calle, este domingo 19 de noviembre, fue baja. Que un partido de la tradición del liberalismo no alcance siquiera un millón de votos, es un indicador de que pasa un mal momento. El exjefe del equipo negociador del Gobierno obtuvo menos sufragios que el número de firmas que están recogiendo sus principales rivales en la batalla por la Presidencia: Germán Vargas Lleras, Gustavo Petro, Marta Lucía Ramírez, Sergio Fajardo. La jornada no despertó entusiasmo ni atención de los medios. Todo lo cual dibuja un cuadro de bajas expectativas para los meses futuros.
Sin embargo, si algo caracteriza la campaña presidencial de 2018 es que, al menos en sus comienzos, es que nada está claro y todo puede pasar. La votación de De la Calle no fue muy diferente a la que obtuvo Rafael Pardo hace ocho años, y en ese entonces las toldas rojas estaban activadas porque se estaban eligiendo delegados para el congreso partidista. En un día novembrino son otras elecciones ni mucho ambiente colectivo, los más de 350.000 votos depositados por De la Calle no se pueden despreciar. Desde luego, la cifra será magnificada por sus seguidores y considerada un fracaso por sus rivales. Pero el ahora candidato liberal se ganó, al menos, un papel protagónico.
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¿Cuál será ese rol? Para De la Calle, en la batalla definitiva de su vida, la aspiración es llegar a la Presidencia. El mapa de ruta consiste en obtener un empujón y un impulso después de su victoria frente a Cristo, que lo suba en la tabla de las encuestas y proyecte la imagen de que es un candidato viable. Nunca tendrá nada asegurado, pero puede aspirar a ser un proyecto con el cual se quieran aliar otros candidatos. El mejor escenario sería obtener en marzo una bancada sólida y entrar en el juego de coaliciones con posibilidades de competir. Haber definido la candidatura significa dejar atrás la etapa de competencia interna del partido, algo que no han hecho aún las demás colectividades. De la Calle picó en punta y si sabe aprovechar el momento podría crecer.
Pero también está el escenario negativo: que no despegue. Vale decir, que el triunfo en la consulta de este 19 de noviembre no cambie las tendencias que ya se han detectado. En las cuales, el Partido Liberal no está jugando un papel relevante. En esta dirección, se corroboraría que las elecciones presidenciales de 2018 serán una contienda contra las tradiciones políticas, y que el Partido Liberal no logrará ser visto en ella como una opción renovadora.
En todo caso, nada está escrito. De la Calle tiene experiencia, respeto y puede reunir una porción significativa del voto por el Sí, que aunque perdió, alcanzó a casi la mitad de la votación. Todo dependerá de cómo se desempeñará a partir de ahora.