En video: El infierno no acabó con el desmantelamiento del Bronx

No se conoce su nombre, ni la fecha de su muerte. Ni siquiera se sabe por qué lo mataron los Sayayines del Bronx. Pero lo que se dio a conocer este lunes es que el comerciante de 52 años cuyos restos acaban de ser identificados por el Instituto de Medicina Legal  salió el 18 de junio de 2014 de su casa en un automóvil y nunca volvió.

También se sabe que murió de forma violenta, por disparos de arma de fuego y lesiones de armas contundentes y cortopunzantes. Pero eso no es una sorpresa si se tiene en cuenta que sus huesos y tejidos fueron hallados en el subsuelo de un inquilinato de fachada verde, inmerso en el corazón de la que fue durante muchos años la mayor olla de Bogotá.

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Después de que el barrio del Bronx fue desmantelado el 28 de mayo de 2016, los investigadores a cargo de las exhumaciones localizaron un primer cuerpo oculto en una fosa común escondida debajo de un edificio, el 8 de septiembre pasado.

Para encontrarlo, los agentes de la Fiscalía tuvieron que trabajar con perros y radares de alta precisión, tumbar la cocina y el baño privado de la casa debajo del que fue enterrado y extraer la mole de concreto con la que fueron fundidos los restos de su cuerpo.

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Aunque los antropólogos forenses enseguida se dieron cuenta de que se trataba de un hombre de fuerte contextura por el tamaño de sus clavículas, tuvieron que esperar a que se presentaran los familiares del comerciante para poder cotejar sus muestras de sangre y asegurar una coincidencia del perfil genético.

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Pero el trabajo fue particularmente arduo, porque varias personas desaparecieron en el Bronx en esos años y en un principio, hubo al menos tres posibles víctimas de desaparición forzada que pudieron coincidir con este cuerpo. Finalmente, después de asegurar su identidad, la Fiscalía y el Instituto de Medicina Legal pudieron entregar el cadáver a los familiares del finado quienes pidieron conservar su nombre en el anonimato.

Pero el infierno del Bronx que durante años desafió a los principales poderes del Estado situados a un lado de la plaza en la que operaban las organizaciones criminales conocidas como Ganchos y protegidas por los Sayayines podría no estar próximo a terminar.

Porque a medida que se avanza en la pesquisas, explicaron el director del CTI Luis Alberto Pérez y el director de Medicina Legal, Carlos Eduardo Valdés, siguen encontrándose más fosas comunes y cuerpos que identificar.

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Junto con el cadáver del comerciante también fueron localizados los restos óseos de dos personas más sepultados en diferentes inmuebles, de los cuáles aparentemente unos corresponderían  a los huesos de una mujer. De acuerdo con lo que indicó Valdés, ambos habrían muerto también de forma violenta por agresiones contundentes y corto punzantes.

Por ese motivo, las autoridades solicitaron a todos los familiares de personas que hayan tenido parientes desaparecidos en el lapso de 2 o tres años al hallazgo acercarse a medicina legal para poder cotejar los perfiles genéticos y tratar de identificar los cuerpos de las víctimas aún sin reconocer del Bronx.