| Foto: Fotomontaje Semana

ELECCIONES 2018

¿Pruebas de fraude o simples errores de los jurados?

En redes sociales circulan imágenes de formularios de escrutinio con tachones y enmendaduras. El Pinochómetro verificó si estas imágenes son reales o no y si tienen algún valor para demostrar que existió alguna irregularidad en la jornada electoral del domingo. Esta es la conclusión.

29 de mayo de 2018

Una de las primeras afirmaciones que hizo Gustavo Petro en su discurso del pasado domingo, luego de confirmar su paso a la segunda vuelta presidencial, fue que los resultados divulgados por la Registraduría coincidían con los datos de la auditoría hecha por su propio movimiento.

Esa declaración despejó el fantasma de fraude que había rondado la semana anterior a la jornada electoral, luego de que el mismo Petro denunciara que el software de la Registraduría estaba alterado y que esa entidad no había permitido que se le hiciera una auditoría técnica independiente.

Horas después de su discurso, sin embargo, sus seguidores volvieron a extender el manto de duda sobre los escrutinios cuando comenzaron a compartir en sus cuentas de Twitter imágenes de formularios E-14 de distintas mesas de votación en el país con cifras repisadas, alteradas o tachoneadas. Petro replicó algunos de estos tuits.

¿Son estas imágenes un nuevo ejemplo de ‘fake news’ o son pruebas reales de que verdaderamente hubo alteración en los formularios? ¿Y, si hubo dicha alteración, es correcto hablar de un fraude electoral?  Esto es lo que encontró el Pinochómetro.


¿Las imágenes son reales?

El Pinochómetro comparó más de una decena de imágenes que han circulado en redes sociales y confirmó que sí coinciden con los formularios E-14 reales, publicados en la página de la Registraduría. Es decir, aunque es probable que algunas de las imágenes que circulen en redes hayan sido montadas o editadas, por lo menos las que revisó el Pinochómetro son reales. Estas son algunos ejemplos de los que se verificaron. La imagen de la izquierda corresponde a la tomada de Twitter y la de la derecha a la tomada de la página de la Registraduría.

Como se puede apreciar en las imágenes, algunos de los números presentan alteraciones, están repisados o están escritos aprovechando una línea trazada previamente, lo cual sugeriría que se le están agregando decenas de votos a un candidato. Es decir, las imágenes que han circulado en Twitter sí constatan un hecho real, que algunos formularios de escrutinio llenados por los jurados de votación tienen enmendaduras o algún tipo de alteraciones.

¿Las imágenes son prueba de un fraude?

La conclusión que han sacado los usuarios de Twitter con base en estas imágenes es, por decir lo menos, apresurada. Si bien es cierto que los formularios de escrutinio no deben tener tachaduras ni alteraciones, y así se lo enseña la Registraduría a los jurados en las instrucción que les da antes de cumplir su labor, las imágenes que han circulado por redes sociales no son prueba suficiente de que exista un fraude.

“Acá todo se volvió fraude, pero un error no necesariamente es fraude”, explica Jaime Hernando Suárez, Registrador Delegado en lo Electoral. “Si un jurado se equivoca, como le puede pasar a cualquier persona, simplemente se hace el respectivo reconteo”.

Suárez explica que en cada mesa de votación no se llena un formulario E-14 sino tres y que el que llenan los jurados no es el que se utiliza para hacer los escrutinios. El que tiene valor para ese fin es el que tienen en su poder los claveros, que son las personas que custodian la seguridad del material electoral.

Así, aunque un jurado se equivoque al llenar su formulario, esta enmendadura no necesariamente aparece en los otros dos formularios, en especial en el que custodian los claveros. Pero, incluso si hay errores en estos formularios, pueden corregirse cuando se hace el escrutinio de los votos, que es el momento que verdaderamente cuenta para efectos legales, y en el que hay presencia de testigos electorales. En este ejemplo, suministrado por la Registraduría, se ve cómo en el formulario de los jurados hubo una alteración, pero no en el formulario que se entregó a los claveros.

Dice Suárez que otro indicio de que no hay ninguna irregularidad es que el número total de votos en la mesa no se ha modificado.

Suárez afirma que esta situación no es anormal, está prevista en el Código Electoral, que lo que ordena simplemente es hacer el reconteo de la mesa durante los escrutinios. Además, se da en un número tan bajo de casos, que no tiene ningún efecto en el resultado final de la elección. “Digamos que se da en 300 mesas, que ni siquiera es en tantas en las que ocurre. Frente a 96.724 mesas que hay en el país, eso no es ni el 0,3 por ciento de las mesas”, asegura.