POLÍTICA
Implosión en el Centro Democrático: indignación, choques e intrigas en el partido tras la confesión de Óscar Iván Zuluaga en audios revelados por SEMANA
El excandidato presidencial Óscar Iván Zuluaga será imputado este martes por haber recibido dineros de Odebrecht para su campaña de 2014, tal como lo prueban los audios revelados por SEMANA. La tensión en el partido es total. ¿Qué viene ahora?
El Centro Democrático, el partido del expresidente Álvaro Uribe, vive uno de los momentos más turbulentos en sus nueve años de historia. La imputación de cargos contra el excandidato presidencial Óscar Iván Zuluaga, uno de sus principales líderes, y programada para este lunes, plantea dudas sobre el futuro de la colectividad. Las grabaciones divulgadas por SEMANA, en las que se escucha a Zuluaga reconocer que recibió dineros de Odebrecht para su campaña de 2014, en medio de sus conversaciones con Daniel García Arizabaleta, cayeron como un baldado de agua fría. En sus filas hay indignación, división, rabia, preocupación, desconcierto y, ante todo, incertidumbre.
Hasta hace unas semanas, Zuluaga siempre había negado haber recibido dineros de Odebrecht para su aspiración de 2014, en la que compitió con el entonces presidente-candidato Juan Manuel Santos, también en la mira por recibir presuntamente dineros de Odebrecht. Por eso, escuchar a Zuluaga aceptando que la multinacional del soborno pagó la asesoría del estratega brasileño Duda Mendonça, por 1,6 millones de dólares, causó conmoción.
SEMANA conversó con decenas de líderes del Centro Democrático sobre lo que está ocurriendo y algunos expresaron su punto de vista bajo reserva de identidad. A varios les cuesta trabajo asimilar que Zuluaga podría terminar en la cárcel por falsedad en documento privado, fraude procesal y enriquecimiento ilícito de particular. Su hijo David, quien era el gerente de la campaña, será imputado por fraude procesal. En medio del dolor, la tristeza y la indignación, el propio Uribe fue el primero en reaccionar. “Elegimos a Juan Manuel Santos y terminó con las Farc, sobornos de mermelada y Odebrecht; la tragedia del caso de Óscar Iván; congresistas con delitos de dineros entregados por el Gobierno Duque. Todo un engaño a tantos que lo han hecho bien y creen en estas tesis. Invitaré a considerar decisiones para no afectar a quienes merecen la confianza popular”, afirmó.
El exmandatario reveló que Zuluaga le expresó en su momento que en Brasil “nada había contra él”, y también aprovechó para pasarle una cuenta de cobro a García Arizabaleta. “Nos reunimos, delante de Ernesto Macías. Le dije: Daniel, ¿esto es verdad? Y me respondió: “No es verdad”. Le expresé: ¿por qué no lo enfrenta? Nunca lo enfrentó”.
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Además, reveló lo que habló con uno de sus abogados defensores, Jaime Granados. “A raíz de información periodística sobre las pruebas contra Santos que tendrían las autoridades de Brasil, pregunté al doctor Granados por la noticia de los pagos de Odebrecht a Santos. El doctor Granados me contestó que no me podía decir por su acuerdo de confidencialidad con Odebrecht”.
Hasta ahora, Uribe no ha conversado con Zuluaga. La gran preocupación del expresidente es que el comité político que él nombró defina cuanto antes cuál será el camino a seguir. En ese sentido, el expresidente Iván Duque ha dicho que esta crisis deberá ser sorteada. “El Centro Democrático es el partido más exitoso de los últimos 100 años en Colombia. Nació a la vida jurídica en 2014 y ese año ganó la primera vuelta y obtuvo 20 senadores. En 2018 registró la mayor votación al Senado y ganó la presidencia. No hay ningún partido que haya hecho algo así. Es un partido que ha pasado por momentos difíciles”, le dijo Duque a SEMANA. “Los partidos pasan por crisis. Ahora hay que reflexionar e ir mucho más allá de los ‘ismos’, el movimiento no se puede quedar en la discusión de uribismo o duquismo, sino seguir consolidando su doctrina. Hay que hacer una revisión de los logros que se han tenido y abrir las oportunidades para nuevos liderazgos. El rol de los expresidentes es seguir impulsándolos”, agregó el exmandatario.
En el uribismo, en medio de la crisis, algunos han sido enfáticos para marcar distancia. Uno de ellos es José Obdulio Gaviria, uno de los fundadores del Centro Democrático y hombre cercano al expresidente Uribe, quien fue tajante: “Doy por sentado lo que Zuluaga dijo en esas grabaciones, le salía del alma, era la verdad. No necesitamos más explicaciones ni justificaciones”.
El pasado martes 4 de julio, un equipo integrado por los senadores María Fernanda Cabal, Miguel Uribe, Alirio Barrera y Óscar Darío Pérez se reunieron en la sede del Centro Democrático en Bogotá y hablaron durante casi cuatro horas sobre qué hacer frente a Zuluaga. El excongresista Gabriel Jaime Vallejo, amigo personal de Zuluaga, y hoy secretario general del partido, participó del encuentro. Mientras tanto, Paloma Valencia asistió vía Zoom porque está de vacaciones en San Francisco.
Ese día, las tensiones y divisiones internas quedaron servidas sobre la mesa. El gran debate entre los cinco congresistas era qué posición fijarían a través de un comunicado de prensa que exigía a gritos la opinión pública. Por un lado, estaba la opción de rechazar las controvertidas actuaciones de Zuluaga y mostrar indignación por lo ocurrido. Por otro lado, reinaba la prudencia para un hombre que se convirtió en una especie de consejero espiritual del Centro Democrático. En medio de la más dura crisis de Uribe, cuando terminó privado de su libertad en su finca, en la investigación de la Corte Suprema por supuesta manipulación de falsos testigos, el exministro de Hacienda apareció en agosto de 2020 y tomó las banderas del partido. Convocó a las bancadas de Senado y Cámara y encarriló un movimiento que en ese momento se sentía huérfano.
Después de varias disertaciones, el comité político del Centro Democrático no llegó a ningún acuerdo. No hicieron a tiempo un pronunciamiento porque algunos congresistas prefirieron quedarse con las palabras de Uribe y soportar el chaparrón. “Se asustaron con la crisis y no reaccionaron a tiempo”, dijo un congresista. El escándalo les tomó ventaja, añadió otro dirigente.
El representante a la Cámara Hernán Cadavid, uno de los hombres más cercanos a Uribe, señaló: “Frente al país no podemos decir que no hay un golpe a la credibilidad. Claro que lo hay. Ahora el trabajo es hacer una recomposición, que no es rápida. Hay que decirle a la gente que esta crisis de ética política también nos tocó”.
“El Centro Democrático tiene una responsabilidad política muy grande en este caso y la debe enfrentar con firmeza, franqueza y coherencia. No se puede ser crítico implacable de lo que ocurre en otras colectividades y meter la cabeza como el avestruz frente a los problemas internos”, enfatizó Ernesto Macías, quien ya no forma parte del partido.
En las reuniones de los quíntuples –también llamado comité político del Centro Democrático–, no se habló de expulsar a Zuluaga del partido, pero las bases y algunos militantes con reconocimiento exigían su renuncia. “El partido tiene que asumir la responsabilidad política que eventualmente le corresponda. La medida obvia era expulsar a Zuluaga, pero él se adelantó y renunció a su militancia”, afirmó el exembajador Alfredo Rangel. José Obdulio Gaviria pensó durante la semana que el excandidato sería retirado de la militancia, pero no ocurrió.
María Fernanda Cabal, quien pertenece al comité político, era amiga personal de Zuluaga hasta noviembre de 2021, cuando, en una controvertida elección interna, se quedó con la candidatura presidencial por el Centro Democrático. SEMANA conoció que importantes dirigentes del partido en su momento pidieron ungir a Zuluaga sin que compitiera con sus compañeros.
Cabal aceptó el triunfo, pero no se tragó el sapo. Desde ese día, sus más cercanos colaboradores hablaron de un fraude en el proceso de escogencia y ella tomó distancia. “A mí me da mucho dolor con el presidente Uribe, que fue una persona que entregó su vida por este país. Se le ha pagado muy mal, con mucho desprecio, indiferencia, incluso, con persecuciones judiciales y de todo tipo, cuando él confió, él le preguntó a Daniel García y a Óscar Iván Zuluaga y lo engañaron”, dijo.
Paloma Valencia, quien también forma parte de dicho comité, afirmó que se sentía engañada y decepcionada. Y aunque prometió inicialmente guardar silencio, estalló en sus redes sociales. “Óscar Iván ha sido nuestro candidato, sujeto de tanta confianza que queríamos que fuera nuestro presidente. Tenemos desconcierto y tristeza. Todos los colombianos que votamos y creímos en él nos sentimos engañados. Muchos salimos a defenderlo de estas acusaciones”, manifestó.
El senador Miguel Uribe no estaba en el Centro Democrático en 2014 cuando ocurrieron los hechos y no se pronunció frente a lo ocurrido. Tampoco lo hicieron los senadores Alirio Barrera y Óscar Darío Pérez.
El Centro Democrático aún no ha salido de la tormenta. SEMANA conoció que el miércoles circuló un borrador de un texto en el que decían “que la situación ocurrida con Óscar Iván Zuluaga es de defraudar la confianza del Centro Democrático, sus directivas y simpatizantes”. Aclaraban que él no había sido candidato por el partido porque en 2014 el Centro Democrático no se había constituido y, por tanto, no había manejado los recursos de esa campaña. Sin embargo, el texto, que no alcanzó a aprobarse, se archivó porque a las 8:30 a. m. de ese día Zuluaga le puso fin a su permanencia en el Centro Democrático. Llamó telefónicamente a las directivas y confirmó que enviaría su carta de renuncia. No entregó más detalles.
Minutos después, el documento, dirigido a la directora Nubia Stella Martínez, llegó al WhatsApp de uno de los teléfonos del partido. El mensaje era escueto: “Por medio de la presente me permito informarle de mi retiro del Partido Centro Democrático”.
Esa comunicación de pocas palabras tiene una razón. SEMANA estableció que Zuluaga estaría molesto porque se siente solo y abandonado. En contraposición, muchos de sus copartidarios se sienten traicionados y engañados
Lo que viene
Hay un caos interno tan grande en el partido que cometieron una burrada esta semana cuando enviaron un comunicado pidiendo investigar las campañas de Santos, Zuluaga, Gustavo Petro y Duque. Eso provocó un malestar tan grande que el expresidente Uribe exigió una nota aclaratoria. Duque también estaba indignado. Fue un desastre total. El partido tuvo que rectificar, pues la campaña de Duque fue escrutada y se concluyó que fue transparente. De cara al futuro, no se descarta un relevo en la dirección del partido.
En los últimos días, la colectividad recibió otro golpe. Una de sus figuras más destacadas en el Senado, Ciro Ramírez, fue llamado a interrogatorio por la Corte Suprema en las investigaciones por el caso de Mario Castaño, condenado por corrupción.
A juicio del excandidato presidencial Rafael Nieto, hay que reconocer que el Centro Democrático tiene una responsabilidad política. En 2018, Álvaro Uribe, quien conocía el calibre de la investigación de Odebrecht que recaía sobre los hombros de Zuluaga, se atravesó a su aspiración presidencial y fijó sus ojos en Iván Duque, quien se convirtió en el sucesor de Santos. “Pero, unos años después, sin que hubiera habido ningún cambio sustantivo, la posición del Centro Democrático cambió y le dieron el visto bueno a Óscar Iván Zuluaga para que participara, con plena conciencia de que ganaría. ¿Por qué?”, preguntó Nieto.
También, según él, debe existir una autocrítica frente a Daniel García Arizabaleta, el hombre que grabó a Zuluaga y entregó el material a la Fiscalía en medio de su principio de oportunidad. “Las dudas sobre él y Odebrecht estaban puestas sobre la mesa, varios lo dijimos. Yo se lo dije personalmente a Uribe, que había que buscar una dirección política del partido. Sin embargo, se respaldó a Daniel García Arizabaleta durante todo el tiempo. Él decidió ser candidato al Senado. ¿Por qué se le dio el aval?”, interrogó nuevamente Nieto. SEMANA estableció que hubo consultas informales de dirigentes del partido a la Fiscalía en ese momento sobre la situación jurídica de García Arizabaleta. El ente acusador dijo que el proceso era complicado.
El expresidente Uribe regresará a Colombia después de la segunda semana de julio y lo más probable es que se convoque a una reunión para hablar del tema. Como reconoció Cabal, la colectividad tiene que salir adelante. “Hoy empezamos otra vez a renacer como partido”, afirmó. Alfredo Rangel cree que “el Centro Democrático se recuperará de este golpe moral que, desafortunadamente, está padeciendo”. Los más pesimistas están pensando en que la única solución es disolver el partido y dejar en libertad a sus militantes. Esta salida es considerada por otros como una locura y están dispuestos a luchar para sacar la colectividad adelante.