NACIÓN
Generación Zoe, la estafa en la que cayeron miles de colombianos; las víctimas exigen justicia contra los responsables de esa pirámide
SEMANA revela dramáticos testimonios de víctimas que lo perdieron todo. La pirámide operó igual que DMG. Afectados exigen justicia.
Una estafa monumental, que podría compararse a lo ocurrido con DMG, ha dejado miles de víctimas en el país. Son personas que terminaron en la quiebra, perdieron sus casas y bienes, y hasta a sus familiares, ya que muchos decidieron quitarse la vida o salir de Colombia. La pirámide se conoce con el nombre de Generación Zoe, un esquema ponzi, como se le conoce a este modelo. Su creador, Leonardo Cositorto, está hoy preso en Argentina y respondiendo ante la justicia. Es un multimillonario que logró convencer y estafar a incautos prometiéndoles grandes sumas de dinero en toda América Latina.
Su caso y el de sus socios ha sido tan sonado que Netflix prepara una serie sobre su vida y la mega estafa que concretó. Uno de los emporios más grandes de Cositorto estaba en Colombia, donde su pirámide no había sonado hasta ahora.
De hecho, durante varios meses se escondió aquí de las autoridades argentinas antes de que fuera capturado en República Dominicana porque tenía una circular roja de la Interpol.
En Colombia ha reinado la impunidad frente a Generación Zoe. Las víctimas reclaman que nadie les responde, a pesar de que tienen claro quiénes son los líderes y socios de Cositorto en el país. A diferencia de David Murcia Guzmán, esas personas siguen disfrutando de inmensos privilegios.
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SEMANA conversó con víctimas de la estafa. Sus historias son similares. Primero les prometieron educación gratuita y luego la posibilidad de realizar un negocio con una rentabilidad cercana al 40 %. Ninguno vio realizadas esas promesas.
Hay casos impactantes. Personas que se quitaron la vida, que abandonaron el país y no volvieron a saber de sus familiares. Otros lo perdieron todo: casas, fincas y hasta ganado. Las cifras se calculan en miles de millones de pesos y no hay quién responda. Muchos han interpuesto denuncias ante la Fiscalía, pero luego de un año no hay respuestas.
Coinciden en que no temen denunciar a los estafadores y que irán hasta las últimas consecuencias para ser reparados. Algunos prefirieron hablar bajo anonimato por temor a represalias. Otros dieron la cara.
Una de las víctimas es María de la Cruz Rojas, una mujer de 62 años de edad que invirtió 2.000 dólares, parte de un dinero que tenía de la venta de una propiedad. Su hija fue quien la convenció de hacerlo. Nunca le devolvieron nada del dinero prometido, ni siquiera parte de la plata que consignó. Actualmente, no se habla con su hija porque ella se fue a Estados Unidos y dice que si es necesario interpondrá acciones en su contra. “Si me toca denunciarla, lo hago”, afirmó.
Otro caso impactante es el de un señor de Santa Marta que se quitó la vida, luego de que su madre murió de un infarto tras haber perdido la casa familiar que invirtieron en la pirámide. Más personas han sufrido de depresión. Contaron sus historias al borde del llanto porque aseguran que quedaron sin nada y no saben qué hacer. Una de ellas es una mujer que reside en Bogotá. Afirmó que entró al negocio porque un amigo la convenció de poner el dinero de la venta de su única casa para ganarle más plata. Eran 115 millones de pesos, de los cuales solo le devolvieron 10 millones. “Ha sido muy duro. Todas las noches lloraba, quedé sin nada. Antes tenía mis cosas y estaba bien”, asegura.
Rafael de Hoyos, otra víctima en Medellín, señala que invirtió 57 millones de pesos y perdió todo. “Nunca recibí tan siquiera un interés, ni un peso, nada”, afirmó. Uno de los líderes le respondió que no se preocupara, que la plata iba a aparecer, sin embargo, eso no ha ocurrido. Hoyos también radicó una denuncia ante la Fiscalía -como han hecho casi todas las víctimas- pero dice que no ha tenido mayor información. Señala que toda su vida le había huido a este tipo de negocios, pero terminó cayendo por el nivel de convencimiento de los líderes, que tienen un discurso basado en el cristianismo.
La estafa no solo se dio en grandes ciudades. También llegó hasta Saravena, Cauca, una región que, además de haber sido azotada por el conflicto, fue impactada por la pirámide. Según una víctima de la comunidad, varios campesinos vendieron sus tierras y su ganado con la promesa de ganar dinero y quedaron sin nada. “Gente humilde, de campo, que tenía su finquita, sus animalitos, que se ha ganado la plata al pulso y sudor”, dijo. Él, por ejemplo, invirtió 19 millones de pesos que tenía ahorrados para un negocio que quería emprender.
Muchas víctimas son comerciantes, personas de clase media que en general tenían algunos bienes y estaban en búsqueda de una oportunidad. También hay perfiles más altos que fueron engañados. Todos cayeron.
Un ingeniero de Bogotá, que prefirió no dar su nombre, vio de cerca el negocio que manejaban los líderes en Colombia, tanto así que firmaron un contrato por prestación de servicios que le incumplieron a los pocos meses. Así mismo, invirtió en el negocio al igual que su familia. Asegura que en total fueron más de 50 mil dólares, es decir, unos 242 millones de pesos al cambio de hoy entre todo su círculo familiar. Su última inversión en solitario fue de 10 mil dólares, unos 49 millones de pesos.
El ingeniero tuvo la oportunidad de conocer de cerca el negocio, cuenta que evidenció cómo le llegaba dinero en efectivo de a millones a los líderes en las oficinas en Bogotá, una de ellas, ubicada en Corferias. No era la única sede. Tenían salones y oficinas donde dictaban sus charlas en Medellín, Itagüí, Cúcuta, entre otras ciudades y municipios.
Además, hacían convenciones dentro y fuera del país. El ingeniero estuvo con ellos en Cartagena, Medellín y hasta Dubai, todo lleno de lujo en los mejores hoteles. El premio era dado a los que más invertían. Era tanto el dinero que se manejaba allí que en varias ocasiones dice haber visto la presencia de políticos y hasta de reconocidas presentadoras.
¿Pero quiénes estaban detrás del negocio en Colombia? A pesar de que todos responsabilizan a Cositorto -preso en Argentina- como el máximo líder, hay dos colombianos que las víctimas señalan de ser los máximos responsables: Rooger Ramírez García y James Spencer. Ellos, además de Cositorto, aparecen como representantes legales de tres empresas (ver documentos) desde las cuales se manejaba, presuntamente, Generación Zoe en Colombia: Asociación Latinoamericana de Coaches Cristianos S.A.S. (A.L.C); Confederación Mundial de Coaches S.A.S. (C.M.C); y Escuela Empresarial de Coaching y Negocios S.A.S. En los documentos conocidos por SEMANA de registros de Cámara y Comercio se detalla que los representantes de esas empresas son Cositorto, Spencer y Ramírez.
Escuela Empresarial de Coaching - James Spencer by Semana on Scribd
Esta revista también conoció un video en el que Spencer se encuentra en una oficina con Cositorto y su principal socio, el argentino Maximiliano Batista. Allí, Spencer los defiende, a pesar de que ya eran buscados por las autoridades argentinas.
James Spencer Ruiz, con sus socios estafadores Leonardo Cositorto y Maximiliano Batista, un par de días antes de que se profugaran. pic.twitter.com/qRDnEMbA6l
— Javier Smaldone (@mis2centavos) March 17, 2022
“Vamos a estar al frente. Ustedes están viendo al señor Leonardo Cositorto, al señor Maximiliano Batista, ellos viajan por todo el mundo (...) lo que estamos haciendo es transformar el mundo. Te dejo con esa, ¿qué estás haciendo tú para poder transformar el mundo? ¿te estás dejando llenar de comentarios tóxicos y no lograr lo que quieres lograr simplemente porque salen informaciones?”, preguntaba Spencer. Luego, los argentinos fueron capturados y no se tiene rastro del colombiano.
SEMANA se comunicó con Rooger Ramírez, quien negó que fuera líder de esa organización. Además, responsabilizó a Spencer y a Cositorto de ser las verdaderas cabezas. “Lo último que supe fue que hace un año él (Cositorto) constituyó una empresa acá en Colombia para realizar sus recaudos y que el representante legal era el señor James Spencer”, afirmó y reconoció que tampoco sabe de su paradero. “No sé por qué me vinculan si yo fui un afectado más”, dijo. Y que la C.M.C., empresa que sale a su nombre no tenía relación con Generación Zoe. Pero la versión de las víctimas es distinta y en varios videos se ve a Ramírez impulsando a las personas a hacer el negocio, dando charlas y hasta entregando vehículos de alta gama.
Además, esta revista conoció el expediente de la imputación a Cositorto en un juzgado de Córdoba, Argentina, en la que el líder de la pirámide afirmó que Ramírez fue su socio en Colombia cuando el negocio llegó al país.
“De ocupación empresario hace cinco años formé la C.M.C. (Confederación Mundial de Coaches) con sede principal en Bogotá y la ALCC (Asociación Latinoamericana de Coaches Cristiano), con sede principal en Bogotá con cuentas corrientes en Banco Davivienda y Bank Colombia (sic), siendo apoderado Roger (sic) Ramírez y el declarante, ahora las cuentas están bloqueadas, Zoe (con cuenta bancaria en BBVA)”, dijo Cositorto en el expediente a la justicia argentina en su imputación.
Y agregó: “Mi base principal era Colombia, ahí trabajaba con la C.M.C., A.L.C. y Zoe, en el área educativa, utilizaban la cuenta BBVA”. La imputación se realizó el 25 de abril del 2022.
Las víctimas señalan que Ramírez sigue estando presente, pero que no responde por los dineros. Incluso, contrató a la firma de abogados Londoño y Asociados. César Londoño, cabeza de ese buffet le reconoció a SEMANA que llevan casos de la C.M.C, aunque no quiso dar detalles argumentando la privacidad de su cliente.
Los perjudicados reclaman que los responsables de la millonaria estafa no han pagado por lo que hicieron y exigen justicia. Isabel Olivares es una de las afectadas que ha congregado a cientos de personas para buscar respuestas. Solo pide una cosa: “Si nos van a robar, pues que nos roben, pero luchando, guerreando, y que por lo menos los responsables tengan que responder en las autoridades. Que nos roben el dinero, pero no la dignidad”.