NACIÓN
Imputan cargos a presunta autora material del homicidio de Campo Elías Galindo, líder de Colombia Humana
Para lograr la identificación y posterior captura de la implicada, se revisaron 300 horas de video durante 23 días.
Luego de que el pasado 28 de septiembre fuera asesinado en Medellín Campo Elías Galindo, militante de Colombia Humana en esa ciudad, este miércoles la Fiscalía anunció la captura de la presunta autora del crimen.
Un juez de control de garantías de Medellín impuso medida de aseguramiento en centro carcelario contra Lina Marcela Pérez Álvarez, por su presunta responsabilidad en el homicidio de Campo Elías Galindo, quien era militante del movimiento de la Colombia Humana, esto a petición de la Fiscalía General de la Nación.
El ente acusador le imputó los delitos de homicidio agravado y hurto calificado, por los hechos ocurridos el 28 de septiembre último en el barrio Laureles de Medellín (Antioquia), en el apartamento de la víctima, donde fue hallado su cuerpo sin vida. Según las indagaciones y primeras hipótesis, el crimen obedecería a motivos pasionales, pues mediante los elementos materiales probatorios recaudados se evidenció el tipo de relación de Campo Elías Galindo con su presunta victimaria, con quien sostenía encuentros frecuentes.
Pérez Álvarez fue capturada este 10 de noviembre en Medellín por uniformados de la Dijín Cuerpo Élite - Sijín Meval, en un trabajo articulado con la Unidad Especial de Investigación (UEI) de la Fiscalía. En las diligencias de allanamiento al inmueble de la procesada, fueron hallados el computador y un celular que le habrían sido hurtados al líder político.
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Estos resultados forman parte de la estrategia de investigación y judicialización por afectaciones a defensores de derechos humanos, desarrollada bajo los lineamientos del fiscal general de la Nación, Francisco Barbosa Delgado.
En lo que va corrido del año, siete militantes de Colombia Humana han muerto, cuatro de ellos en el último mes. La tragedia comenzó el primero de octubre con el asesinato de Campo Elías Galindo, profesor de la Universidad de Antioquia. Hasta donde se sabe, personas armadas irrumpieron en su apartamento en Medellín. Todavía no han entregado el resultado de la necropsia ni hay posibles sospechosos.
Su hermana Doris Galindo, quien lo encontró muerto, ha pedido a la Policía retractarse de la hipótesis de un robo, pues para ella su hermano murió por su actividad académica y política. Galindo fue el coordinador de Colombia Humana en Medellín.
Apenas 20 días después se conocieron dos asesinatos más, casi simultáneos, pero en departamentos diferentes. En zona rural de Popayán abalearon a Gustavo Herrera, coordinador de la campaña presidencial de Petro en Cauca.
Otros líderes asesinados
En Campoalegre, Huila, atacaron a bala al líder petrista y agrario Eduardo Alarcón. A esto se sumó el asesinato del militante de la Colombia Humana y abogado Arquímedes Centenaro Carriazo en la masacre de San Marcos, Sucre, en la que también murieron cuatro personas más que integraban el Comité de Defensa de los Playones y Sabanas Comunales. Estos hechos violentos no son aislados.
En muchos casos las víctimas no solo son militantes del petrismo, sino que han trabajado por causas sociales de sus comunidades. “El día que me maten no sé de dónde va a venir la bala”, dice Luis Ernesto Olave, porque ha denunciado en Chocó a todos los grupos armados y al mismo Ejército. Él es vocero del paro cívico del Chocó y coordinó la campaña presidencial de Petro en ese departamento. En 2018 recibió una amenaza de alias Uriel, el abatido comandante del ELN, y tuvo que salir del país, pero regresó ante la promesa de mayor protección del Estado. Sin embargo, tras las elecciones territoriales de 2019 las amenazas alcanzaron tal calibre que en enero de 2020 tuvo que salir del departamento.
En los últimos dos meses, Colombia Humana ha registrado 50 amenazas a sus líderes. “Esto manda un mensaje muy claro: sectores diferentes no pueden gobernar”, advirtió la representante a la Cámara María José Pizarro. Para la senadora de la Unión Patriótica Aída Avella, con los líderes sociales y militantes de la oposición aplican “exactamente los mismos métodos; aquí hay manos del Estado, nunca un genocidio es espontáneo, siempre es planificado”.