JUSTICIA
Imputan el delito de acto sexual violento al periodista Alberto Salcedo Ramos
De ser hallado culpable, el cronista podría ser condenado a entre 8 y 16 años de cárcel. El comunicador no aceptó cargos.
Este jueves la Fiscalía General de la Nación imputó al reconocido periodista Alberto Salcedo Ramos el delito de acto sexual violento, esto tras dos denuncias públicas realizadas a mediados del año pasado luego de que en redes sociales y un canal de YouTube se expusieran varios casos de presunto acoso por parte del cronista.
En su momento, 22 mujeres denunciaron haber sido víctimas por parte de Salcedo Ramos quien, de ser hallado culpable, podría ser condenado a entre 8 y 16 años de cárcel.
Sin embargo, en la audiencia virtual de este jueves se escucharon testimonios de dos denuncias formales que llegaron al ante acusador y que relatan hechos al parecer ocurridos en 2014.
Ambos relatos dibujan un escenario de acoso del que Salcedo Ramos sería el responsable. Las mujeres describieron hechos y circunstancias diferentes, pero con un punto en común: el escritor las habría invitado a su apartamento en el sector de Chapinero, en el nororiente de Bogotá, donde ocurrieron los hechos.
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La Fiscalía leyó los cargos y dejó a consideración del ahora imputado la posibilidad de aceptarlos. Sin pedir tiempo para analizar esa propuesta, el comunicador rechazó los señalamientos de la fiscal del caso y no aceptó cargos.
Según uno de los testimonios conocidos en la audiencia, Salcedo Ramos habría agredido a una mujer al interior de un ascensor. “Ya para que el ascensor se detuviera, la agarró y la besó a la fuerza, cosa que le sorprendió y por lo que quedó en estado de shock porque para ella, él era simplemente una persona modelo y ejemplo para perseguir logros futuros como periodista”, leyó la fiscal.
Además, en su testimonio la víctima afirmó que, una vez ingresaron al apartamento “la condujo a su habitación y allí la arrojó contra el closet, en donde la forzó a que le tocara su miembro viril, pudiendo ella percibir que se encontraba en estado de erección y además le hizo manipulaciones en sus genitales, sentándola sobre él”.
“Este hecho ocasionó en ella un trauma psicológico, pues no pensó siquiera que esto hubiese podido ocurrir con una persona de tan prestigiosa calidad y mucho menos la calidad de profesional que ella tenía en mente, lo que la dejó incapacitada para poder defenderse, también pensando en la influencia que él podía tener en su futura carrera”, dijo la fiscal.
La funcionaria agregó que otra joven denunció haber sido víctima de Salcedo Ramos cuando era estudiante de Comunicación Social. Viviendo originalmente en la ciudad de Cúcuta, debió desplazarse a Bogotá, donde conoció al periodista como “modelo a quien seguir en su carrera universitaria”.
En una reunión, conoció a Salcedo Ramos y empezaron a “entablar una amistad, al punto de que en Bogotá le dieron un trabajo y esto le permitió a ella ser prácticamente la figura representativa (de Salcedo Ramos) para los lugares a donde iba asistir, qué debía de llevar, cómo debía vestir, qué debía presentar, recogerlo y dejarlo en su casa”.
“En una oportunidad, el día 7 de marzo del año 2013, después de una presentación, él la invitó a tomarse una cerveza”, hecho que derivó en la situación que la joven denunció como acoso sexual.
Denuncias contra Salcedo Ramos
Las denuncias de acoso sexual fueron publicadas originalmente por Las Igualadas, un canal de YouTube de El Espectador donde se discuten temas de género. En un programa emitido en 2020 hubo cinco testimonios contra el cronista Alberto Salcedo Ramos y dos de las denunciantes revelaron su identidad: Alejandra Omaña, conocida también como Amaranta Hank, y Angie Castellanos.
Las dos contaron de viva voz que cuando eran estudiantes de periodismo se sintieron acosadas por Salcedo Ramos, quien gozaba de gran prestigio.
En 2011, Angie Castellanos cursaba séptimo semestre de comunicación social en el Politécnico Grancolombiano y vio por primera vez en persona a Salcedo Ramos cuando una compañera lo invitó a la cabina de radio de la universidad. Angie decidió enviarle una solicitud de amistad por Facebook, él la aceptó, y después le empezó a chatear.
Cuenta Angie que en julio la invitó a tomar café, pero al llegar al punto de encuentro le dijo que estaba cerrado y le propuso ir a su apartamento. Una vez dentro del edificio, “en el ascensor se abalanzó sobre mí”. Después asegura que la tocó en su habitación y pese a que ella le pidió que parara, no lo hacía. Angie se sintió muy mal y quería irse, pero no sabía qué excusa dar, se sentía intimidada.
Dos años más tarde, dice Amaranta, ella también se sintió acosada. Según su relato, era estudiante de comunicación social de segundo semestre en Cúcuta y viajé a Bogotá para ser parte del equipo de comunicaciones de una editorial en noviembre de 2013 y justo la asignaron como una de las asistentes de Salcedo Ramos.
Amaranta cuenta que el 7 de marzo de 2013 la invitó a unas cervezas por Usaquén. Ella aceptó porque “soñaba con ser escritora”. Sin embargo, cuando salieron del lugar e iban por un callejón, “a mitad de camino me empujó contra una pared e intentó besarme a la fuerza. Lo alejé, pero me tomó con fuerza con sus manos grandes y me intentó meter la lengua”.
En ese momento, tomaron un taxi. Él le insistió en que se quedara en su casa donde, dice Amaranta, la tocó sin su consentimiento. “Cuando son cosas de adultos no se necesita usar la fuerza, y él utilizó la fuerza con nosotras”, dijo en su momento en entrevista con SEMANA.
Ante las denuncias, Salcedo Ramos expidió un comunicado en el que asegura que es inocente y que no aprovechó su poder para acceder a las mujeres. “Los lectores pueden confiar en que, tan pronto reciba la respuesta al derecho de petición, me acercaré a la Fiscalía a entregar las pruebas de mi inocencia. En ellas se verá que con Omaña y Castellanos tuve relaciones de adultos, y que nunca existió un vínculo de subordinación o una posición de poder que representara una amenaza para ellas. Dada la contundencia de las pruebas a mi favor, no descarto entablar más adelante procesos penales y civiles contra Las Igualadas y, naturalmente, contra el periódico El Espectador, que les da respaldo”, aseguró.