NACIÓN
Imputan nuevo delito a uno de los asesinos de la periodista Natalia Castillo
Los responsables del crimen, ocurrido el 24 de diciembre de 2021, están privados de la libertad.
Un fiscal de la Seccional Bogotá imputó el delito de receptación a Javier Enrique Ramírez Gómez, alias Porky, uno de los implicados en el homicidio de la periodista Natalia Castillo, en un hecho ocurrido el pasado 24 de diciembre en el sector Galerías, de Bogotá, y que causó gran conmoción en la capital colombiana.
Este delito se suma a los de homicidio agravado, hurto calificado y agravado y acceso abusivo a un sistema informático que ya le habían sido imputados en el mes de febrero a Ramírez Gómez tras su captura. El delito de receptación se basa en el acto de recibir, adquirir, ocultar o aprovecharse de los efectos de hecho delictivo.
La Fiscalía General de la Nación detalló en un comunicado de prensa que, según consta en el proceso investigativo, alias Porky sería el delincuente que hurtó los teléfonos celulares que acompañaban a la comunicadora social la noche que la asesinaron.
“Los teléfonos habrían sido comercializados, y a través de ellos se habría querido realizar transacciones en cuentas bancarias de los acompañantes de la víctima”, precisó el ente acusador.
El pasado 14 de febrero, la Fiscalía logró la captura de Ángel Rolando Colina, alias Ányelo, y Javier Enrique Gómez, alias Porky, presuntos responsables del asesinato de la periodista Natalia Castillo.
El fiscal general de la nación, Francisco Barbosa relató las circunstancias de modo, tiempo y lugar de ocurrencia del crimen. “En 49 días de labores investigativas, la Fiscalía, en un trabajo articulado con la SIJIN de la Policía de Bogotá, avanzó con determinación en el esclarecimiento del homicidio de la asesora de comunicaciones de la UNODC Colombia, Cindy Natalia Castillo Preciado”, dijo Barbosa en ese momento.
“Por solicitud de Fiscalía, los dos ciudadanos extranjeros que estarían involucrados en el asesinato y el hurto, recibieron medidas privativas de la libertad en establecimiento carcelario”, indicó el informe del ente acusador, que además detalló que en la investigación se obtuvo evidencia técnica a través de 121 videos de cámaras de seguridad e interceptaciones de comunicaciones; además de testimonios y otros elementos, los cuales permitieron identificar a los dos extranjeros y establecer el rol delictivo que cumplieron.
En ese trabajo se obtuvo evidencia técnica, como videos de 121 cámaras de seguridad e interceptaciones de comunicaciones; además de testimonios y otros elementos, los cuales permitieron identificar a los dos extranjeros y establecer el rol delictivo que cumplieron. pic.twitter.com/8YhVazvz1J
— Fiscalía Colombia (@FiscaliaCol) February 15, 2022
Un testigo le declaró a la Fiscalía cómo uno de los asesinos, alias Ányelo, supuestamente, alardeaba de cómo mató a la periodista, solo porque ella no soltó el celular en el momento del atraco.
“Se le acercó un cliente a comprar un ‘cuero’ (es una sustancia para fumar). Llegaron tres muchachos por la Avenida Caracas con calle 20 y se saludaron con el muchacho que le compró el ‘cuero’, que le dicen monito o se llama monito, según dice. Se saludaron con dialecto venezolano y uno de los hombres que estaba vestido con una chaqueta azul y tenía una gorra le dijo: “marica, ganado, pero tocó pegar a la piroba porque no quería entregar el teléfono por los lados de Galerías”, relató el testigo.
El asesinato de Natalia Castillo fue motivo de repudio colectivo, en plena Navidad de 2021. Vecinos de la localidad de Teusaquillo denunciaron los constantes hechos de inseguridad a los que están expuestos en los comercios, droguerías y bares.
La vida de Natalia se apagó cuando se encontraba departiendo con unos amigos en un restaurante en el sector de Galerías, de esa localidad. Ella decidió salir un momento del establecimiento comercial a hablar por su celular.
En ese momento, Castillo, quien al parecer se encontraba con más personas, fue abordada por un grupo de delincuentes que a sangre fría no solo decidieron hurtar sus pertenencias, sino que también le dispararon con arma de fuego causándole una grave herida.
La asesora de comunicaciones en la oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), de inmediato, fue trasladada a la Clínica Palermo, pero lamentablemente sus familiares anunciaron horas más tarde que falleció. “Ella quería irse y seguir estudiando, ella iba en bici para llegar a su trabajo en UNODC; estaba cargada de sueños”, lamentó al día siguiente su amigo y compañero Carlos Arias.