NACIÓN
Incautan gigantesca caleta con armas a estructura de las disidencias que mató a siete policías en Huila
El anuncio fue hecho por el propio director de la Policía Nacional, general Henry Sanabria.
La Dirección de Investigación Criminal e Interpol (Dijín) desplegó la operación San Martín de Tours con el fin de afectar la logística armamentista del GAO-r Dagoberto Ramos, estructura señalada de ser la responsable de la emboscada realizada en zona rural de Neiva el pasado 2 de septiembre que dejó siete policías muertos.
En rueda de prensa este sábado, el director de la Policía Nacional, general Henry Sanabria, informó que durante un procedimiento realizado en zona rural de Santander de Quilichao (Cauca), en coordinación con la Agencia Antidrogas de los Estados Unidos (DEA) y la Fiscalía General de la Nación, se logró la incautación de 14 fusiles, dos rifles, 16 proveedores, munición calibre 30 y una escopeta Mossberg.
8 días después del atentado contra nuestros policías en Huila, logramos primer resultado contra sus autores. Llevaremos a la justicia a los criminales que atacan a la Fuerzas Armadas. El compromiso con las familias de estos héroes de la patria continua. #DiosyPatria pic.twitter.com/5AbFnrdqs8
— Mayor General Henry Armando Sanabria Cely (@DirectorPolicia) September 10, 2022
De acuerdo con las autoridades, ese material bélico fue hallado dentro de unas canecas de plástico bajo tierra, en la vereda Mandiva, ubicada a tres kilómetros del casco urbano del municipio.
Además, informaron que la columna móvil Dagoberto Ramos de las disidencias de las Farc estaba preparando un nuevo ataque contra la Fuerza Pública con ese arsenal que le incautaron, en el cual sobresale el hallazgo de un fusil de francotiro con mira telescópica, alcance de un kilómetro y munición calibre 5.56.
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“El descubrimiento de este arsenal fue posible gracias a labores de investigación que dieron pistas sobre la existencia de un inmueble que estaría siendo utilizado para ocultar el armamento”, agregó la Policía Nacional.
También resaltaron que el GAO-r, estructura Dagoberto Ramos, forma parte de la organización multicrimen ‘Comando Coordinador de Occidente’, el cual despliega su actuar criminal con siete estructuras más y una subestructura en los departamentos del Cauca, Valle del Cauca y Huila, desde donde se ordenó el ataque contra los policías.
Por último, desde la Policía destacaron que esa incautación representa un importante golpe a las finanzas y la logística armamentista de la organización en una suma cercana a los 250 millones de pesos, teniendo en cuenta que, además, son los encargados de ocultar los laboratorios y lugares de acopio para la producción de sustancias estupefacientes.
“La Policía Nacional de Colombia en el marco de la política de Seguridad Humana concentra sus operaciones hacia estos grupos armados organizados residuales que viene desarrollando acciones terroristas contra las Fuerzas Armadas, y continuará trabajando de manera incansable para identificar y capturar a los autores materiales del ataque perpetrado el 2 de septiembre en el corregimiento San Luis de Neiva”, concluyeron.
“Me quitaron a mi alma gemela”: conmovedor relato de hermana de policía asesinado en Huila
Un viernes negro fue el que vivió la familia Bautista Vargas el pasado 2 de septiembre. Las imágenes del macabro crimen en el que junto a una patrulla de la Policía incinerada se veían los cuerpos de siete miembros de la Policía Nacional, generaron la solidaridad e indignación de todo un país, a medida que se iba viralizando la información a través de las redes sociales. Las reacciones de diferentes sectores se empezaron a conocer. Políticos, militares, líderes sociales se pronunciaron mientras confirmaban la lista de las víctimas que dejó la activación del artefacto explosivo instaurando cobardemente por miembros de grupos criminales en la carreta del municipio de San Luis, Huila.
Mientras todos hablan de uniformados de la Policía. Diana Bautista habla de: “mi hermanito Johncito”, como le decía a quién creció con ella. Son los hermanos menores de una familia de seis hijos, nacieron con tan solo un año y medio de diferencia. Estudiaron juntos en un colegio de Zetaquira, Boyacá. Se convirtieron en confidentes y guardianes uno del otro, durante las largas caminatas –casi dos horas por trayecto– del colegio a la casa y viceversa. Jóvenes del campo que soñaron con hacerse profesionales con una clara vocación de servicio. Él quería ser policía y ella trabajar en el sector salud.
El 2 de septiembre de 2022, cada uno estaba ejerciendo la labor por la que tanto lucharon y la vida les cambió por completo. Diana, fonoaudióloga de profesión, estaba realizando una terapia a su paciente, cuanto el teléfono vibraba sin parar. “Hola… hola… hola”, le escribía su cuñada, la esposa del patrullero. Mensajes de otros familiares empezaron a sumarse. Paró la terapia y devolvió la llamada. De ahí en adelante todo fue oscuridad. “Me dijo: ‘Nanita hubo un atentado y parece que John estaba ahí”, quedé fría, cómo decirles a mis papás”, describió a SEMANA Diana Bautista.
Se reunieron los hermanos que estaban en Bogotá y fueron a Suba, donde estaba la madre del patrullero, temían que hubiera visto noticias. Es hipertensa y diabética, así que una noticia como esa la podía descompensar. “Llegamos y se puso feliz de vernos a todos reunidos”, dice la joven con evidente nostalgia. Solo pasaron unos minutos para que las expresiones en sus rostros le delataran a su mamá de que no llevaban buenas noticias. Oficialmente ya estaba confirmado que John Bautista estaba entre las víctimas mortales.
“Esa maldita guerra me arrebató a mi alma gemela. Esas personas, no sé si se puedan llamar seres humanos, ¿cómo puede haber tanta maldad en un ser humano?“, cuestiona Diana, mientras recuerda quién era John Bautista, como hermano, hijo, padre, esposo. Más allá de las cifras de uniformados en medio de su servicio.