Nación
Carne de mico y otras excentricidades culinarias fueron incautadas en la cárcel Picota
La guardia encontró una millonaria encomienda de comida que incluía pescados, mariscos, hamburguesas, chicharrones y hasta carne de mico. ¿Para quién iba la encomienda?
Un día de rutina para la guardia del Inpec en la cárcel La Picota se convirtió en un hallazgo interesante y sorprendente: una millonaria encomienda de comida, que más allá de ser un gusto en prisión parecen los ingredientes de una bacanal tras las rejas, todo a bordo de un camión lleno de cajas con la provisión para un mes.
La encomienda tenía autorización y quienes hicieron la incautación advirtieron que ese permiso provenía del subdirector del establecimiento carcelario de mediana y alta seguridad de La Picota en el sur de Bogotá. El destino era el Pabellón de Alta Seguridad (PAS, como otros lo conocen), el pabellón de extraditables.
En las cajas había kilos de pescado congelado, frutas, champiñones, salchichones, leche, pasta, arepas, chocolate, gallinas crudas, quesos, enlatados, jamones, hamburguesas de una reconocida marca, costillas, cazuelas de mariscos, chicharrones y hasta carne de mico asada. Algunos productos estaban crudos y otros preparados, incluso asados.
Desde el Inpec confirmaron la incautación, aunque advirtieron que están verificando quién autorizó el ingreso de la encomienda y si en esa autorización se incluyó todo lo que aparece en los videos y fotografías que obtuvo SEMANA con la evidencia del millonario gusto que se pensaban dar los detenidos del pabellón de extraditables.
Lo que queda claro es que los detenidos del Pabellón de Alta Seguridad de La Picota tenían todo arreglado para el ingreso de semejante manjar o fueron demasiado ingenuos al pretender que más de una tonelada de víveres de lujo pasarían desapercibidos para los guardianes de turno. Quienes hicieron la incautación se inclinan más por lo primero.
Ahora lo que viene es la investigación del Inpec para establecer las circunstancias del envío, quién es el remitente y quién, el destinatario, además de los requisitos previos a esa encomienda, es decir, si fue autorizada con anterioridad por alguien en el penal, que es justamente la acusación hecha de manera preliminar por quienes se encontraron la comida.
El hallazgo, con pocos precedentes en el Inpec, llamó la atención de la misma dirección del penal, pues lo normal es encontrar elementos prohibidos como celulares, armas o sustancias ilícitas, pero una tonelada de mariscos, chuletas o chicharrones, claramente no estaba en el radar de los caninos, ni en la experticia de los guardianes.
Polémicas en La Picota
La cárcel La Picota, en el sur de Bogotá, ha estado en el ojo del huracán en las últimas semanas por varios hechos de corrupción o inoperancia, al punto de que se puso en tela de juicio su efectividad como penal de alta seguridad. De esa cárcel se fugó alias Matamba, el cabecilla del Clan del Golfo. También fue el escenario que guardó al corrupto empresario Carlos Mattos y donde le prestaron algunos carros y guardianes del Inpec para hacer vueltas personales.
Por ese caso fueron retirados de sus cargos el general Mariano Botero, quien era el director del Inpec, y el coronel Wilmer José Valencia a cargo de la cárcel La Picota en ese momento. Los dos se convirtieron en las cabezas a rodar por ese escándalo.
De hecho, hace dos semanas se descubrió a la hermana de la senadora Piedad Córdoba tratando de ingresar dos millones de pesos en efectivo al mismo pabellón y con destino, supuestamente, a su hermano, solicitado en extradición por Estados Unidos.