INVESTIGACIÓN
Incautan una fortuna en tierras y haciendas cuyo valor Musa Besaile multiplicó misteriosamente
El exsenador Musa Besaile tendrá que explicarle a la justicia el origen de ocho extensas propiedades, entre las que está la reconocida hacienda Nuevo México. La Fiscalía dice que el excongresista "ocultó el precio real" de las propiedades que no sería de 4.800 millones de pesos sino de 12.000.
A pesar de que Musa Besaile está preso en La Picota, su ganadería fue la vencedora en las corralejas de fin de año en Sahagún. El veredicto desató el descontento en la gente que lanzó insultos y sillas al jurado que le otorgó el primer galardón a Nuevo México, un negocio que el excongresista impulsó al mismo tiempo que su carrera política. Casi tan feroces como las corralejas mismas, los cuidadanos rechazaron lo que consideraron otro robo por una decisión política.
Por años, junto a los afiches del candidato al Congreso circularon los que promocionaban sus crías de toros bravos para las fiestas decembrinas. El espectáculo que dio la última premiación demuestra que la afición del cacique político de La U está más viva que nunca. Por eso causó sorpresa que cuando los investigadores de la Fiscalía llegaron hasta la propiedad que simboliza su riqueza, la Hacienda Nuevo México estaba intacta, pero el rastro de todos los animales se había esfumado.
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Así comenzó, después del destape de la corrupción judicial de Musa Besaile, el esperado proceso de extinción de dominio de su fortuna. Los investigadores terminaron esta semana un operativo de incautación de ocho bienes que Besaile tiene a su nombre en Bogotá, Sahagún y en Caimito (Sucre).
Aunque el emporio familiar podría alcanzar el medio centenar de propiedades en la costa, las autoridades se restringieron a buscar las cuentas particulares del exsenador, que cayó preso en el proceso del cartel de la toga, que está acusado por parapolítica, tiene investigaciones por la corrupción en el departamento de Córdoba delatada por Alejandro Lyons y tiene indagaciones preliminares por corrupción en dos de los contratos de Odebrecht. Los bienes quedaron a disposición de la Sociedad de Activos Especiales (SAE) y en las próximas horas la Fiscalía presentará ante un juzgado la demanda de toma de las propiedades.
Nuevo México es la hacienda de los afectos de Musa Besaile. La propiedad tiene 464 hectáreas de tierra compradas en el año 2013. En su interior se levanta una plaza de toros para exhibiciones privadas; los premios que Musa Besaile acumuló durante años permanecen izados en una de las esquinas de un kiosko acondicionado con enormes y lujosos muebles de madera para los invitados. Las pistas para exposiciones, los establos, los potreros, todo luce intacto y en buen estado, como si los acabaran de deshabitar. Hasta la cabeza del toro Mototaxi, un ejemplar que resistió alrededor de 45 corralejas, permanece en la misma pared en que la que un video publicado en internet la registró hace cuatro meses. La sede de despacho de Besaile en el corazón de Córdoba es ahora uno de los ocho bienes que la Fiscalía incautó para recuperar los más de 30.000 millones de pesos en corrupción que le achacan al cacique político.
Foto: Hacienda Nuevo México, de propiedad de Musa Besaile. Tomada de video en internet.
Además de la evidente riqueza, la hacienda Nuevo México acaparó la atención de los investigadores por un detalle que acaba de costarle a Besaile un nuevo proceso judicial. Este predio es el resultado de la unión de varios lotes que costaron juntos 633 millones de pesos. Pero un informe pericial de la Fiscalía revela que el valor original supera con creces los 4.000 millones de pesos.
Esta fue la primera pita que jalaron los investigadores pero no la única dentro de un proceso por el crecimiento patrimonial injustificado de parte del gamonal político. Después de todos los escándalos de corrupción que se destaparon en Córdoba, la investigación concluye que para cuando Besaile consigue Nuevo México el saqueo al departamento pasaba por uno de sus mejores momentos. Y al igual que esta hacienda, los demás predios también despiertan interrogantes porque se trata de propiedades que en papeles cuestan unos 4.000 millones de pesos pero en realidad podrían superar los 12.000.
El próspero 2012
En los primeros nueve meses del año 2012, Musa Besaile actuó como si se hubiera ganado la lotería. No fue un año electoral. De hecho, ya llevaba la mitad de su periodo de senador, cargo que le fue entregado por 62.000 cordobeses. Para ese entonces devengaba un salario de congresista de 24 millones de pesos, con lo que habría podido comprar cuatro propiedades por las que habría pagado 690 millones de pesos.
La inversión no parecía gran cosa si se tiene en cuenta que Besaile es uno de los cuatro herederos del poderoso imperio arrocero de su padre Musa Abraham Besaile. Pero estas adquisiciones –que pasaron inadvertidas para las autoridades de vigilancia fiscal del momento– ahora ocupan buena parte de la labor investigativa que adelanta el equipo de extinción de dominio contra el único miembro del clan Besaile en prisión. El informe conocido por SEMANA reveló que el valor real de estos inmuebles supera los 4.438 millones de pesos, seis veces el valor oficial.
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Para los investigadores, habría un valor oculto detrás de los tres de predios ubicados en el municipio ganadero de Caimito, en Sucre, lo que obligó a que este punto se sumara a los interrogantes consignados en una compulsa a la Corte Suprema por presunto enriquecimiento ilícito. Entre los lotes que están entre ojos aparece El Consuelo, un lote de 33 hectáreas por el que no se pagó más de 21 millones de pesos pero su valor real llegaría a los 235 millones. Otro lote en esta zona de 152 hectáreas comprado por Besaile al parecer pasó de 58 millones a costar 615.
La joya de la corona en este paquete es una finca que se extiende por 500 hectáreas en Caimito. Su valor no serían 223 millones sino 3.374 millones. "La conducta de ocultamiento real del precio por Musa Besaile tenía como propósito dar apariencia de legalidad a su adquisición", cuestiona el ente investigador.
Pese a la evidente diferencia, Musa Besaile sumó sin despertar ninguna sospecha 685 hectáreas a las amplias extensiones de tierra que los cuatro hermanos –Edwin, Jhonny y Yamil– heredaron de su padre en esta región de Sucre, bañada por el río San Jorge. Entre las propiedades adquiridas en este exitoso momento de su vida, también estuvo su apartamento de 135 metros cuadrados en el exclusivo sector del Chicó, al norte de Bogotá, por el que pagó 387 millones de pesos.
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Si la Fiscalía avanza en la dirección correcta, terminará por concluir que lo que Musa Besaile tocaba se volvía oro. Un lote de 33 hectáreas en Sahagún que costaba 109 millones en realidad rondaría los 247 millones de pesos. El Guarumo No. 3, ubicado en la vereda La Muerte, en Sahagún, fue comprado en 170 millones de pesos cuando su valor real ascendería a los 386.
A la multiplicación automática del valor de sus bienes se sumó en el operativo de incautación un misterio adicional. El Guarumo, una propiedad de 37 hectáreas que figura ubicada en Sahagún, no ha podido ser encontrada. Es clave porque su valor llegaría a los 2.600 millones de pesos por 37 hectáreas de extensión. Los investigadores no lograron dar con las coordenadas por lo que pidieron ayuda de las autoridades locales y al Supernotariado para que ayude con su localización.
Propiedades incautadas a Musa Besaile podrían valer hasta 12.000 millones de pesos. Archivo particular.
Sin contar con su patrimonio familiar, la Fiscalía hace acreedor a Besaile de una gigantesca fortuna personal con la que entrará a responder por sus varios líos de corrupción. Sus procesos judiciales llegaron a estar engavetados en el despacho de quien se creía uno de los magistrados más prestigiosos: Gustavo Malo, quien ahora será procesado por la Corte Suprema de Justicia.
De cara a persecución de bienes, los abogados de Besaile intentaron hasta último momento frenar la acción del Estado. Incluso, le solicitaron al ente investigador que enviara el caso de bienes a la Jurisdicción Especial para la Paz, en donde se estudia una solicitud de acogimiento. A pesar de que la justicia especial tenga bajo estudio la solicitud de Besaile, la competencia de la Fiscalía en casos de extinción de dominio no está en duda y menos con la reciente decisión de la Corte Constitucional que así lo reafirmó.
Desde hace dos años, cuando estalló el escándalo, SEMANA reveló informes sobre la inmensa fortuna alrededor del clan Besaile. Ahora, la Fiscalía comienza a encontrar las pistas acerca de lo que habría sido un crecimiento injustificado del capital de Musa Besaile y procederá a devolverle lo que la corrupción le quitó al departamento de Córdoba y al país.
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