EMERGENCIA

El devorador incendio en los sitios sagrados de la Sierra Nevada

Los Kankuamos sufren la destrucción de sus Kankurwas cerca al río Guatapurí. Sus líderes aseguran que los actos son provocados y que ellos los consideran terrorismo. Las imágenes son impresionantes.

18 de agosto de 2017
| Foto: Archivo particular

Las llamas consumieron poco a poco las dos Kankurwas de los indígenas kankuamos en la madrugada del pasado jueves. Cuando la gente llegó alarmada por la humareda ya no había nada que hacer. A los indígenas que habitan la Sierra Nevada de Santa Marta les quemaron parte de su cultura, sus centros ceremoniales, el lugar insigne de su espiritualidad, de su gobierno.

Ni ellos ni las autoridades saben quién lo hizo. Pero sospechan que se trata de un acto criminal. “Todavía no se tienen claras las causas, todo apunta a que fue un acto deliberado, en ese sentido y de haber sido así, como organización indígena kankuama rechazamos este tipo de hechos. Se tiene que comparar con un acto terrorista”, explicó Jaime Enrique Arias, el Cabildo Gobernador del pueblo kankuamo.

Los Kankurwas son centros ceremoniales de gran importancia para los kankuamos y ya habían sido blanco de ataques. En el 2015 el incendio fue en Chemesquemena, luego en la mina en el 2016. La destrucción de las Kankurwas equivale al incendio de una catedral o de una mezquita en otras culturas.

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“No es la primera vez que el pueblo Kankuamo ve destruidas sus kankurwas, por lo que la Procuraduría pide celeridad en los resultados de las investigaciones, tanto de la Fiscalía General como de las autoridades propias de los pueblos indígenas”, aseguró el Ministerio Público, al tiempo que lamentó la destrucción de siglos de memoria y de sagradas dimensiones de sabiduría.

Para el pueblo kankuamo lo que ocurrió representa un atentado a su cultura y un profundo dolor. “A pesar de la tristeza y dolor que siento en estos momentos seguiremos más firmes en el fortalecimiento de la identidad cultural, el Gobierno Propio y la defensa y protección del territorio sagrado del pueblo Kankuamo. Un pueblo invadido pero jamás conquistado. Nada ni nadie nos detendrá”, aseguró Arias.

Los kankuamos hacen parte de la gran mesa, como ellos le llaman a la Sierra, y junto a los koguis, arhuacos y wiwas son los guardianes de la tradición, una tarea ardua que no han abandonado a pesar de los atropellos.

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