La petición de ayuda de una indígena embera en el Capitolio

Olivia Charicha es una indígena embera que ha vivido en carne propia el conflicto. Fue desplazada y vive hacinada en un albergue de Bogotá. El pasado miércoles llegó al Senado para contar la grave situación de su pueblo. Era imposible que pasara desapercibida, en medio de los trajes de saco y corbata de los parlamentarios, los colores de su vestido brillaban.

Pero Olivia no solo quería que notaran su presencia, sino que la oyeran, y esto fue todo un problema porque no estaba en el orden del día. Apoyada por los senadores Feliciano Valencia –indígena Nasa- y por Richard Aguilar de Cambio Radical, pidió la palabra. Después de mucho tratar subió al atril junto a Aguilar. Dijo que los Embera son más productivos en sus tierras que mendigando en la ciudad. Lo que ellos piden es que los ayuden a retornar porque la vida en la capital es demasiado difícil para los más de 700 miembros de su comunidad.

“Olivia fue víctima de la violencia y hoy vive en condiciones paupérrimas. El día de hoy tiene que trabajar para poder conseguir 15.000 pesos para poder quedarse en un alojamiento donde hiede la combinación del sudor, los orines y la sociedad”, dijo Aguilar, quien pidió que se creara una Comisión Accidental para hacer seguimiento a la crisis humanitaria que sufre la comunidad Embera.

Esta comisión deberá poner el foco en la comunidad Embera, especialmente la que vive hacinada en Bogotá. Hace una semana estaban a punto de quedar en la calle, pero tras la intervención de la Personería se logró un acuerdo entre la Unidad para la Atención y Reparación de las Víctimas y el operador Maloka San Javier para que tuvieran techo hasta el 31 de agosto.

Puede leer: La agonía de las lenguas nativas en Colombia

Lo que más preocupa de la situación son los 160 niños Embera. Esta es una solución transitoria, pero se necesita una definitiva para el pueblo Embera. Justamente este 9 de agosto se celebró el día internacional de los pueblos indígenas, y el Ministerio del Interior –en cabeza de Nancy Patricia Gutiérrez- se comprometió a velar por sus derechos, y a propiciar “espacios de participación y diálogo sobre las decisiones que los afecten, todo esto en el marco de la superación de las condiciones de la marginalidad y la pobreza que hoy aqueja a los pueblos indígenas”.

Fotos: Esteban Vega / SEMANA