NACIÓN
Muerte de un perro tras ser abusado sexualmente genera indignación
Se trata de Aquiles, quien luchó a diario por vivir pero la gravedad de sus heridas ocasionadas por violación no permitieron que sobreviviera.
El país está conmocionado e indignado por un aberrante caso de abuso sexual contra Aquiles, un perro de Risaralda que no pudo sobrevivir tras ser abusado sexualmente. A diario estuvo luchando por su vida, pero no lo logró, sus heridas iban agravando día a día y al final lo único que pudo hacer fue cerrar los ojos y despedirse.
Valentina Guarín Patiño, de la Fundación Animal Estoy Contigo, fue una de las activistas que recogió a Aquiles en Irra, municipio de Quinchía en Risaralda, y a través de su cuenta de Facebook manifestó su profundo dolor, tristeza, rabia, indignación y todos los sentimientos que generó este lamentable caso de maltrato animal.
“Aquiles, nuestro guerrero invencible, dio en mis brazos su último suspiro. Empezó a empeorar rápidamente, y fue imperioso darle un descanso digno. El dolor que siento en mi corazón no lo había sentido antes. Siento que me quema, que me pesa, que no me deja respirar. Siento que mi vida nunca será la misma”, señala la activista.
Aquiles tenía dilatación anal y sangrado, no podía incorporarse al ambiente, presentaba dolor marcado sobre la columna, no respondía a estímulos externos y no controlaba ningún esfínter. Los diagnósticos determinaron que el animal sufrió un golpe seco sobre su lomo que le causó serias heridas en la base de su cola. A raíz del abuso sexual quedó con abundante sangrado y no tenía control de esfínteres. Los médicos decían que solo un milagro podría salvarlo, lo cual lastimosamente no se dio.
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“Mi corazón estuvo contigo, a cada segundo. El amor por ti me quitó el sueño y el hambre. Las ganas de tenerte conmigo fueron superiores a cualquier otro aspecto en mi vida. No sabes cuánto anhelé ese momento en el que llegarías a casa, en el que sabrías que éramos ahora tu familia”, lamentó la animalista.
Pero, lo más grave y triste es que Aquiles no es el primer caso que se conoce. De acuerdo con Guarín, Alma, otra canina, había llegado hasta la fundación para ser atendida luego de ser abusada y ella, aunque se recupera lentamente no puede caminar con normalidad ni por largos periodos de tiempo. “Alma, cómo Aquiles, luchó muchísimo para sobrevivir. Estuvo hospitalizada, y logró recuperarse lo suficiente cómo para llegar a casa”, señaló la joven.
“Alma fue abusada sexualmente por vía rectal en junio pasado en una mina de Irra. Según la única testigo, fue un minero. Este trabajador aplicó grasa alrededor del recto de la perrita, se puso un preservativo y de esta forma logró accederla. El agresor se recostó en el suelo y fue visto con vestigios de grasa y sangre sobre su ropa”, comentó la activista.
De acuerdo con Guarín, una radiografía arrojó como resultado una separación del hueso pélvico y además se reflejó un cuerpo extraño, de consistencia grasa y rígida, adherido a su glúteo derecho.
Ahora se está a la espera de una oportuna gestión de las autoridades para dar con los responsables de este lamentable caso.