Nación
Inexplicable: 80 carros desaparecieron de un parqueadero, nadie sabe qué pasó y no hay quién responda
Se trata de vehículos que habían sido embargados en diligencias judiciales. Cuando sus dueños los fueron a reclamar, solo encontraron un potrero. Una historia macondiana que hoy nadie se explica en Montería.
El rumor empezó a rodar por las calles de Montería, en el departamento de Córdoba. La gente lo decía, pero era difícil de creer, hasta que el chisme llegó a la justicia. De un momento a otro y como por arte magia, 80 carros desaparecieron de un parqueadero en donde eran guardados los vehículos embargados o secuestrados por bancos en medio de procesos judiciales.
Las habladurías terminaron convirtiéndose en un megarrobo de carros que alcanzaban un valor de 3.000 millones de pesos, y que hoy nadie sabe dónde los metieron.
La macondiana historia está en manos de la Fiscalía que investiga cómo hicieron magia para desaparecerlos, pero también hay graves amenazas de muerte contra quienes se atrevieron y, en medio de este caos, sin explicaciones, el dueño del parqueadero –ahora baldío–, al igual que los carros, tampoco aparece.
La historia empezó a finales del año pasado cuando miembros de la administración judicial de Montería llegaron hasta el parqueadero Sucre (Sinú), asignado legalmente para cuidar los vehículos emproblemados. No encontraron nada.
Más absurda fue la explicación del administrador: el parqueadero había sido vendido porque el negocio no estaba dando y, sin autorización judicial y ningún tipo de aviso, se llevaron los carros a donde un nuevo administrador en otro parqueadero muy cerca del aeropuerto Los Garzones. De inmediato, una comisión empezó a buscar tanto al nuevo dueño como a los carros perdidos.
Reaparecieron, hicieron el conteo, tomaron fotografías, verificaron el estado, pero insólitamente, aunque se trataba de autoridades judiciales, tuvieron prácticamente que salir corriendo porque los vigilantes del nuevo parqueadero, como se dice coloquialmente, los braviaron porque, según ellos, no tenía autorización para entrar.
El mágico traslado y la desaparición de los carros cogió vuelo y, en el voz a voz, el detonante fue cuando un abogado había que logrado el desembrago de una camioneta Nissan, confiado, y con llaves en mano fue a recogerlo con la propietaria, pero no había nada. La sorpresa también fue para los miembros de la comisión judicial a los que les pareció extraño ver ese parqueadero mucho más vacío.
Revisaron los inventarios y eran 28 vehículos de los que no había rastro. Lo que parece un chiste se convirtió en un caso penal, lo tomó la justicia y llegaron las amenazas. “Deje de hacer lo que está haciendo, usted ya sabe, cuide de usted y su familia”, le advirtieron a uno de los investigadores.
En medio de las fiestas de diciembre aparecieron otros propietarios que superaron los líos judiciales y, casi como si tratara del regalo de Navidad, fueron por sus carros. La respuesta fue insólita, el regalo lo tendrían que llevar los Reyes Magos, porque el parqueadero estaba cerrado “por vacaciones y volvían hasta enero”.
Así se lee en un documento que conoció SEMANA: “en diciembre, luego de que el juzgado segundo emitiera el desembargo, nos dirigimos al parqueadero ubicado en el km 11 vía Montería. En el sitio, un vigilante informó que la administración estaba de vacaciones y volverían en enero. El día 16 de enero, se dirigieron nuevamente al parqueadero y el lote estaba desocupado, no había nadie en el lugar y los teléfonos apagados”.
Ante las irregularidades, los miembros de la comisión judicial llagaron a tomarse el parqueadero, y encontraron un potrero en abandono, ni vigilantes había. Lo único que se mantenía era un aviso azul que decía “administramos jurídico”. En total fueron 80 carros que desaparecieron y siguen perdidos.
Aunque parecía un mal chiste, el caso fue denunciado ante la Fiscalía por el propio director ejecutivo seccional de administración judicial, Alfonso de la Espriella, quien también recibió amenazas de muerte por desnudar el millonario robo de decenas de vehículos.
Consultado por SEMANA, De la Espriella señaló que “no faltaron ni fallaron los controles, hay evidencia de las visitas de inspección que se realizaban, pero muy hábilmente trasladaron los vehículos sin autorización entre una visita y otra. Deben responder ante la justicia”
La noticia se ha regado como pólvora en Montería, dicen que los carros los montaron remolques cama baja y los sacaron de la ciudad. Lo cierto es que simplemente desaparecieron como si se tratara algo que se pudiera meter debajo de tapete. El director seccional De la Espriella asegura que esto “se cae de su peso, debe responder quien los recibió, ya que es en poder de ellos que presuntamente fueron objeto de hurto”. El problema es que al igual que los vehículos, el dueño del parqueadero también se esfumó.