Bogotá
Insatisfacción con el transporte público en Bogotá aumenta la evasión: a junio se perdieron $ 10.608 millones
En los niveles socioeconómicos bajos, la insatisfacción por el transporte público llega incluso al 43,8 %. Entre enero y junio, la cifra de evasión se situó en el 29,66 %.
Movilizarse en Bogotá es un verdadero caos, no solo porque las personas que se movilizan en carros particulares pierden alrededor de 126 horas al año, más de cinco días enteros, en medio de trancones que cada vez son más interminables en la ciudad, sino también por el mal servicio en el transporte público masivo.
Pese a que sigue siendo el principal medio de movilidad para uno de cada dos ciudadanos, los niveles de insatisfacción son amplios, especialmente en la población ubicada por encima de los 46 años. El 47,5 % de los usuarios entre 46 a 55 años y el 49,3% de las personas mayores de 55 años, se mostraron inconformes por el nivel de servicio. No obstante, en todas las edades el nivel de insatisfacción supera en gran medida a la cifra de satisfacción, según los más recientes resultados del informe de Calidad de Vida de Bogotá Cómo Vamos.
Y es que esto afecta más a las personas y familias de bajos recursos, quienes irónicamente ven en el TransMilenio o en el SITP la única opción para transportarse.
Los niveles socioeconómicos más bajos y aquellos que no reportaron el estrato de su lugar de residencia, muestran los niveles de insatisfacción más altos, lo cual evidencia la enorme desigualdad que hoy tiene el sistema de transporte público de la ciudad.
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De acuerdo con Bogotá Cómo Vamos, en el nivel socioeconómico bajo la insatisfacción es del 31,2 % y en la población sin estrato es del 43,8 %, mientras que la satisfacción tan solo llega al 15,2 % y 5,6 %, respectivamente.
Por otro lado, las personas que viven más alejadas y deben hacer recorridos más largos para llegar a sus lugares de trabajo o estudio, son las más insatisfechas. En el sur occidente de Bogotá, el nivel de insatisfacción es del 33 % y en el sur oriente, es de 32,4 % y el nivel de satisfacción es de solo 8,3 %.
Estos niveles de insatisfacción, sin duda alguna, han ocasionado que la demanda tanto en TransMilenio como en los buses zonales del SITP se haya caído estrepitosamente, a tal punto que en la actualidad el sistema de transporte público masivo todavía no ha logrado recuperar la demanda prepandemia.
Al respecto, el concejal de Bogotá por el partido Cambio Radical, Rolando González, afirmó que el nivel de insatisfacción también está disparando la evasión en el transporte público en la ciudad.
De acuerdo con el cabildante, durante el primer semestre de 2022, el sistema de transporte público en Bogotá perdió semanalmente $ 10.608 millones por esta causa y la tasa de evasión se ubicó en un 29,66 %, una cifra completamente alarmante si se tiene en cuenta el elevado déficit financiero sistema.
González especificó que a este valor hay que sumarle lo perdido por la reventa de pasajes, donde el componente zonal (SITP o buses azules), es el más afectado con 253 puntos de venta ilegal de pasajes. En lo corrido de 2022, se han bloqueado 9.856 tarjetas, superando la cifra de todo el 2021, que fue de 9.601 tarjetas.
El concejal explicó que son más de 2.300 trasbordos diarios los que se hacen mediante este método y, por cada uno, ingresan entre 0 y 200 pesos, pero la empresa debe reconocer al operador alrededor de $ 4.700 pesos por cada usuario que toma el servicio.
Así las cosas, González instó a TransMilenio a ejercer acciones más contundentes, pues la ciudad cuenta con el Acuerdo 768 de 2020, que obliga a tomar acciones para prevenir este fenómeno.
“Muchos barrios perdieron sus rutas de transporte, hemos evidenciado localidades como San Cristóbal y Usme, donde miles de personas se ven afectadas, teniendo que coger hasta dos y tres buses por día para llegar a su destino, lo cual incidió en los resultados de estos indicadores”, señaló González.
Estos indicadores de alta evasión del transporte público y elevada insatisfacción se dan a pesar de que la administración López ha implementado diferentes medidas como el pico y placa extendido o el pago por el parqueo en vía, para hacer más costoso el uso del carro particular en Bogotá y hacer que las personas se bajen del automóvil y se suban al transporte público en la ciudad, pero ni la gente se ha bajado del carro, y la que se monta a TransMilenio o al bus SITP, está muy insatisfecha con el servicio.