Inseguridad en Bogotá: más de 1.000 personas han sido atracadas en puentes peatonales y vehiculares

Cifras conocidas por el presidente del Concejo de Bogotá, Samir Abisambra, revelan que en la capital del país se han registrado durante este año más de 370 atracos en puentes vehiculares y más de 650 en puentes peatonales.

La información entregada por la Policía de Bogotá da cuenta de la preocupante situación. De enero a julio de este año, unas 1.027 personas se han acercado a las estaciones de Policía de las localidades de la ciudad para denunciar estos hechos, unas cuatro al día.

Se debe tener en cuenta que durante este periodo se han recibido 549 denuncias por hurto a personas y 105 por hurto de bicicletas en los puentes peatonales, siendo las localidades de Fontibón, Engativá y Suba las más afectadas.

En cuanto a puentes vehiculares, se recibieron, de enero a julio de este año, 280 denuncias por hurto a personas y 93 por hurto de bicicletas. Las localidades con mayor número de reportes fueron: Engativá, Suba y Fontibón.

Frente a este panorama, el presidente del Concejo de Bogotá le propone a la Administración Distrital dictar lineamientos para la recuperación del espacio público en los puentes vehiculares y peatonales, en sus alrededores, con el fin de transformarlos en espacios destinados a la cultura, la seguridad y convivencia ciudadana, al comercio y al reverdecimiento de la ciudad.

“Es necesario que su infraestructura mejore, se necesita más iluminación, cámaras tipo domo y la reubicación de los vendedores a estas zonas. Esta iniciativa mejoraría notablemente las condiciones del espacio”, señaló Abisambra.

Finalmente, se busca el desarrollo estético del patrimonio urbano que se sugiere proyectar con el reverdecimiento de los puentes vehiculares y peatonales, que así mismo integrará una respuesta ambiental a las constantes alertas de contaminación en la ciudad.

Microtráfico, disparado en Bogotá

En el debate de control político sobre inseguridad en Bogotá, el concejal de Cambio Radical Rolando González reveló las cifras de microtráfico en la capital del país, convirtiéndose en una ciudad donde los bogotanos deben convivir con zonas donde comercializan y distribuyen estas sustancias.

De acuerdo con el cabildante, entre 2021 y el 15 de julio de 2022, se han decomisado cinco mil kilos de marihuana (5.208.516 gramos). La localidad de Kennedy representa el 45 % de esta droga incautada.

Ahora, si bien en lo corrido de 2022 con corte a julio se han incautado más de 2.106 kilos de marihuana, una cifra menor frente los 3.102 kilos incautados en igual período del año anterior, lo cierto es que en un total de 15 localidades el decomiso de marihuana aumentó con respecto a las cifras de 2021.

Esas localidades en donde aumentó la incautación de marihuana fueron, principalmente, Rafael Uribe Uribe (2.819 %), Kennedy (311 %), Santa Fe (139 %), Usaquén (23 %), entre otras.

Por otro lado, el cabildante denunció que el bazuco y la base de coca ya superan la cifra de decomisos del año pasado. En el período de medición, van 265 mil gramos de bazuco y 105 mil gramos de pasta de coca incautados, con un crecimiento del 131 y del 25 %, respectivamente. En cuanto a la cocaína, van 106 mil gramos incautados y 17 localidades superan el decomiso de lo ejecutado en 2021.

Llama la atención, de acuerdo con González, que en el aeropuerto y la Terminal de Transporte muestran un aumento en este período: mientras que la marihuana registró un incremento de decomisos en la Subestación de Policía del Aeropuerto, con 57 %, en la ubicada en la Terminal de Transporte la cocaína creció 1.783 % y la base de coca 448 %.

Para el cabildante, Bogotá tiene territorios vedados para las autoridades. La Sijín reveló que la ciudad tiene 131 puntos entre parques, plazas, plazoletas, donde actúan las bandas criminales, sin control de las autoridades.

Por lo tanto, el concejal González le solicitó al secretario de Seguridad, Aníbal Fernández de Soto, y al comandante de la Policía Metropolitana, el general Carlos Triana, actuar inmediatamente y desmantelar la presencia de estas bandas en dichos sectores y evitar las llamadas “oficinas” que generan estas fronteras invisibles.