La familia de un perro criollo fue demandada por el asesinato de un gato en la localidad de Suba, en el noroccidente de Bogotá.
La familia de un perro criollo fue demandada por el asesinato de un gato en la localidad de Suba, en el noroccidente de Bogotá. | Foto: denunciante

Nación

Insólito: juez ordenó la exhumación de un gato en proceso contra un perro

Se trata de un gaticidio y las víctimas aseguran que el perro fue el responsable. Lo demandaron y ahora un juez ordenó una inaudita prueba.

9 de noviembre de 2022

Milo es un perro criollo acusado, dicen sus dueños, injustamente de ser el responsable de un gaticidio, de matar a Saitama. El perro y el gato, así como sus dueños, eran vecinos en un exclusivo conjunto residencial en el norte de Bogotá. Sin embargo, en octubre de 2021 una tragedia dejó a la familia del gato como víctima. La mascota fue asesinada y culparon a Milo, lo demandaron y ahora un juez ordenó la exhumación del gato.

El proceso ha tenido varias etapas. Pasó por la Fiscalía, la inspección de Policía y se ordenó el archivo de la investigación, entre otras cosas porque no puede, ni la ley contempla que cursen procesos administrativos o penales en contra de los animales. Los dueños de Saitama querían hacer responsables a los tenedores de Milo, por descuido. Como en la Fiscalía se cerró el proceso, acudieron a la vía administrativa, a demandarlos por daños y perjuicios.

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El caso aterrizó en un juzgado de pequeñas causas y competencia múltiple de Bogotá, que no solo admitió la demanda, sino que ordenó una serie de pruebas para determinar la responsabilidad de Milo y sus dueños en el gaticidio. La demanda avanzó y las partes ahora pasaron de vecinos a rivales legales en un proceso que busca una compensación económica.

El abogado Juan Simón Vásquez, representante legal de Milo y su familia, aseguró en una entrevista con SEMANA, hace algunos meses, que por irrisoria que parezca la historia es real y tiene asiento en un juzgado de Bogotá que atendió oportunamente a las partes y que en su más reciente providencia, conocida a través de la página web de la Rama Judicial, ordenó una serie de pruebas.

“Realmente más que insólito, es recalcar ese papel que han venido asumiendo las mascotas en el núcleo familiar y la importancia tanto emocional como afectiva. Se ha desarrollado un caso, un proceso de responsabilidad civil extracontractual, sin embargo, lo curioso e interesante es que el fondo del asunto recae sobre acreditar que el perro asesinó al gato”, dijo el abogado Vásquez.

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Entre la lista de pruebas que admitió el juez de cara a una audiencia que podría definir la responsabilidad del perro en el gaticidio, se ordenaron varias declaraciones, recuperación de vídeos de seguridad, minutas de vigilancia y hasta la exhumación de cuerpo del gato, víctima.

“Con apoyo en lo normado en el artículo 226 de la Ley General del Proceso, se ordena la exhumación del cadáver del animal de especie felina, tipo gato, raza persa, de individualización o denominación Saitama, a efectos de realizar una necropsia a expensas del demandado”, señala la decisión que advierte cómo una vez se cumpla con la exhumación se realicen los estudios de necropsia necesarios.

En la misma decisión, el juez le dice a los dueños del gato que en un término de tres días deben informar el sitio donde se encuentra enterrada la mascota para adelantar el proceso de exhumación y completar, de esta manera, el listado probatorio que se incluyó de cara a la audiencia de responsabilidad.

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“Para el efecto, requiérase a la parte actora para que en el término de TRES (3) DÍAS contados a partir de la notificación por estado de esta decisión, proceda a informar el lugar donde se encuentra el cadáver del animal de especie felina, tipo gato, raza persa, de individualización o denominación Saitama”, advierte la juez.

Como si fuera poco a la exhumación del cuerpo del gato, también se adelantaron estudios de psicología para el perro con el objetivo de establecer si su comportamiento es agresivo, una evidencia de su responsabilidad en el gaticidio. Los resultados en este caso arrojaron que Milo es una mascota tranquila e incluso amable con los desconocidos. El proceso continúa.