NACIÓN
Institución médica responde por disminución de salarios en medio de la pandemia
Víctor Raúl Castillo, presidente de la Fundación Cardiovascular de Colombia, se refirió a la decisión de la junta directiva de disminuirle temporalmente el sueldo a los profesionales de la salud que ganen más de 2 millones de pesos.
El presidente de la Fundación Cardiovascular de Colombia (FCV), Víctor Raúl Castillo, habló con SEMANA sobre la decisión de la junta directiva de disminuir temporalmente en un 10 por ciento el salario a las personas que ganen más de dos millones de pesos mensuales.
Este hecho, ocurrido en medio de la pandemia del coronavirus, generó indignación entre los trabajadores de la salud de esta institución, ubicada en Floridablanca, en el área metropolitana de Bucaramanga.
Castillo revela que tienen una cartera por cobrar que asciende a los 160.000 millones de pesos y que la coyuntura disminuyó la facturación en un 35 por ciento, lo que impactó en los ingresos. En Santander, del total de 300 camas de cuidados intensivos, 160 están en la FCV.
SEMANA: En los últimos días ha habido malestar e indignación entre los trabajadores de la salud de la FCV, debido a la decisión de la junta de bajarles el sueldo en un 10 por ciento a aquellas personas que ganen más de dos millones de pesos. ¿Qué responde?
Víctor Raúl Castillo: Como cualquier empresa del mundo, la FCV afronta unos impactos muy grandes por cuenta de la pandemia. Tenemos 2.500 empleados directos y 1.500 indirectos, es decir, unas 4.000 personas dependen de la fundación. Esto implica responsabilidades muy grandes. En esta época a la fundación se le disminuyó la facturación en un 35 por ciento. El gobierno solo salió a regalarle plata a los hospitales públicos, los privados no contamos porque ni siquiera nos han pagado lo de la Ley de Punto Final. De forma responsable, la junta directiva, a la cual pertenecen cinco médicos, analizó las dificultades a futuro. Todo se hizo pensando en preservar los empleos.
SEMANA: Pero la falta de pagos a tiempo es un problema que no surgió a raíz de la pandemia. Desde hace años la FCV no paga a tiempo la nómina. A sus trabajadores les pueden deber hasta tres meses...
V.R.C.: Les debíamos. Este mes hemos pagado ya dos nóminas. La FCV tiene un problema crónico como todos los hospitales. Si usted mira el Hospital Universitario Ramón González Valencia, ¿cuánto tiempo le debía a sus médicos? Nosotros ya nos pusimos al día, estamos debiendo solamente el mes de mayo, y hoy estamos a 8 de junio, de tal forma que nuestro atraso es de ocho días.
SEMANA: ¿Esas demoras en el pago de la nómina iniciaron cuando se empezó a construir el Hospital Internacional de Colombia (HIC)? ¿No hubo un alto endeudamiento que terminó impactando el flujo de caja?
V.R.C.: Nuestra cartera es de 160.000 millones de pesos. Debíamos tener máximo una cartera de 50.000 millones de pesos. Lo que ocurre es que las EPS se han quebrado, se han robado la plata, entre otras. Antes es un milagro que la fundación y muchos hospitales siga funcionando en medio de estas condiciones. Sí hemos tenido un problema grave y se lo hemos informado a la gente. Si hoy no estuviera el HIC, la ciudad estaría muy comprometida. Santander tiene 300 camas de covid-19, y de ese total la fundación aporta 160. Si la fundación no existiera, estaríamos jodidos. A nosotros nadie nos ha ayudado. Todo esto ha sido a punta de esfuerzo. Yo me voy a retirar, estoy jubilado, de hecho presenté mi renuncia el año pasado, pero la junta me pidió un tiempo más mientras salimos de esta situación. Bucaramanga es reconocida por el sector de la salud y por supuesto que hemos tenido todos los problemas del mundo, eso no es un secreto y no lo hemos escondido.
SEMANA: ¿Pero no hubo un sobreendeudamiento con el HIC?
V.R.C.: Desde que empezamos a construir el HIC, el sector de la salud empeoró. No es que haya habido un sobreendeudamiento, es que el sistema dejó de pagar, algo que es diferente. Además, si tuviéramos una cartera menor, no solo no tendríamos problemas con los médicos, sino que tendríamos la mitad de la deuda con los bancos. El que venga acá más adelante en un par de años le tocará una etapa gloriosa. A mí me tocó la dura.
SEMANA: Usted destaca que la FCV es el tercer mejor hospital de Colombia, el sexto de América Latina, pero los trabajadores reclaman sus derechos y en una pandemia no se ve bien que les bajen sus salarios...
V.R.C.: Esta situación ha sido general para todo el mundo. Puede verse muy mal, pero es responsable. Pregunte cómo es el manejo de los especialistas en los hospitales privados y cuánto se les bajó el ingreso. Normalmente en el sector privado los especialistas trabajan por actividad y pueden demorar un año en pagarles. En el 2000 la FCV tomó la decisión de laboralizar a todo el mundo. Eso nos implicó unos costos altos, aquí a los especialistas trabajan así, les pagamos su seguridad social, salarios, vacaciones. Eso nos ha costado una plata grande y creemos que es lo justo con los colegas médicos. Esperamos ponernos al día, es poquito lo que nos falta. Uno tiene que contar la verdad completa. Estamos pidiendo que nos ayuden con una colaboración del 10 por ciento para estabilizar las finanzas. Me siento un poquito triste con mis colegas médicos, hay como un desagradecimiento. Entristecedor, pero bueno la humanidad es así.
SEMANA: ¿Qué viene ahora?
V.R.C.: Vamos a cumplir con la nómina, con nuestros compromisos y esperamos no volvernos a atrasar. Yo me bajé el salario en un 50 por ciento, uno tiene que ser consecuente con la situación. La disminución de todos va a ser mientras recuperamos el ingreso. Finalmente me llama la atención que la molestia haya sido del personal médico, y no del administrativo, y de los médicos de mayores ingresos. En la FCV el gasto del personal es del 50 por ciento y el 35 por ciento corresponde al médico. Ojalá alguno de ellos se hubiera metido en esta labor de hacer esta institución. Es difícil e incomprendido hacer una organización como esta.