Judicial
Intendente Alfonso Quinchanegua, vinculado a caso de ‘chuzadas’ a Marelbys Meza, enfrenta nueva imputación por falsedad material
La Fiscalía presentó cargos contra el intendente por presunta manipulación de pruebas en el caso de interceptaciones ilegales a la exempleada de Laura Sarabia.
La Fiscalía General de la Nación llevó ante un juez de control de garantías al intendente Alfonso Quinchanegua Quinchanegua, quien ya estaba vinculado a la investigación por interceptaciones ilegales a tres personas, incluyendo a Marelbys Meza, exñiñera del hijo de la entonces jefe de gabinete de la Presidencia, Laura Sarabia.
En una nueva fase de la investigación, la Fiscalía imputó al intendente un nuevo delito: falsedad material en documento público. Quinchanegua, en este caso, no aceptó los cargos presentados en su contra.
Los elementos de prueba recopilados sugieren que el intendente habría ordenado a un patrullero “modificar y adicionar algunos apartes” al testimonio de Marelbys Meza tras ser sometida al polígrafo de manera irregular. Esta práctica se realizó en relación con la pérdida de dinero en la residencia de Sarabia el pasado 29 de enero.
La acusación sostiene que el intendente presuntamente instigó a su subalterno para que alterara el testimonio, incluyendo información falsa sobre la exempleada tomando un servicio de transporte particular después de que se perdiera la plata. Esta información se habría utilizado, al parecer, para justificar una declaración tomada de manera “extemporánea” a un conductor de plataformas de transporte.
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“(...) Se incluyó que la exempleada tomó un servicio de transporte particular, luego de culminar su jornada laboral, el día en el que se extraviaron unos dólares. Esta información, presuntamente, se usó para justificar una declaración tomada de manera extemporánea a un conductor de plataformas virtuales de transporte”, estableció la Fiscalía.
La investigación reveló que la entrevista manipulada fue parte del informe de Policía Judicial presentado a la fiscal que ordenó la interceptación de las comunicaciones de Marelbys Meza y otra persona.
“(...) La investigación da cuenta de que el intendente Quinchanegua, al parecer, presionó a su subalterno, a través de mensajes de texto y de manera verbal, para que procediera irregularmente. La entrevista alterada hizo parte del informe de Policía Judicial presentado a la fiscal que ordenó interceptar las comunicaciones de Marelbys Meza Buelvas y otra persona, con base en varios elementos suministrados por los imputados por estos hechos”, añadió el ente acusador.
Son más de 80 elementos de pruebas y 35 los testigos, que incluyen a policías, investigadores y las personas particulares que, de alguna manera, fueron víctimas de la persecución que durante esos días, y por cuenta del hurto al apartamento de Laura Sarabia, lideraron algunos miembros de la Policía en la Sijín de Bogotá.
“(...) Actuó en coautoría impropia, con Alfonso Quinchanegua y Dana Canizalez, procesados en el caso surtido por anticorrupción, estos últimos quienes presentaron el informe a la fiscal primera del hurto prestando un aporte esencial, pues era la fuente DIJ10 -Rafael Santos y no otra la fuente a utilizar para producir la información mentirosa, a través de un acuerdo previo o concomitante”, dice el escrito de acusación.
La evidencia que tiene en su poder la Fiscalía, que fue condensada justamente en el escrito de acusación, reveló cómo el falso informante fue usado por los investigadores de la Sijín para argumentar la necesidad de interceptar las comunicaciones de la niñera, al punto de que la convirtieron en una integrante de una peligrosa organización criminal dedicada al hurto apartamentos.
“Buscó inducir en error a la servidora pública, fiscal 102 anticorrupción con una finalidad de obtener un resultado, en últimas no causado, consistente en lo que podría ser una resolución ¿u orden de qué?, un posible archivo”, quedó consignado en el escrito de acusación.
Advierte el ente acusador que el comportamiento de los uniformados y el falso informante fue premeditado con la única intención de conseguir la orden para interceptar las comunicaciones de Marelbys y algunos de sus amigos. A ellos también los convirtieron en delincuentes integrantes para escucharlos.