LA ERA DUQUE
El estilo Duque, así gobernará el nuevo inquilino de la Casa de Nariño
Tras el empalme con el gobierno Santos y las reuniones con los designados en su gabinete, hay señales del regreso de la microgerencia y el diálogo regional. Como en épocas de Álvaro Uribe.
El pasado 24 de julio, en Cajicá, a casi treinta kilómetros del mundanal ruido de la capital del país, el presidente Iván Duque sostuvo su primer ‘consejo de ministros’ con los designados para integrar el que será su equipo de gobierno, a partir de este martes 7 de agosto. Una cumbre tan importante, no solo por ser la primera, sino porque como dicen los cachacos, “desde el desayuno se sabe cómo será el almuerzo”. Las primeras horas de trabajo del futuro gabinete dieron las primeras pistas de cómo será el estilo de gobierno. El estilo Duque.
A esa reunión asistieron los 15 ministros y dos directores de entidades del nivel central, designados hasta ese momento. Duque no fue el encargado de recibirlos. Quién lo hizo fue su vicepresidenta, Marta Lucía Ramírez, quien dirigió la jornada de trabajo matutina hasta la hora del almuerzo. Fue el primer mensaje, la primera pista.
Desde 1991, cuando la figura del designado presidencial dio paso a la de la vicepresidencia, este cargo parecía ser una pieza decorativa dentro de la estructura del poder ejecutivo. Tal vez con el caso Vargas Lleras, en el segundo gobierno de Juan Manuel Santos, la percepción cambió, y con ese antecedente puede que el vicepresidente ahora tenga mayor jerarquía.
El hecho de que Marta Lucía Ramírez haya dirigido la primera parte de ese ‘consejo de ministros’ demuestra que no será ninguna pintada en la pared, entre otras por los rasgos que definen su personalidad. Fue la primera mujer ministra de Defensa en la historia del país (2002-2003), fue congresista y en dos ocasiones ha querido llegar a ser la primera presidenta de la república. Por eso se presume que será muy activa en los hilos que se maneje en la Casa de Nariño.
Lo que aún no se sabe sobre los roles de Marta Lucía, es si -como sucedió en el gobierno Santos-, se le entregará como vicepresidenta la responsabilidad de algún ministerio o cartera en específico. O si por el contrario será esa especie de jefe de gabinete que ponga a marchar a todo el equipo ministerial. Después del 7 de agosto, uno de los primeros decretos que deberá firmar el ya posesionado presidente Iván Duque, será precisamente el que defina las funciones específicas que deberá atender su vicepresidenta. En los años de Álvaro Uribe, al vicepresidente Francisco Santos se le encomendó la política de derechos humanos, pero nunca tuvo bajo su tutela alguno de los ministerios (que en ese entonces eran 13 y no 16).
El empalme con el saliente gobierno estuvo liderado por el designado ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla. Se hizo énfasis, precisamente, en la salud de la economía. Y aunque el presidente electo ha prometido que gobernará sin el espejo retrovisor, la desfinanciación con que recibirá algunos proyectos gubernamentales del llamado posconflicto es la preocupación que más lo asalta.
Entre las primeras instrucciones que Duque impartió a su equipo de gobierno fue la de implementar las políticas bajo el criterio del contacto permanente con la ciudadanía. Habrá tres escenarios que recuperará de la forma de gobernar de Álvaro Uribe. Consejos de seguridad todos los lunes, y no desde Bogotá; ‘Talleres Construyendo País’, los fines de semana y a la imagen y semejanza de los Talleres Comunitarios de Uribe; y la nueva figura del ‘Diálogo Social-Empresarial’. Parece indicar que el estilo microgerencial volverá a la Casa de Nariño.
El mandatario electo también hizo énfasis en la relación transparente que debe existir entre Ejecutivo y el Congreso. Jorge Mario Eastman, antiguo funcionario del gobierno Uribe, será la mano derecha de Duque como secretario general de Casa de Nariño.
Desde el desayuno se sabrá cómo será el almuerzo. De las reuniones adelantadas antes de su posesión, hay pistas concretas de lo que será el estilo Duque.