ENCUESTA
Iván Duque: imagen en caída libre
¿Qué explica el fuerte descenso en la imagen del presidente? Encuesta de Invamer para SEMANA, Blu Radio y Caracol Televisión.
La calificación del gobierno del presidente Iván Duque se desplomó. Justo al cumplir los primeros 100 días de gobierno, la evaluación de los colombianos, en una encuesta que cubre tanto al país urbano como al rural, bajó de 53,8 a 27,2 por ciento desde el mes de septiembre. Esta es la principal conclusión de la encuesta realizada por Invamer para SEMANA, Caracol Televisión y Blu Radio.
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Varios hechos explican el bajonazo. En ese periodo el pesimismo volvió a subir, después de una breve luna de miel generada con el cambio de gobierno y la victoria electoral de Duque. Los niveles de insatisfacción regresaron a cifras similares a las registradas en los últimos años del gobierno de Juan Manuel Santos. Quienes consideran que el país va por mal camino aumentaron de 59 a 73,8 por ciento. Esta es una trepada significativa, sobre todo para un periodo tan corto, que arrastra a la gran mayoría de indicadores sobre las expectativas de la gente y sobre la imagen de las principales figuras públicas. Al comparar las encuestas de septiembre y noviembre se nota, en general, un bajonazo en el ánimo de los colombianos y en sus percepciones hacia el gobierno, las instituciones y el futuro del país.
Los primeros 100 días del presidente Duque han sido turbulentos. Su proyecto de reforma tributaria, que cursa en el Congreso con el nombre de Ley de Financiamiento, se convirtió en una de las principales causas de la baja en la imagen del nuevo gobierno. Los proyectos de ley para aumentar impuestos –por los que han sufrido todos los presidentes– resultan, por naturaleza, impopulares. Pero en el caso del actual gobierno aún más: 80,8 por ciento de los encuestados manifiestan no estar de acuerdo con que se aumenten los impuestos para poder mantener programas sociales fundamentales. Tan alto porcentaje también se explica porque en las redes sociales han circulado insistentemente los avisos de prensa pagados durante la campaña electoral por el Centro Democrático que prometían “más salarios y menos impuestos” si la dupleta Iván Duque-Marta Lucía Ramírez llegaba al poder.
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También ha afectado negativamente el clima general –y ha golpeado al gobierno– el rechazo de los colombianos ante la corrupción. El porcentaje de encuestados que creen que ese problema está empeorando subió de 80,2 por ciento a 87,2 por ciento desde septiembre. Y ahora encabeza la lista de las principales dificultades de Colombia en este momento, tras desplazar incluso al desempleo, que suele aparecer en el primer lugar. Aunque el gobierno de Duque no se ha visto salpicado por ningún escándalo, el primer mandatario no sale bien librado ante la pregunta sobre qué tan comprometido está en la lucha contra ese flagelo. Quienes no creen que está librando esa batalla pasaron de 31,6 a 51,4 por ciento. La frustración por el hundimiento de los proyectos de ley que buscaban poner en práctica la consulta anticorrupción puede haber contribuido a incrementar esta actitud.
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Las relaciones del presidente Duque con su partido también han sido complejas y han afectado su imagen. La propia vicepresidenta Marta Lucía Ramírez ha dicho que “una cosa es el partido y otra el gobierno”. La percepción sobre el jefe de Estado en esa colectividad sigue siendo positiva –los afines al Centro Democrático aprueban su gestión en un 62 por ciento–, pero hubo una caída significativa y la propia percepción sobre el expresidente Uribe se ha devaluado: su negativo, de 48 por ciento, por primera vez superó su positivo, de 47 por ciento. Entre el mandatario y la colectividad se han presentado desacuerdos sobre la reforma tributaria, pues el Centro Democrático se opone al IVA. Y sobre la consulta anticorrupción, ya que Duque la votó a favor y el expresidente Uribe no. Además, grupos dentro de la colectividad han recibido mal algunos gestos de continuidad del nuevo gobierno con el proceso de paz. El deterioro de la imagen presidencial queda en evidencia en el bastión del uribismo –Antioquia y la zona cafetera–, donde triunfó ampliamente: hoy un 68,8 por ciento califica de manera negativa la gestión presidencial, cifra que en la anterior encuesta, en septiembre, apenas llegaba a 23,7 por ciento. Esta semana el exministro Fernando Londoño publicó una dura columna contra el gobierno, que muchos han interpretado como una expresión del sentimiento del ala dura del uribismo. En cambio, en la costa Caribe, si bien la calificación negativa a Duque supera a la positiva, el mandatario tiene un mejor registro. Durante la campaña, el Centro Democrático tuvo dificultades en esa zona.
La agenda política durante los tres meses y medio de Duque en la presidencia ha sido compleja. Las marchas estudiantiles han generado una percepción de zozobra y el gobierno ha pagado un precio por lo que los manifestantes llaman falta de compromiso con la educación. La imagen de la ministra del ramo, María Victoria Angulo, es negativa en 22,1 por ciento frente a un 14,4 por ciento favorable. Solo su colega de Hacienda, Alberto Carrasquilla, centro de un duro debate del senador Jorge Enrique Robledo, tiene una percepción más desfavorable.
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La encuesta puso especial atención en medir la opinión de los colombianos sobre la crisis de Venezuela y sobre la llegada de cerca de un millón de migrantes. Más de la mitad, un 53,7 por ciento, desaprueba la manera como el gobierno de Iván Duque ha manejado la crisis del vecino país. Sin embargo, la opinión pública está dividida sobre la forma de enfrentar el problema. Con excepción de la pregunta sobre romper las relaciones, un consistente 78,8 por ciento opina que no. Los encuestados se dividen en partes iguales frente a dilemas sobre si se debería cerrar la frontera. La imagen de Nicolás Maduro sigue en el sótano, con 94 por ciento desfavorable, y la percepción sobre los venezolanos que llegan a Colombia también es negativa en un 49,4 por ciento frente a un 42,7 positiva.
La imagen del proceso de paz con las Farc también se deterioró. Un 67,1 por ciento de los encuestados opina que va por mal camino, cifra que en septiembre era de 55,6, y los optimistas cayeron 11 puntos. A la hora de determinar a los culpables, hoy tanto el gobierno como las Farc son señalados por amplios márgenes por incumplir los pactos. Aun así, la mayoría piensa todavía que las Fuerzas Armadas pueden derrotar a los grupos guerrilleros y no cree que estos últimos puedan tomar el poder por la fuerza, aunque –con respecto a la encuesta de septiembre– hay un deterioro marginal. Un 63,8 por ciento confía en el diálogo, más que en la lucha armada, incluso con el ELN, guarismo consistente desde comienzos del presente año.
Finalmente, la encuesta volvió a incluir una batería de preguntas sobre asuntos de la agenda pública que definen el perfil ideológico de los colombianos. Sobre puntos como castigar el porte de la dosis mínima, el matrimonio civil entre parejas del mismo sexo, la legalización del tráfico y el consumo de drogas y la adopción de menores de edad por parte de parejas del mismo sexo, amplios porcentajes –superiores, todos, al 50 por ciento– están en el lado conservador.
Ese punto de reflexión en que se han convertido los primeros 100 días de un periodo presidencial obliga al presidente Iván Duque a revisar estrategias. Tuvo una caída profunda y amplia. Ya no se ven las diferencias entre el país urbano y el rural, pues este antes lo favorecía más. Por estratos, los más bajos califican de manera más severa las acciones contra la corrupción y, al mismo tiempo, entre más alto es el estrato más grande es su caída en aprobación.
Una tradición muy colombiana decía que al principio los presidentes tenían una luna de miel y que al final los golpeaba el sol a las espaldas. Álvaro Uribe quebró el dogma, al mantener una imagen positiva durante sus ochos años en el poder. A los demás –Santos, Pastrana, Samper y Gaviria– les fue bien al principio, pero bajaron después, aunque no todos a la misma altura de su cuatrienio. Iván Duque regresó a los parámetros tradicionales, pero su deterioro llegó más temprano.
Por eso, muchos se preguntan si, así como bajó más pronto, también podrá corregir el rumbo. César Gaviria recuperó su imagen en los últimos seis meses de su gobierno. ¿De qué depende la posibilidad de que Iván Duque se recupere? Se ha vuelto un lugar común decir que su gobierno no tiene un rumbo claro ni una narrativa que lo identifique. El pasado jueves los cuatro invitados al programa Semana en Vivo –Sandra Borda, Sergio Araújo, Álvaro Forero y Juan Fernando Cristo– respondieron de manera diferente cuando les preguntaron por la que consideran la prioridad del gobierno. Es claro que su equipo de trabajo necesita dar un timonazo para mostrar liderazgo y carácter, y aclarar la agenda, el sello característico y el mapa de ruta de la presidencia de Iván Duque Márquez.