| Foto: león darío peláez-semana

ESPECIAL 20 DE JULIO

“Jaque fue un momento de felicidad compartido por millones”: Ingrid Betancourt

La excandidata presidencial habla de la operación que la devolvió a la libertad el 2 de julio de 2008. “Fue un encadenamiento perfecto de acontecimientos... La Operación Jaque no solo cambió la vida de nosotros los secuestrados, sino también la del país”, dice.

17 de julio de 2021

La Operación Jaque fue un encadenamiento perfecto de acontecimientos. Ese día, el Ejército se metió a la selva con un helicóptero pintado, sin armas y un grupo muy pequeño aterrizó en medio de un anillo de 300 guerrilleros armados hasta los dientes. Habrían podido suceder 80 cosas que pusieran en riesgo la operación, pero todo se conjugó para ese resultado extraordinario.

Recuerdo que los comandantes se montaron al helicóptero y a nosotros nos subieron forzados. Todos nos preguntábamos, ¿a dónde nos van a llevar? ¡Diez años más de selva! Aunque nos habían dicho que era una misión humanitaria, nosotros estábamos convencidos de que era un engaño de las Farc.

La Operación Jaque no solo cambió la vida de los secuestrados, sino también la del país. | Foto: Foto montaje / Semana

La Operación Jaque no solo cambió la vida de nosotros los secuestrados, sino también la del país. Con esa derrota, las Farc tuvieron que replantearse su esquema de guerra y pensar en pasar a lo político. Juan Manuel Santos pudo llegar a ser presidente y se abrió el camino para la paz. Hay que reconocer que acciones como estas llevaron a que pudiéramos construir el proceso de paz.

Para mí, Jaque representa todo lo bueno que somos. El sacrificio de unos le dio la posibilidad a todo un pueblo de unirse. Celebramos esa acción porque revelaba la hidalguía del país. Con ella se abrió la posibilidad de que Colombia cambiara su destino. Fue el momento en que comenzamos a enderezar la trayectoria y en vez de estrellarnos contra el iceberg, rectificamos el curso.

Ese día el país vivió un momento de felicidad compartido por millones. Una explosión de alegría que solo se siente en momentos de comunión como con la selección Colombia. No hubo un colombiano que no sintiera algo fuerte, muchos lloraron en las calles y festejaron lo que pasó el 2 de julio de 2008. Fue un momento espiritualmente excepcional porque conectó muchas almas. Todas con la misma felicidad y gratitud.