JUSTICIA
JEP cierra definitivamente la puerta a narco que se hizo pasar por miembro de las FARC para frenar su extradición
Este lunes, el tribunal puso punto final a un caso que se convirtió en un dolor de cabeza para autoridades judiciales. El hombre intentó frenar su extradición durante años haciéndose pasar por guerrillero.
Tras la firma del Acuerdo de Paz entre el gobierno Santos y las FARC, en noviembre de 2016, la oficina del Alto Comisionado para la Paz advirtió que en la lista de insurgentes presentada por la guerrilla había decenas de colados.
En total fueron 251 personas las que se estaban haciendo pasar por miembros del grupo ilegal para recibir beneficios de la justicia.
Uno de ellos era Segundo Alberto Villota, un hombre acusado de narcotráfico y que es requerido por las cortes del Distrito Sur de Florida y del Distrito Este de Texas, Estados Unidos, al ser considerado el último gran capo del Cartel de Cali.
Su extradición había sido avalada por el expresidente Juan Manuel Santos, la Corte Suprema y la Fiscalía, pero una denuncia en su contra frenó el proceso. El ente acusador tuvo que adelantarle una investigación por el delito de rebelión, luego de que un recluso de la cárcel de Villahermosa, en Cali, enviara una carta a la Policía diciendo que Villota era miembro de las FARC y que “había traicionado la causa”.
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La versión resultó siendo falsa, pues Villota buscaba frenar su extradición al hacerse pasar por guerrillero y comparecer ante la JEP.
El caso se volvió una piedra en el zapato para autoridades judiciales y no fue sino hasta diciembre del año pasado cuando la Sección de Revisión de la JEP comunicó que “no se demostró que el solicitante hubiera pertenecido a las FARC-EP ni que hubiera sido acusado o condenado por ninguna autoridad judicial de haber formado parte de ese grupo”.
Eso llevó a que el tribunal avalara su envío a Estados Unidos, pero Villota dilató una vez más el proceso por medio de una tutela con la que buscó dejar sin efectos el rechazo de la JEP a la garantía de no extradición, que sí aplica para los guerrilleros desmovilizados.
Pero este lunes, tras ires y venires, la Sección de Ausencia de Reconocimiento de la jurisdicción negó en segunda instancia la tutela y le cerró definitivamente las puertas al narco, por lo que su caso queda ahora en manos de la Corte Suprema de Justicia, que retomará el proceso para su extradición a EE. UU.