NACIÓN
10 puntos para entender la encrucijada de Santrich (y sus consecuencias)
El ex guerrillero se esfumó y dejó una serie de interrogantes que van mucho más allá de sus circunstancias particulares. El fenómeno Santrich acarrea una serie de efectos en distintos escenarios de la vida político-judicial del país y que incluso trascienden las fronteras. Estos son los principales interrogantes en torno al espinoso caso.
1. ¿Qué pasó con Jesús Santrich: está fugado o desaparecido?
En términos legales está desaparecido pero en términos políticos cada minuto parece claro que se voló. En estricto sentido o desde el punto de vista legal no se puede afirmar que Santrich esté prófugo de la justicia ya que contra él no hay una medida de restricción de la libertad. Puede moverse libremente por el país. El exguerrillero tiene sí pendiente una cita crucial con la Corte Suprema de Justicia para ser indagado por presuntos negocios de narcotráfico. El máximo tribunal entrará a resolver su situación jurídica luego de esa diligencia, programada para el próximo 9 de julio. Podría ser que la corte tras la ausencia o presencia (poco probable) de Santrich a esa diligencia decida imponerle una medida de aseguramiento pero eso se verá en ese momento.
De otra parte, como compareciente ante la JEP, Jesús Santrich está obligado a pedir permiso a esa instancia para salir del país. Si es verdad –como se especula– que el exguerrillero está en Venezuela estaría incumpliendo el régimen de condicionalidad de la jurisdicción de paz y esto tendría repercusiones legales en su proceso ante ese tribunal. Sin embargo, procesalmente hasta ahora no hay certeza de que Santrich esté en el país vecino.
Si una persona no tiene requerimientos por parte de la justicia y se desconoce su paradero habría que decir que está desaparecida. Pero el interrogante, abordado desde la perspectiva política y tratándose de Santrich, ofrece otra respuesta: el exguerrillero está huyendo de la justicia.
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Desde la óptica política hay que señalar que Santrich afrontaba la posibilidad real de ser recapturado –una vez más– en las próximas semanas cuando los magistrados de la Corte Suprema analizaran de fondo su caso. Y esa eventual detención podría derivar luego en su extradición a Estados Unidos. Él había asegurado que comparecería pero también en varias entrevistas señaló que nunca renunciaría a la rebelión e insistió en que el proceso por el cual estuvo detenido poco más de un año era un montaje de la DEA en asocio con la Fiscalía. “Yo no soy narco, soy revolucionario”, dijo.
En consonancia con ello están las circunstancias en que se esfumó. Fue él mismo quien le indicó a su esquema de seguridad (escoltas de la UNP de su confianza) que descansaran tranquilos porque él pasaría la noche en una vivienda del ETCR de La Paz, Cesar. Los escoltas, el domingo, se llevaron la sorpresa de que no estaba allí y encontraron una nota con su firma en la que les decía que se había ido para Valledupar para estar con su hijo. Pero también encontraron una “escalera” hecha con llantas que permitían salir por una ventana posterior de la vivienda y conectar con una trocha. Es decir, Santrich ideó una forma de escabullirse soterradamente y al parecer dejó una nota que le permitiría o tener más tiempo o contar con una coartada en caso de ser detectado al huir.
Todo eso, sumado a que el exguerrillero también había dicho que el acuerdo de paz fue traicionado por el Estado, hace suponer que su ausencia es voluntaria y obedece a una decisión de fuga frente a lo que veía venir.
2. ¿Jesús Santrich está en Venezuela?
La información sobre el paradero del ex líder guerrillero aun es incierta. Sin embargo, hay elementos que permitirían suponer que este cruzó la frontera y se encuentra en Venezuela. En las horas de la mañana se especuló que Santrich podría haberse unido en ese país a otro líder del desmovilizado grupo subversivo y de quien tampoco se tiene noticia sobre su paradero: Iván Márquez.
También es clave recordar que Santrich era uno de los jefes del Bloque Caribe de las extintas Farc y que esa estructura operaba en los departamentos fronterizos con Venezuela. Informes de inteligencia indicaban que los jefes de las Farc tenían campamentos en los estados vecinos de Tachira, Zulia y Apure.
Incluso en 2010 el gobierno de Álvaro Uribe presentó fotografías que evidenciaban esos campamentos, uno de los cuales era una escuela de adiestramiento el cual llevaba el nombre de Jesús Santrich. De otra parte, el ETCR, de la Paz, en Cesar, de donde se esfumó el exguerrillero está a pocos kilómetros de Venezuela y la línea fronteriza está plagada de trochas que bien conocen los exguerrilleros pues muchos de estas fueron hechas por ellos mismos.
3. ¿Cómo afecta esto al proceso de paz?
La paz recibe un duro golpe. Los sectores más radicales y críticos de la JEP tendrán “munición” de marca garantizada: la cantada fuga de Jesús Santrich. En adelante será aún más difícil vender el compromiso de la paz. Esto es injusto porque el acuerdo es mucho amplio que la figura del exguerrillero de la pañoleta y los lentos oscuros. Según el más reciente informe de la Misión de Verificación de la ONU en Colombia más de 11.000 excombatientes están cumpliendo a cabalidad con los compromisos de la paz.
Pero el caso Santrich cobró tal vuelo y dimensión política que se volvió el pulso simbólico entre quienes exigen reformas al acuerdo y entre quienes piden cumplir lo pactado. Los primeros alegaban que Santrich (capturado, procesado y no extraditado) era prueba de que la arquitectura de la justicia transicional tenía troneras graves. Ahora, la ausencia de Santrich, les da la razón aun cuando sea equívoco tomar un caso para describir la generalidad. Y la polémica se agravará en una semana cuando la prensa registre la no llega de Santrich a su cita con la Corte Suprema de Justicia y se reeditará cuando la JEP defina la apelación formulada por la Procuraduría sobre la solicitud de extradición del exguerrillero, negada en primera instancia. En adelante, cada vez, que se quiera cuestionar el acuerdo de paz y argumentar sobre la necesidad de rebajarlo, el nombre de Santrich saltará al debate como el mejor ejemplo de lo que no debe ser.
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4. El caso de Jesús Santrich se ha convertido en toda una novela judicial. Su expediente pasó un largo tiempo por la JEP. ¿Por qué?
El exlíder guerrillero fue capturado en abril de 2018 y pedido en extradición por supuestamente haber intentado traficar 10 toneladas de cocaína a Estados Unidos, con intermediación del Cartel de Sinaloa. El acuerdo de paz firmado entre el Gobierno y las Farc dejó claro que los guerrilleros gozaban de la garantía de no extradición por los delitos cometidos antes de su firma, es decir, del 1 de diciembre de 2016. En virtud de ello, la JEP es la encargada de determinar si los hechos investigados se pudieron haber cometido antes o después de esa fecha. Para hacer esa tarea, la JEP le pidió a Estados Unidos y a la Fiscalía que le remitieran las pruebas. Ninguno lo hizo. Historicamente, la justicia norteamericana nunca ha enviado las evidencias que comprometen a los colombianos.
JEP reclama las preubas de Estados Unidos contra Santrich
5. ¿Qué decidió en su momento la JEP y por qué fue polémico?
La JEP aseguró que las pruebas que llegaron al expediente de Jesús Santrich no permiten evaluar la conducta ni establecer la fecha precisa de su realización. Es decir, que no era posible saber si había cometido el delito del narcotráfico ni si los hechos eran anteriores a la firma de la paz, el 1 de diciembre de 2016. Por cuenta de eso, le aplicó la garantía de no extradición y le ordenó a la Fiscalía su libertad inmediata. La medida no fue unánime al interior de la JEP. Tuvo tres votos a favor y dos en contra. La decisión fue polémica porque significaba la posibilidad de que Santrich saliera a ocupar su curul en el Congreso, por el rechazo de los Estados Unidos y del Gobierno Duque, y porque produjo un efecto dominó que desencadenó la renuncia del fiscal Néstor Humberto Martínez y de la ministra de Justicia Gloria María Borrero (aunque ella negó que se hubiera retirado por esta causa).
Néstor Humberto Martínez presentó su renuncia apenas se conoció la decisión de la JEP de no extraditar a Santrich. Martínez se refirió a dos puntos: los cambios que la ley estatutaria de la JEP introdujo a la extradición (los cuales están en el limbo por cuenta de las objeciones) y la decisión de Santrich. Para Martínez, se hizo "trizas la cooperación judicial internacional" y la “extradición quedó herida de muerte”. El funcionario agregó que la JEP destruyó “la muralla que construyó el acuerdo de paz entre la reinserción y el narcotráfico, cuya promiscua relación constituye una amenaza para nuestra democracia". Algunos analistas, como la columnista María Jimena Duzán, aseguraron que el fiscal aprovechó el momento para irse, pero que en el fondo existen otras razones.
Vea el video en el que María Jimena Duzán analiza el tsunami político y judicial que produjo la renuncia del fiscal Néstor Humberto Martínez
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5. ¿Por qué a Santrich lo habían liberado, luego lo volvieron a capturar y después nuevamente a liberar?
Las cámaras de televisión transmitieron en directo la salida de Santrich de La Picota. Escoltado por agentes del Inpec y en silla de ruedas, el excomandante guerrillero casi alcanza a cruzar la última puerta del penal, cuando fue abordado por agentes del CTI que procedieron a su recaptura. La Fiscalía aseguró que, "como producto de la cooperación judicial internacional, en las últimas horas se incorporaron nuevas evidencias y elementos de prueba que dan cuenta con claridad de las circunstancias de tiempo, modo y lugar de las presuntas conductas de concierto para delinquir con fines de narcotráfico y atribuidas a Hernández Solarte (Santrich)". Dentro de esas nuevas evidencias, argumentó la Fiscalía, obtuvieron por funcionarios colombianos, adscritos a la Dirección Especializada contra el Narcotráfico, "la declaración del señor Marlon Marín". Este último, sobrino de Iván Marquez, está respondiendo por cargos de narcotráfico en Estados Unidos y está bajo protección y colaborando con ese país. El caso fue llevado a la Corte Suprema de Justicia y luego, el 29 de Mayo, ese organismo ordenó su libertad inmediata. Antes de esto, el Consejo de Estado le había ratificado la posibilidad de posesionarse en el Congreso. Esto le permitió ser aforado de esa alta corte.
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6. ¿Qué puede pasar con la apelación en la JEP?
Porque la Procuraduría apeló la decisión y ahora otra sala de la JEP (que de hecho se llama sala de apelaciones) tiene que evaluar nuevamente el tema. Allí se puede confirmar o rechazar la decisión. Hay una complejidad adicional. Y es que la sala de revisión de la JEP realmente no resolvió el fondo del asunto, sino que envió el caso a la Corte Suprema de Justicia. Según el exministro Yesid Reyes, eso va a generar un conflicto de competencias. “Si la justicia ordinaria dice que el delito se cometió después del 1 de diciembre de 2016, Estados Unidos podría hacer una nueva solicitud de extradición. Entonces en definitiva lo que hizo la JEP fue posponer una decisión que tenía que haberse tomado este miércoles. En esta segunda parte es donde creo que la JEP se equivocó porque deja el caso igual de abierto que hace un año. Si la corte llega a decir que el delito fue después del 1 de diciembre y la JEP que fue antes, ¿Sabe quién va a decidir el conflicto?, La Corte Constitucional”.
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9. ¿Qué tenía que ver lo de Santrich con las objeciones presidenciales de Duque?
El caso Santrich es el símbolo de uno de los puntos más importantes de las objeciones del presidente a la ley estatutaria de la JEP. Duque señala que este organismo no debería poder pedir pruebas en los procesos de extradición. La Corte Constitucional aseguró en su sentencia sobre la ley estatutaria que la JEP debe disponer de todo “el material probatorio necesario para realizar la evaluación que le corresponde”. El presidente quiere que esto quede prohibido expresamente. Lo paradójico es que la decisión sobre las objeciones está en la Corte Constitucional que ya se pronunció sobre ese tema.
10. Si definitivamente no aparece ¿qué ocurrirá con su curul?
Jesús Santrich es Representante a la Cámara por el departamento del Atlántico. La suya es una de las diez curules que el acuerdo de paz le otorgó a las Farc. El proceso penal contra el exguerrillero salió de la esfera de Fiscalía y pasó a la de la Corte Suprema luego de que el Consejo de Estado determinó que a pesar de no haberse posesionado (en razón de estar detenido) Santrich ostentaba el fuero de congresista. Tras esto la Sala Penal de la corte definió que bajo esa lógica era la competente para investigar y juzgar al exguerrillero, ordenó su libertad al tiempo que lo citó a indagatoria, y en virtud de esto Santrich pudo acudir al Congreso y tomar posesión de la curul que venía siendo ocupada por otra persona que había sido delegada por el partido Farc.
Así las cosas, si Santrich pierde su fuero de parlamentario su caso retornaría a la Fiscalía. Esto puede ocurrir bajo dos circunstancias: que el exguerrillero acumule seis faltas injustificadas a sus labores como congresista (la próxima legislatura arranca el 20 julio) o que la Corte Suprema ordene su captura por los presuntos delitos de narcotráfico. El segundo escenario implicaría además que el partido Farc perdería esa curul pues el narcotráfico –y no el asuentismo– es uno de los delitos que es castigado con la silla vacía como una sanción que implica no solo al político responsable sino también a su partido.
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