Coronel Hernán Javier Gutiérrez Oliveros, comandante del Batallón de Artillería Coronel Jorge Eduardo Sánchez | Foto: SEMANA

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"La paz necesita el esfuerzo del Estado y los ciudadanos": comandante en Briceño

En la región piloto de los planes de paz, el coronel Hernán Javier Gutiérrez Oliveros explica cómo entró el Estado a una de las regiones más golpeadas por el conflicto. Dice que nada se solucionará de la noche a la mañana y que se requiere mucha voluntad.

9 de marzo de 2017

Hasta antes del cese bilateral del fuego, Briceño era uno de esos pueblos en los que las FARC se habían enquistado como un cáncer. La guerra trajo cientos de desplazados y montañas llenas de minas antipersonal y cultivos ilícitos. Sin embargo, desde que las delegaciones de paz del Gobierno y la guerrilla focalizaron la vereda El Orejón y el corregimiento Pueblo Nuevo como los laboratorios para el desminado y la sustitución de cultivos, la institucionalidad se abrió paso. Semana.com habló con el coronel Hernán Javier Gutiérrez Oliveros, comandante del Batallón de Artillería Coronel Jorge Eduardo Sánchez, que tiene jurisdicción en Briceño e Ituango.

Semana.com: Su batallón hace presencia en la zona donde se prueban los planes pilotos de paz, ¿cuál es la mayor responsabilidad que tienen?

Hernán Javier Gutiérrez: El mayor reto que tiene la institución, desde mi punto de vista, es garantizar la seguridad en la región. Acompañar la idea del Gobierno en este proceso de paz. Respetar las órdenes del mando y no ser inferior a la necesidad de la población.

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Semana.com: ¿Cómo ha recibido la población al Ejército?

H.G.: La aceptación ha sido buena, lo digo por el contacto que tiene uno con personas de diferentes veredas. Hay gente que reconoce que aquí lo que faltaba era presencia del Estado, y nosotros hacemos parte de esa presencia, entonces sí nos exigen que seamos muy legales, muy respetuosos de la situación, nosotros también tenemos que entender que dentro de este conflicto hay gente que se ajustó dependiendo del actor. Ellos esperan que no cometamos errores que de pronto se cometieron en diferentes regiones del país en algunas épocas pasadas.

Semana.com: Aquí funciona el plan piloto de sustitución de cultivos, ¿ustedes están erradicando?

H.G.: La erradicación se está haciendo, pero también el plan piloto en el cual participan 11 veredas, y por parte del mando hay una restricción en esa área específica, obviamente entendiendo que tenemos que dar apoyo total al Gobierno y a algunas organizaciones de ir sustituyendo los cultivos de manera progresiva. En unas comunidades donde no se ha llegado a ningún acuerdo en este momento, sí se está haciendo la erradicación por tercera modalidad utilizando las tropas, la tercera modalidad es arrancar las matas. Hay gente que manifiesta cierto descontento porque dicen que están interesados en acogerse a este plan piloto, y es algo que se ha hablado con la Agencia de Restitución, que la gente entienda que una cosa es la intención y otra cosa es estar incluidos en el plan piloto, nosotros explicamos eso. Y realmente la gente ha sido muy receptiva y entienden que la coca es un cultivo ilícito. De cierta manera nos entienden, nosotros hacemos el trabajo sobre el proyecto piloto y buscar la manera que se agilice y el Gobierno emita un protocolo correspondiente para acabar con la erradicación e iniciar la sustitución.

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Semana.com: ¿Cuántas hectáreas han erradicado?

H.G.: Este año vamos en más de 24 hectáreas, sólo en Briceño. Yo pensaría que de pronto es poco porque la comunidad tiene una necesidad y nosotros no vamos totalmente erradicando, no vamos a atacar a la comunidad, no vamos por una vereda acabando con todo. Vamos progresivamente haciendo la erradicación. Queremos ser parte de esta idea que tiene el Gobierno de sustituir.

Semana.com: Antes ustedes tenían muchas dificultades para entrar a los territorios de esta zona…

H.G.: La gente se ha dado cuenta de que con la llegada del Estado llega el progreso y la oportunidad de ser competitivos económicamente, como en otras regiones del país. Cuando uno tiene la oportunidad de hablar con la comunidad, ve que persisten necesidades básicas y se entiende que poco a poco van a ser solucionadas a través de estos programas, con la disminución del conflicto, con la desaparición de un actor importante del conflicto, como eran las FARC. La gente ve una oportunidad de cambio, de salir adelante, de dejar a un lado lo vivido porque sabemos que esta fue una región muy golpeada por la violencia. Sin embargo, faltan más recursos para los campesinos.

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Semana.com: Los campesinos están muy olvidados en veredas como El Orejón…

H.G.: Yo como militar he tenido la oportunidad de ir a diferentes regiones y he visto cómo hay comunidades que verdaderamente siente el abandono del Gobierno y es eso lo que motiva la violencia. Para mí Briceño es un municipio estratégico, lo digo abiertamente, es muy importante que aquí las cosas salgan de la mejor manera, que se acepte el cambio, que es progresivo, que no se espere que después de la firma de los acuerdos, de la noche a la mañana, todo se solucione, y que esto necesita la voluntad de las comunidades para salir adelante. No sólo porque haya plata las cosas van a cambiar, el campesino debe poner de su parte.