Nación
Jorge Eliecer Gaitán: Quién mató al líder político
El señalado de haber cometido el homicidio fue Juan Roa Sierra, un joven que trabajaba como albañil, quién habría estado horas antes en la oficina del líder político.
La interrogante sobre quién asesinó a Jorge Eliécer Gaitán se ha mantenido en el tiempo, incluso 73 años después. El señalado de haber cometido el homicidio fue Juan Roa Sierra, un joven que trabajaba como albañil. Según las versiones conocidas, Roa había estado horas antes en la oficina de Jorge Eliécer y se encontraba a las afueras del edificio en el momento de los hechos.
La versión más reconocida de los hechos dice que hacia la una de la tarde, Jorge Eliécer Gaitán, candidato presidencial y líder del Partido Liberal, salía de su oficina en el centro de Bogotá junto a su mano derecha, Plinio Mendoza, cuando fueron interceptados por Roa Sierra.
El joven apuntó con un arma a Gaitán que empezó a correr de regreso al Hotel Continental, pero fue demasiado tarde; Roa Sierra disparó tres veces contra el líder político impactándole dos en la espalda y una en la cabeza.
Según la secretaria de Gaitán, el joven fue visto en repetidas ocasiones en la oficina del caudillo con el fin de hablar con él. Un especial de Conexión Capital afirma que, según ella, los motivos aparentes por los que Roa Sierra le disparó a Gaitán fue porque este le respondió, ante una petición del joven de un puesto de trabajo: “Yo no doy empleos, pídaselos al Gobierno”.
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No obstante, sobre el caso existen múltiples hipótesis que afirman que Roa no fue el asesino, sino solo una persona que contó con mala suerte y que su verdadero asesino huyó entre el tumulto de personas.
Roa Sierra fue golpeado por las personas que se encontraban en el lugar, y aunque la policía intentó detener a la gente y esconder al joven, esto resultó imposible. Un grupo de lustrabotas en el centro de Bogotá identificaron a Roa y empezaron a gritar “Cojan al asesino”.
El hombre no duró mucho en el lugar porque una turba enardecida lo sacó de allí y lo mató a golpes, patadas y palos, una muerte que los historiadores describen como “muerte de físico dolor”.
Gaitán fue trasladado a la Clínica Central, pero, hacia las 7:45 a.m., falleció. El partido mantuvo en silencio el hecho mientras discutía sobre lo que vendría y el camino a seguir en la contienda política. Pero lo que se vino luego de este momento es uno de los episodios más tristes en la historia de Bogotá y de Colombia.
La ola de violencia se desató en todo el país; las emisoras que podían registrar la información narraban cómo la multitud saqueaba locales comerciales, había disparos, incendios, matanzas y una gran destrucción del mobiliario público.
De acuerdo con el libro Memorias del Olvido del historiador Arturo Alape, la ciudad se sumió en un temor indescriptible, la orden del gobierno era dispararle a “todo lo que se moviera” y se dice que hubo, mal contados, un total de 2.500 muertos en el país.
Estimaciones señalan que al menos 147 casas quedaron destruidas o seriamente dañadas el 9 de abril de 1948.
“La oligarquía no me mata porque sabe que si lo hace, el país se vuelca y las aguas demorarán cincuenta años en regresar a su nivel normal”, dijo Gaitán. Sin embargo, lo que pasó ese 9 de abril de 1948 dejó huellas tan profundas en todo el territorio colombiano que pareciera que Gaitán se hubiese quedado corto al decir que la normalidad tardaría 50 años en volver.