Nación
José Joaquín Silva Ardila y un ciudadano chino, las piezas clave en la investigación por presuntos hechos de corrupción alrededor del Metro de Bogotá
La Fiscalía compulsó copias a la Corte Suprema de Justicia, teniendo en cuenta que entre los salpicados se encuentran la alcaldesa Claudia López y la senadora Angélica Lozano, entre otros.
José Joaquín Silva Ardila, un exempleado del Ministerio de Transporte, y un ciudadano chino referenciado como William o Dong, son las piezas clave del escándalo por los posibles hechos de corrupción en la construcción del Metro de Bogotá que fueron revelados por SEMANA.
El expediente, hasta hoy secreto, da cuenta de unas comprometedoras conversaciones entre estos dos personajes que fueron interceptadas por las autoridades. En ellas, se da cuenta de presuntas irregularidades de corrupción, en medio de la megaobra más importante en la historia de la ciudad.
En las conversaciones se habla del pago de más de 10.000 millones de pesos, de los cuales 6.000 millones habrían ido a la financiación de la campaña de los verdes para el Congreso de la República en 2022. También fueron salpicadas la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, y su esposa, la senadora Angélica Lozano.
La fiscal 135 especializada de Yopal, Lizeth Paola Rodríguez, fue la primera en darse cuenta de los hechos que estaban ocurriendo. Por ello, logró que los jueces permitieran ampliar el campo de interceptaciones en medio de las pesquisas que se adelantaban.
Lo más leído
Bajo este argumento, se pidió la autorización para continuar con la interceptación del teléfono de Silva Ardila y así establecer si existían registros de interés que permitieran la recolección de pruebas. “Que lleven al proceso de judicialización de personas que estarían dentro de las conductas de corrupción y financiamiento ilegal de organizaciones al margen de la ley, como del erario con destinación y apropiación ilegal, dentro de lo que posiblemente serían campañas políticas en el proceso electoral que vive el país”.
“La calidad de jubilado, al parecer del Ministerio de Transporte, le permite adelantar trámites, sacando provecho de los mismos, inclusive para posiblemente adelantar desvío de fondos y recursos públicos dirigidos a fines ilícitos, entre ellos el financiamiento de campañas políticas”, se lee en el documento en poder de SEMANA, en referencia a Silva Ardila.
El otro protagonista principal es el ciudadano chino. Sobre él, la Fiscalía dice en otra pieza del expediente: “Se observa la vinculación e importancia del portador del abonado celular (…) que respondería al nombre de William, posiblemente una persona de descendencia asiática que estaría inmerso en actos de posible corrupción del metro de la ciudad de Bogotá (…) y quien dentro de los registros deja ver su lenguaje con acento de esta zona del mundo y quien presentaría unos intereses para ganar el proceso de contratación ya mencionado”.
En los primeros informes, la Fiscalía identifica al chino como William o Dong. Así lo describe el reporte del investigador, conocido por SEMANA: “Al parecer de origen oriental (posiblemente de China), quien estaría de igual forma inmerso en corrupción respecto del proceso de contratación y ejecución de la construcción del metro para la ciudad de Bogotá”.
Los investigadores de la Fiscalía siguen escuchando y grabando las conversaciones que cada vez se refieren con mayor claridad a la obra del Metro de Bogotá, y evidencian que el chino le hace también consignaciones a Silva Ardila.
Precisamente, en las horas de grabación que tiene la Fiscalía y que están en cadena de custodia, aparece la voz del mencionado chino hablando en mandarín. Es por esto que el análisis de las interceptaciones en la Fiscalía requiere de un experto en ese idioma.
SEMANA contactó a Silva Ardila en el mismo número que reporta el informe de policía judicial. Él, molesto, le dijo a un reportero: “Yo no tengo ni idea de qué me está hablando, no le voy a contestar nada a usted”.
Cuando se le preguntó por el chino William o Dong, respondió: “No tengo nada que ver, menos de algo que pasó hace más de un año (...). No estoy interesado en contestarle nada. Yo puedo hablar por teléfono lo que yo quiera”.
A pesar de que su voz se escucha en las grabaciones hablando de una coima de 6.000 millones de pesos para que una empresa china tenga contratos en el Metro de Bogotá, dijo: “No tengo que ver con política ni con enredos de préstamos ni con 6.000 millones de pesos”.
Asimismo, al ubicar al ciudadano asiático, también en el número celular registrado en la orden de interceptación, el hombre le dijo a este medio: “Llámeme en una hora y media”. Cuando SEMANA intentó contactarlo de nuevo, no volvió a responder.