Bogotá
Joven cuenta cómo se salvó de ser robada, pese a que resultó escopolaminada en TransMilenio
Los hechos ocurrieron en inmediaciones de la estación Calle 45, sector donde comerciantes y habitantes abogan por el incremento de la presencia policial en medio de las obras del Metro de Bogotá y el factor de riesgo que representan los lotes baldíos producto de la etapa de demolición.
Las redes sociales se han convertido en plataformas en las que día a día los usuarios comparten contenidos informativos y de entretenimiento; no obstante, también se han convertido en un medio empleado para elevar denuncias sobre las problemáticas cotidianas o sobre hechos particulares frente a los que se desea desahogarse, e incluso buscar soluciones.
Precisamente, este es el caso de una joven identificada como María Camila Ortiz, quien a través de sus redes sociales, más precisamente su cuenta de Twitter, decidió compartir con sus seguidores una reciente situación de peligro vivida al interior de una estación del sistema masivo de transporte de Bogotá, TransMilenio. Abogó a su vez por una acción contundente de las autoridades y de la misma empresa, para prevenir que otras personas sean víctimas de hechos parecidos.
Según Ortiz, si bien el balance general de lo ocurrido puede ser tomado como positivo, en tanto los delincuentes no lograron su cometido, robarla, sí alcanzaron a hacerle daño, pues según denunció la escopolaminaron.
De acuerdo con la narración de la joven, los hechos tuvieron lugar en lo corrido de la presente semana en inmediaciones de la estación de TransMilenio de la calle 45 con Avenida Caracas, en la localidad de Teusaquillo, una de las más concurridas y peligrosas del sistema.
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De acuerdo con los datos de la misma Secretaría de Seguridad de Bogotá, está caracterizada por la alta afluencia de estudiantes debido a la cercanía de universidades como la Javeriana, Piloto, Católica, Cooperativa, Distrital, Inpahu, Nacional, entre otras.
Según Ortiz, los hechos comenzaron cuando, una vez dentro de la estación, y cuando se encontraba haciendo fila en uno de los vagones sentido sur-norte, sintió que una mujer, a la que la joven se refirió como “una extranjera, veneca”, se acercó demasiado a ella bajo el argumento de que la estaban empujando. Ella se percató de que las intenciones de la otra usuaria eran otras, al evidenciar que “abren el bolsillo de mi chaqueta”.
#escopolamina
— Maca (@Camilaor8) April 19, 2023
Ayer en la estación @TransMilenio de la calle 45 una “extranjera” VENECA se me pega mucho diciendo que la están empujando, siento que abren el bolsillo de mi chaqueta y reacciono alejándome de ella, me doy cuenta que intentaba sacar mi celular
CONTINÚA HILO 🧵
Si bien la joven no denunció el hecho, sí advirtió que decidió tomar algunas prevenciones, al alejarse de ella, denunciando que la mujer “intentaba sacar mi celular”.
“Obviamente, me alteré gritándole”, afirma la tuitera, quien comenta que en el lugar también evidenció que otra situación similar estaba ocurriendo con otro usuario que estaba siendo robado por “otro extranjero”.
Según la denuncia de la joven, en medio de la confusión misma del escenario, “siento que algo cae en mi cara y me comienzo a sentir mareada y con ardor en los ojos. Me asusté y así, desorientada, me subí al primer TransMilenio qué pasó”, afirmando que pensó que era el servicio que le servía para dirigirse al sector de Puente de Guadua.
Sintiéndose mareada, la joven comenta que pidió ayuda al conductor, quien accedió a dejarla en la estación de Flores, ubicada aproximadamente en la calle 67, sobre la misma troncal Caracas, donde finalmente tomó el servicio indicado para llegar a su destino.
No obstante, según la joven, al interior del bus comenzó a evidenciar que sus “manos no respondían” y que “el ardor en la garganta y los ojos no paraban”. Admite que se sintió mareada, con náuseas, pero finalmente logró llegar a su casa.
“No sé cómo pude llegar a mi casa sin desmayarme o perderme”, advirtió la mujer, quien en medio de su malestar, un día después de lo ocurrido, decidió acudir al médico, donde, tras ser examinada, los especialistas le confirmaron que había sido escopolaminada.
“Gracias a Dios no pasó a mayores”, señala la joven, quien reconoce que el desenlace de la historia podría haber sido otro si no hubiese reaccionado de manera oportuna ante la anomalía descrita.
Tras lo ocurrido, y describir que pese a haber sido drogada no sufrió un robo o algún escenario peor, la mujer cuestionó: “¿Dónde está la seguridad de TransMilenio y de Policía de Bogotá? ¿Tenemos que aparecer muertas, violadas, para que nos presten atención?”, enviando una invitación a las autoridades a tomar cartas en el asunto frente a una situación de inseguridad que se va haciendo cada vez más compleja en la capital de la República y en el sistema masivo de transporte.
Gracias a Dios no pasó a mayores, pero si no hubiese reaccionado a tiempo, tal vez no estaría contándoles esto, ahí me pregunto ¿donde está la seguridad de @TransMilenio y de @PoliciaBogota? ¿Tenemos que aparecer muertas, violadas para que nos presten Atencion?
— Maca (@Camilaor8) April 19, 2023
Si bien el problema que mencionó la joven ocurrió dentro de la estación de TransMilenio y se refiere a un problema de seguridad al interior del sistema de transporte, también concuerda con una recurrente crítica de los habitantes del sector de Teusaquillo, quienes han manifestado preocupación por el incremento de los robos en la zona.
Precisamente, vecinos y comerciantes del sector próximo a la calle 45 con Avenida Caracas han elevado su voz para pedirles a las autoridades emprender acciones preventivas, encaminadas a frenar la ola de robos en el sector, refiriendo varios episodios ocurridos en los gastrobares ubicados en el tramo entre la Caracas y el Parkway.
De igual modo, han manifestado preocupación por el factor de inseguridad que recientemente ha representado el avance de las obras del Metro de Bogotá, donde la fase de ‘demolición de predios’ ha dejado importantes zonas sumidas en la oscuridad, representando ello un latente escenario de riesgo.
Vecinos de la zona han afirmado que, si bien ‘eventualmente’ se presentan rondas policiales por la zona, los uniformados deberían hacer presencia permanente en el sector debido a la concurrencia de ella, y a las características particulares ya descritas. Incluso, algunos de ellos han llegado a sugerir la pertinencia de que se pudiera instalar un CAI móvil, refiriendo que, además de los robos, y por la presencia del alto flujo de estudiantes universitarios, la zona también corre el riesgo de convertirse en escenario golpeado por el microtráfico.
En el sector, también han descrito que el riesgo de inseguridad en la zona se ha visto incrementado debido a las frecuentes fallas de energía en los inmuebles y en el sistema de alumbrado público, por lo que hacen también llamados a las empresas de servicios públicos encargadas para que tomen cartas en el asunto.