TECNOLOGÍA
Joven emprendedor enseñará a volar drones a personas con discapacidad auditiva
En Barranquilla, el migrante venezolano José Alejandro Otero dictará un curso gratuito traducido al lenguaje de señas.
La Fundación para la Inclusión Social de las Personas Sordas (Fundisor) y la empresa Maxdrone Colombia, con sede en Barranquilla, realizarán de manera gratuita el curso Introducción al mundo de los drones y al pilotaje remoto, para personas que sufren de pérdida auditiva incapacitante.
José Otero, CEO de la empresa de tecnología dron, explicó que el curso será traducido de manera simultánea al lenguaje de señas, y que su contenido fue diseñado para ser realizado a distancia por personas que no cuentan con drones, ya que toda la instrucción se realiza ‘bajo techo’ empleando un computador.
El joven emprendedor venezolano indicó que los ejercicios prácticos de vuelo se realizan en un simulador empleando un teléfono inteligente como control remoto, lo que a su juicio permite a los participantes dar sus primeros pasos en el mundo de los drones de manera segura, “evitando los accidentes que normalmente suceden en estas primeras etapas de aprendizaje”.
Según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se calcula que 446 millones de personas, es decir, más del 5 % de la población mundial padece esta discapacidad. De ese total, 500.000 personas son colombianas. La OMS estima que una de cada diez personas perderá, a 2050, la audición.
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Para la presidenta de la Fundisor, Surelys Amaya, la realización de este curso busca superar las barreras del lenguaje y potenciar la apertura de nuevos espacios para la formación de los sordos en tecnologías que aumenten sus posibilidades de inclusión social y laboral.
“También estamos estudiando con Maxdrone la posibilidad de que nuestros afiliados puedan acceder, mediante un plan de becas y en lengua de señas a los cursos digitales más avanzados y especializados que ofrece esta empresa, para que ellos puedan continuar con sus capacitaciones en estas nuevas tecnologías”, apuntó Amaya.
El interesado puede realizar gratis la capacitación en la comodidad de su casa accediendo a la página web de MaxDrone Colombia. El curso está dividido en siete lecciones, de las cuales cinco son prácticas. Otero precisó que si una persona se sienta a hacerlo se puede culminar en máximo dos horas, pero lo ideal es que haga un módulo diario, de tal manera que avance en las prácticas y tenga tiempo suficiente para identificar los movimientos del simulador, para lograr una mejor curva de aprendizaje.
“No se necesita tener dron ni experiencia previa, ya que las prácticas se obtienen por el simulador de vuelo, para que se vayan familiarizando con los desplazamientos y movimientos de un dron”, aclaró el joven.
La idea de crear la empresa Maxdrone surgió en Caracas en el año 2013 y llegó a Colombia gracias a José Alejandro Otero y a su padre, quienes se animaron a emprender un proyecto social para capacitar poblaciones vulnerables de la capital del Atlántico en una profesión que cada vez cobra mayor relevancia en el país y el mundo.
La combinación de factores económicos, políticos, sociales y regulatorios adversos diezmaron al naciente sector de la aviación civil remota en el país. Tres años más tarde empezó a cursar sus estudios universitarios en Colombia, al tiempo que la Aeronáutica Civil reglamentaba el uso de drones en el territorio nacional.
“Aprovechando la experiencia que obtuve en Venezuela, decidí emprender en Colombia, esta vez con recursos muy limitados y el apoyo de familiares”, comenta Otero, quien en octubre de 2016, a los 18 años, registró Maxdrone Colombia ante la Cámara de Comercio de Barranquilla. “Empezamos buscando pilotos comerciales y personal con potencial para desarrollar capacidades como piloto”, agrega.
Actualmente desarrollan cursos de impacto social con población vulnerable migrante y afro de Barrio Abajo, y se han dedicado a traducir sus cursos a wayuunaiki para acercar a la población wayúu. “Buscamos potenciar en una etapa temprana el éxito laboral de los jóvenes en su vida futura, mediante el descubrimiento de nuevas pasiones”, precisa Otero.
En plena pandemia, Maxdrone desarrolló el primer plan de drones domiciliarios en el país, con el que buscan entregar insumos médicos a través de drones. El proyecto creará pequeños puentes aéreos desde un punto de distribución hacia clientes seleccionados y un estudio de potenciales rutas para vuelos autónomos con drones multirrotores.
Esta iniciativa fue apoyada por la Universidad de la Costa, Droguerías Habib y Sinergia Logística, y fue elegida en la convocatoria del Programa de Innovación Colaborativa COLInnova - Pactos por la Innovación, impulsado por el Ministerio de Ciencias, Tecnología e Innovación con auspicio de la Cámara de Comercio de Barranquilla.