José Neider Ángulo tiene 16 años y es portero.
José Neider Ángulo tiene 16 años y es portero. | Foto: Cortesía

VALLE DEL CAUCA

Joven promesa del fútbol se debate entre la vida y la muerte por bala perdida en Cali

Con apenas 16 años, José Neider Ángulo tiene una bala alojada en su pecho muy cerca al corazón. Es portero y tiene mucha proyección deportiva para llegar al fútbol profesional.

10 de noviembre de 2020

José Neiber Ángulo estaba en la puerta de su casa cuando se formó el tiroteo. Acompañado de un familiar y un amigo, no alcanzó a correr como ellos. Una de las balas de aquel enfrentamiento armado entre pandillas en el barrio Potrero Grande, oriente de Cali, ingresó por su pecho y se alojó muy cerca del corazón.

Sus familiares lo llevaron rápidamente a un centro asistencial, allí lograron estabilizarlo. José Neiber Ángulo aún tiene la bala en su pecho, fue imposible sacarla con las primeras intervenciones quirúrgicas. Lucha por vivir.

Cali conoció de su caso este lunes a través de redes sociales. El exjugador del América Julián Vásquez posteó la foto de José Neider en su cuenta de Twitter y pidió una cadena de oración. Comentó que el joven hace parte de su academia de fútbol -que lleva el mismo nombre-, tiene 16 años y es portero.

“Este chico nació en el año 2004, es portero y lleva con nosotros (Academia Julián Vásquez) un poquito más de un año. Tiene muchísimas condiciones deportivas y también muchas ganas de salir adelante. Entonces es un niño educado, pendiente de los entrenamientos, rara vez falta y cuando falta es por un caso especial, y es muy comprometido”, le dijo Vásquez a SEMANA.

A pesar de la gravedad de la herida, José Neider es fuerte: “Gracias a Dios ha ido evolucionando bien, está consciente. Ya le están drenando la inflamación. Ya está comiendo y esperamos que en los próximos días le den de alta”, puntualizó Vásquez.

Potrero Grande es uno de los últimos barrios de Cali en el costado suroriental, hace parte de la subregión urbana del Distrito de Aguablanca y tiene unas dinámicas de violencia muy marcadas por la presencia de pequeñas pandillas que se disputan el control del microtráfico y la extorsión.

Líderes de la zona han advertido en múltiples ocasiones el peligro que acecha a los jóvenes por las fronteras invisibles. “Si un muchacho de esta cuadra pasa a esa, lo matan. Así funciona acá”, dicen. Julián Vásquez, por su parte, cree que este fenómeno violento es en todo Cali. Recuerda que hace cuatro meses asesinaron a un joven portero que había pasado por su academia, porque atravesó una de esas fronteras invisibles.

"Son cosas muy duras que estamos viviendo, porque una de las alternativas para transformar vidas es el deporte. Y en realidad, el Gobierno ha abandonado las escuelas deportivas, aquí en Colombia apoyan el deporte, pero cuando ya son élite (...) Pero cuando es para transformar vidas, ahí no hay presencia del Estado.