RELACIONES EXTERIORES
Las distintas lecturas de la gira de Santos
Mientras todos los líderes de Europa le ofrecieron el respaldo al proceso de paz, en el país los opositores minimizan el viaje.
Hace un mes, el pasado diez de octubre, el presidente Juan Manuel Santos reveló que emprendería una gira por las seis capitales más influyentes de Europa. El propósito, dijo entonces, “convencerlos” para crear un fondo entre las naciones de la Unión Europea, y así garantizar recursos para poner en marcha lo que se llegue a acordar con la guerrilla de las FARC en la mesa de diálogo de la Habana. Santos bautizó esta propuesta como una especie de “Plan Marshall” para la paz de Colombia.
Esta semana, Santos adelantó esa gira. La inició en Madrid donde se reunió con el presidente Mariano Rajoy y el rey Felipe de Borbón. En Bruselas, su segunda escala, hizo lo propio con el presidente del parlamento europeo, el diputado socialista Martin Schulz. Luego fue a Berlín donde se entrevistó con la canciller Ángela Merkel. El jueves fue recibido por el presidente Aníbal Cavaco. En París sostuvo un encuentro con su homólogo francés François Hollande. Y cerró la gira en Londres, cuando fue recibido por el viceprimer ministro británico, Nick Clegg.
La gira fue bautizada por el gobierno colombiano como diplomacia para la paz y el postconflicto. Y los resultados, al menos para el presidente, son satisfactorios: el fondo fue creado y los jefes de Estado con los que se reunió se comprometieron a aportar en él.
Aunque muchos esperaban que Santos llegara con una talega de millones de euros (sólo trajo el compromiso de un crédito de Alemania por 100 millones de euros), el presidente colombiano llegó con el apoyo unánime al proceso de paz, tanto de dirigentes de derecha como Rajoy o Merkel, y de izquierda como Hollande.
Para el gobierno, ese respaldo supone un triunfo. Los analistas consideran que el presidente logró blindar el proceso de cara a los sensibles puntos que se vienen. Además, cada uno de los mandatarios tocó un tema que visto desde fuera puede leerse sin apasionamientos. “Dos años para un conflicto no es un largo tiempo para superarlo. Mi consejo es actuar con hincapié”, le dijo Angela Merkel; “Colombia tiene un Ejército grande, bien equipado y entrenado, por los motivos que todos sabemos. Podemos ayudar a su mejora tras el conflicto y contribuir a la paz”, añadió François Hollande.
“Si las FARC y el ELN vuelven a defraudar al pueblo colombiano acabaran siendo un mero remolino de polvo, en la cuneta de la historia”, le dijo el español Mariano Rajoy. Cavaco afirmó –por su parte–, que Portugal apoya de forma inequívoca el esfuerzo que está llevando a cabo el Presidente Santos, “para lograr alcanzar mediante un diálogo el final de una lucha armada que trajo sufrimiento a tantos colombianos”. Y agregó: “Quiero felicitar al Presidente Santos por el valor que viene demostrando, al empeñarse de forma personal en dichas negociaciones”.
Además de todo esto, durante los siete días en cada país que iba el presidente Santos gozó de generosos espacios en las tribunas de los medios de comunicación más importantes. No solo fue entrevistado sino que además obtuvo espacio en sus páginas editoriales para expresar su defensa del proceso de paz.
En todos los escenarios Santos aclaró que su intención no era pedir plata sino de crear las condiciones políticas para ambientar lo que será Colombia en el postconflicto. “Estamos estructurando un abanico de proyectos en las regiones que han sido destruidas y devastadas por el conflicto”, dijo en el Viejo Continente. ¿Cómo se lee esto?, ¿a qué fue? “Solicitarles a los países europeos que nos constituyan un fondo oficial de la Unión Europea, para que en el momento en que se necesite podamos tener ese canal para financiar proyectos de posconflicto”, explicó.
Entre los opositores en Colombia, sin embargo, la lectura es otra. Semana.com consultó a dos de los adversarios ideológicos del gobierno Santos que representan dos orillas diferentes. Jorge Robledo, senador del Polo, y José Obdulio Gaviria, senador del Centro Democrático, quienes hicieron su evaluación de la gira del presidente en Europa.
“Propósitos ocultos”
Robledo considera que el presidente Santos “está en todo sus derecho” de salir por el mundo a explicar el proceso de paz. “Está muy bien que lo explique y si genera respaldos mucho mejor”. Sin embargo cuestiona dos asuntos. Primero, el que llama: “salir con una escobilla a pedir limosna genera una pésima impresión, y el presidente representa la dignidad nacional. Esa actitud de pedir monedas en Europa no es digna”.
Y segundo, el verdadero propósito de la gira de Santos. El senador del Polo cita un artículo publicado por la Dolce Welle en el que se afirma que en el viaje el presidente colombiano Juan Manuel Santos: “no sólo busca apoyo para el proceso de paz con la organización guerrillera de las FARC. También quiere impulsar la cooperación militar con Europa”. La misma publicación señala: “el gobierno alemán confirmó los contactos con la Alianza Atlántica y el ejército del país sudamericano participara en dos misiones europeas”.
Para Robledo: “todo apunta a que mientras avanza el proceso de paz Colombia va a terminar poniendo sus tropas como mercenarias de la OTAN”.
“¿Quién no va a dar apoyo a la paz?”
José Obdulio Gaviria minimiza los resultados de la gira, y lo hace con su particular estilo. “Si va a Portugal a pedir una declaración de respeto por la Virgen María seguro se la dan. O respaldo de valores democráticos al Reino Unido, también. Entonces, si va a pedir que apoyen la paz pues todo el mundo la va a apoyar, si me pide a mi ese apoyo también se lo otorgo”.
El senador Gaviria lanzó críticas en el sentido de que el presidente Santos “no contó la verdad” en Europa del proceso de paz que en su criterio no es otra cosa que el “posicionamiento y fortalecimiento internacional del grupo terrorista FARC”.
Por eso Gaviria anticipa que le propondrá a sus compañeros del Centro Democrático una gira similar para demostrar “cómo Santos engaña a la opinión pública nacional e internacional”.
El senador además califica la gira como “frívola”: “reunido con reyes y príncipes y abandono de los más agobiantes problemas internos”.