Santos: "No vamos a permitir que nadie nos vuelva a robar nuestro derecho a la paz"

El expresidente Juan Manuel Santos fue elegido para dar el discurso de apertura de la XVII Cumbre Mundial de Premios Nobel de la Paz que se celebra en Mérida, capital de Yucatán. En tierra mexicana Santos tomó la vocería en nombre de los demás premios nobel para subrayar la importancia de la “paz de los seres humanos con la naturaleza”, y por supuesto del proceso de paz colombiano que vive momentos tensionantes.

En su breve intervención, Santos recordó que dos años y medio atrás, en febrero de 2017 cuando todavía era presidente, instaló la anterior cumbre de Premios Nobel de la Paz. En ese momento se había acabado de firmar la paz con las Farc y se vivían “momentos emocionantes”, era el fin de un conflicto que dejó 8 millones de víctimas y más de 150.000 muertos.

También coincidía con la entrega de las armas de los 13.000 excombatientes que se acogieron al proceso. “Lo pactado se cumplió. Las armas se entregaron y se fundieron para hacer con ellas tres monumentos a la paz. Más de 13.000 guerrilleros se acogieron, se convirtieron en un partido político y tienen representación en el Congreso nacional. De eso se trata la paz, de cambiar las balas por los votos. Cada vez que esto ocurre la humanidad recupera una parcela de futuro”, aseguró.

Sin embargo, Santos se refirió a los últimos episodios que han dejado un halo de incertidumbre sobre la implementación de la paz: el rearme de algunos excomandantes guerrilleros, como Iván Márquez, Jesús Santrich, El Paisa y Romaña. “Es preocupante, pero no es una catástrofe. La inmensa mayoría de los antiguos combatientes y sus líderes, más del 90 por ciento, están cumpliendo su palabra empeñada y quieren vivir en un país en paz”, agregó.

Esta vez el expresidente no se enfocó tanto en desligitimar las pretenciones políticas de los disidentes de las Farc, como en resaltar que, a su juicio, la paz es irreversible. Así lo reiteró en una entrevista que le concedió a la Deutsche Welle a propósito de su participación en la cumbre. Además, aseguró que “no es sorprendente” que Márquez y Santrich retomaran las armas, porque “estos dos individuos durante todo el tiempo fueron muy difíciles”, y considera que influyó la detención de Marlon Marín, sobrino de Márquez, y del propio Santrich en su proceso por narcotráfico.

Ni en su discurso en la cumbre, ni en la entrevista a la DW, se refirió al Gobierno de Iván Duque, fiel a su promesa de no intervenir en la coyuntura nacional. Solo dijo que “los colombianos no vamos a permitir que nadie, nadie, nos vuelva a robar nuestro derecho a la paz”.

Santos, que también hablaba en nombre de los demás galardonados, lanzó fuertes indirectas tanto al presidente Donald Trump, como a Jair Bolsonaro, por sus decisiones en Brasil. “Hay líderes en diversas partes del planeta que están empeñados en cerrar puertas y dar reversa a logros de décadas”, entre ellos se refirió a los acuerdos de control del armamento nuclear eliminados -esto lo hizo Estados Unidos al abandonar el Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio-. También cuestionó que los migrantes sean “tratados como delincuentes”, y las guerras comerciales que tienen en vilo la economía mundial.

Al finalizar Santos hizo hincapié sobre los incendios que han devastado la Amazonia y sin nombrarlo criticó a Bolsonaro. “Las selvas amazónicas incendiadas ante la mirada permisiva de quienes deberían protegerlas. Debemos alzar nuestra voz y decir al mundo con firmeza y convicción: No vamos a desfallecer en la búsqueda de la paz, la paz de los seres humanos con nuestra naturaleza”, aseguró.

A la cumbre -que se lleva a cabo del 19 al 22 de septiembre- asisten otros galardonados como Rigoberta Menchú de Guatemala; Lech Walesa, de Polonia;  Shirin Ebadi, de Irán; Frederik de Klerk, de Sudáfrica y Jody Williams, de Estados Unidos.