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Julio Sánchez recibió al aire una llamada sorprendente de su amor platónico de niño: “Yo estaba locamente enamorado de usted”, le confesó
“Salíamos cogidos de la mano por la séptima a comer helado”, le dijo Lucía, en una llamada desde España.
Esta mañana los oyentes de La W, escucharon un momento lleno de risas y de nostalgia. En el programa estaban tratando el tema de la crisis del sector energético que puso sobre el tapete la empresa Brookfiel Corporation, dueña de Isagen, en una dura carta al gobierno.
En esas, entró una llamada. Se trataba de una mujer que se identificó como Lucía. “Yo quería conversar con Julio”, dijo. Él contestó de inmediato. “No te conocía la voz, ola”, dijo la mujer emocionada. “Imagínate la dicha, poder llamarte y recordar viejos tiempos”, puntualizó.
El director de la emisora no daba crédito a lo que pasaba y le preguntó de quién se trataba. ¿Es Lucía, con la que fui a cine hace años?, le preguntó con entusiasmo.
Y ella contestó con la misma euforia: “Sí, con la misma que salíamos cogidos de la mano por la séptima a comer helado”. De inmediato el periodista comenzó a hacer muchas preguntas. “¿Lucía, la hija de doña Candelaria? ¿La hermana de Hugo?”. “Sí, la misma”, contestó ella. Lucía contó que su mamá había muerto, pero que había llegado a la venerable edad de 101 años.
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De repente, Julio Sánchez hizo sonar la banda sonora de la película que habían visto juntos. “Acompañame”, se escuchaba en la canción de Rocío Dúrcal.
El periodista contó la historia de ese momento. Él tenía siete años y ella 21. En ese momento, ella estudiaba en la Javeriana sicología y había sido su profesora.
“Yo estaba enamorado de usted”, le dijo sin reparos. Y ella entregó detalles de lo que habían vivido en esos años en que como una estudiante de universidad sacaba a pasear a Julio Sánchez.
“Fuimos a comer helado. Comíamos cono, y nos íbamos a pie al apartamento y luego regresábamos”, le dijo. “Lo que pasa es que nos entendíamos muy bien”, agregó ella.
Pero Julio Sánchez le insistía que no era una simple salida a cine, sino algo que lo había marcado mucho más. “No, doña Lucía, yo estaba locamente enamorado de usted”, le confesó.
“¿Por qué lo nuestro no funcionó?”, le preguntó el periodista entre risas. Y recordó que hubo un momento en el cine que él había atesorado por años. “Yo recuerdo que yo le puse mi mano sobre su mano y usted no se molestó”, le dijo.
“¿Qué me iba a molestar si vivíamos cogidos de la mano?”, le contestó ella entre risas. “Usted no me paró bolas”, agregó él. Después, ella contó que lleva un año en Palma de Mayorca y que pensaba venir a Colombia.
Julio quiso seguir en el pasado y contó más detalles. Por ejemplo, que la heladería que frecuentaban se llamaba San Marcos. “Usted siempre estuvo en mis sueños y en mis mejores recuerdos... Hizo usted con esta llamada mi mañana”, concluyó.