MARCHA

Juntos, como el agua y el aceite: el alcalde Armitage y el senador Alexánder López

En Cali se produjo una de esas imágenes de gran extrañeza en Colombia: dos contradictores políticos dejan a un lado sus diferencias para unirse en un mismo propósito. ¿Quiénes son?

20 de enero de 2019
Durante el plantón por la paz en Cali, fue posible ver unidos en un mismo propósito a dirigentes políticos contradictores. En la imagen se observa al alcalde Maurice Armitage junto al senador del Polo, Alexánder López Maya. | Foto: Cortesía prensa Alcaldía de Cali

La marcha por la paz no produjo una convocatoria multitudinaria en la capital del Valle, pero sí dejó una imagen singular y valiosa: la de dos dirigentes políticos juntos en un mismo propósito, pese a que son de orillas totalmente opuestas y con ideologías divergentes.

Se trata del alcalde de Cali, Maurice Armitage en compañía de su adversario político, el senador del Polo, Alexánder López Maya. El milagro sucedió este domingo 20 de enero en la plaza Caycedo de Cali, donde fue convocado el plantón para protestar por el carro bomba que explotó en la escuela de cadetes General Santander de Bogotá y dejó el saldo trágico de 21 muertos y 68 heridos.

La exótica fotografía fue tomada justo en uno de los instantes en los que aparecen entre otras personalidades locales, el general Hugo Casas, comandante de la Policía Metropolitana de Cali; el alcalde Maurice Armitage y a su lado ondeando una bandera blanca, el senador del Polo, Alexánder López Maya.

Minutos antes de esa imagen inédita el congresistas ya le había contado a este medio por qué acudió a un plantón, que entre otras cosas, fue convocado por el alcalde Armitage. “Para decirle a aquellos generadores de violencia, guerra y terror, que ya no soportamos más hechos como el ocurrido en Bogotá”, explicó el senador.

Su presencia allí no pasa inadvertida porque justamente López Maya es uno de los dirigentes de izquierda más duros contra el empresariado valluno o lo que desde esa corriente ideológica llaman el establecimiento. Y ni hablar de sus posturas críticas frente a todo aquello que represente al uribismo.

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Una de las trincheras políticas de López Maya son los sindicatos de la región. Justamente en la organización sindical de las Empresas Municipales de Cali, Emcali, hizo sus primeros pinitos como dirigente y de allí saltó al Congreso como Representante a la Cámara en 2002 y lleva tres periodos como senador

De las peleas más duras que lidera el senador López Maya contra la administración municipal ha sido justamente por el futuro de Emcali, ya que en varias oportunidades y desde otros gobiernos trataron infructuosamente de privatizar parte de la entidad. Cabe recordar que Emcali es considerada otra alcaldía que se pelea a muerte la clase política, ya que maneja un músculo presupuestal y laboral similar al del municipio.

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El congresista también ha sido vocero de los trabajadores de otro poderoso gremio del Valle: los azucareros. Al igual que las madres comunitarias y cuanto sindicato de trabajadores exista en la región.

Mientras que el alcalde Maurice Armitage llegó a ese cargo justamente como representante de esa clase empresarial con la que tantos roces tiene la izquierda en el departamento. De hecho, Armitage es un reconocido empresario caleño dueño de una fundidora de acero, una cementera y un ingenio azucarero. Es decir, el alcalde y el senador son como el agua y el aceite.

En lo único que coinciden los dos, (López y Armitage) es que ambos creen en la reconciliación como mecanismo para alcanzar la paz. En esa región del país a Armitage lo definen como “un capitalista de corazón socialista” porque tiene el gesto de repartir con sus trabajadores parte de las ganancias de sus empresas.

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Y ante el país Armitage se ganó la fama de perdón y reconciliación porque de su propio bolsillo contrató a un abogado para que defendiera a su mayordomo y lo sacara de prisión, pese a que éste fue el artífice de su segundo secuestro. Y mientras su captor estuvo en una cárcel, Maurice se hizo cargo económicamente de la familia de su propio verdugo. Cuando éste quedó libre, el alcalde le buscó un puesto de trabajo en otra empresa.

Por esa razón, aunque la marcha por la Paz de este domingo en la capital del Valle no produjo concentraciones multitudinarias, sí dejó para la historia departamental una foto que habla de la reconciliación política en una de las zonas del país donde más brechas ideológicas existen entre la izquierda y la derecha.