JUDICIALES
Kassem Mohamad Hijazi: ¿Por qué lo piden en extradición y por qué podría estar tras la muerte del fiscal Pecci?
Las autoridades de Paraguay miran hacia este lavador de dólares pedido por Estados Unidos. Estas son las claves de una de las principales investigaciones del fiscal asesinado en Cartagena.
Después del asesinato de Marcelo Pecci, todos los ojos de las autoridades están puestos en quiénes podrían ser sus verdugos. Lo más obvio: los criminales que por años logró perseguir y encarcelar. En ese universo de casos, que eran muchos, pues se trataba de un funcionario estrella con múltiples victorias contra las mafias, se destaca uno en particular: Kassem Mohamad Hijazi. El brasilero de origen libanés es uno de los investigados por el crimen.
El diario La Nación de Paraguay lo ha puesto en sus primeras páginas. El periódico recuerda que “Marcelo Pecci encabezó el año pasado el procedimiento de aprehensión de uno de los hombres más requeridos por la justicia americana, sindicado de manejar una red de lavado de dinero proveniente de hechos ilícitos con base en Ciudad del Este”.
El fiscal trabajó arduamente en ese expediente y, en agosto del año pasado, logró la captura de este brasileño, de origen libanés, que tenía en jaque al país al liderar una poderosa red de lavado de dólares. Por más de dos décadas, la justicia de Paraguay le había seguido la pista. Y Estados Unidos lo había pedido en extradición.
CNN relató en su momento detalles de ese operativo. Contó como desarrolló de manera impecable en Ciudad del Este, que forma parte de la llamada Triple Frontera, compuesta por Paraguay, Argentina y Brasil. El fiscal Pecci, en diálogo con esa cadena, dijo: “el detenido es un objetivo de alto valor estratégico para Estados Unidos, por eso se están conjugando acciones de cooperación internacional”.
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El perfil criminal del capturado era, como dijo el fiscal Pecci, de “alto valor”. Según contó en su momento La Nación, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos lo tenía en la mira porque había presuntamente creado una red de “empresas de importación y exportación para mover mercaderías de Estados Unidos a través de puertos en Paraguay y venderlos en el país. Las ganancias luego eran trasladadas a través de casas de cambio y bancos en Ciudad del Este a Estados Unidos, China y Hong Kong, entre otras ciudades del mundo”.
El pasado 12 de abril se había ordenado su extradición. “Actualmente, el expediente está en el Tribunal Especializado contra el Crimen y es en medio de esta decisiva instancia que se dio el asesinato del fiscal Pecci, días pasados en una playa de Cartagena”, concluyó el diario.
Las autoridades colombianas no tienen duda de que el asesinato se realizó por cuenta del trabajo de Pecci. La vicefiscal Mancera aseguró que por la forma cómo se produjo el crimen, unas motos acuáticas que llegan a la playa privada donde el fiscal disfrutaba de su luna de miel, se podría descartar que se trate de un crimen producto de la inseguridad de Cartagena.
La alta funcionaria explicó que en este momento se investiga una red internacional tras la muerte del fiscal. “Cuál es la organización criminal, cuáles son los enlaces transnacionales, es decir, esta no es una investigación que está traducida en actividades en Colombia, no, es transnacional. Nos unimos dos policías judiciales con un mismo objetivo”, dijo en rueda de prensa.
El director de la Policía, el general Jorge Vargas, también le apunta a esa tesis. En sus declaraciones ha dicho que este no fue un plan que se elaboró de la noche a la mañana. Por el contrario, dice que es evidente que hubo una articulación y una compleja planeación para llevarlo a cabo. “No estamos hablando aquí de un homicidio común como lo dice el Código Penal. Detrás de esto hay mafias de crimen”, le dijo el general a la directora de SEMANA, Vicky Dávila.
“Estamos hablando de un sistema de crimen transnacional, no quiero hacer comparaciones fuera de lugar; esto fue una alta planeación, probablemente una importante inversión de recursos para lograr ese magnicidio. Vamos a develar ese sistema de crimen transnacional, estamos en un trabajo articulado, esto mismo lo aplicamos en los atentados de Cúcuta, se necesita reserva, pero se van a ver los resultados”, agregó.
Al Ultranza Py, la otra punta que podría explicar el crimen
Un complejo operativo llamado Al Ultranza Py es también objeto de enormes investigaciones. Se trata de otro de los éxitos del fiscal Pecci, quien a comienzos de año logró captura de Miguel Ángel Insfrán, alias Tío Rico, y su hermano, José Insfrán, que hacía las veces de un pastor y que lideraba uno de los clanes más fuertes del narcotráfico en Paraguay.
La operación fue llevada a cabo por el Ministerio Público, la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) en coordinación con la DEA (Drug Enforcement Administration, por sus siglas en inglés), la Policía de la Unión Europea (Europol) y la Dirección General de Represión del Tráfico Ilícito de Drogas (DGRTID) de la policía uruguaya.
Durante el operativo se logró, además, la captura de al menos 25 personas, así como la realización de 12 allanamientos, en los que se decomisaron inmuebles, 20 vehículos, nueve avionetas, embarcaciones y otros bienes pertenecientes a las bandas del crimen organizado, explicó el diario La Nación de Paraguay.
En total, el operativo le significó pérdidas hasta por 250.000 millones de dólares a los narcotraficantes paraguayos.
Los bienes incautados eran utilizados por los narcotraficantes paraguayos para enviar la droga desde Colombia hacia Europa y que, además, tenía un paso clave en Paraguay.
Tras este operativo se presentaron una serie de asesinatos que fueron claves para desenmascarar a otros criminales. Uno de ellos fue la muerte de Fátima Rejala, quien trabajaba como cocinera de uno de los hermanos Insfrán, y que los mismos miembros del clan mandaron a matar por una supuesta colaboración con la policía.
Esto llevó al fiscal a desenmascarar a varios aliados de los hermanos Insfrán, entre ellos algunos supuestos religiosos colombianos, que visitaban la iglesia de José Insfrán y llegaban en aeronaves lujosas, así lo afirmó la prensa paraguaya. Todos esos expedientes son hoy objeto de pesquisas para determinar quién está detrás del macabro crimen del fiscal Pecci.