JUSTICIA

Odebrecht: Otto Bula, la Ruta del Sol y el chef del Ñoño Elías

Semana.com conoció en exclusiva el escrito de acusación de la Fiscalía contra el exsenador cordobés. El ente acusador, por ahora, le da más credibilidad a la versión de los ejecutivos brasileños que a Bula.

2 de abril de 2017
| Foto: Fotomontaje SEMANA

El proceso por cuenta del escándalo de Odebrecht tuvo un silencioso e inesperado giro el viernes pasado. La Fiscalía presentó el escrito de acusación contra tres personas clave del entramado de corrupción: Otto Bula, Gabriel García y Enrique Ghisays.

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De estos, uno de los que más ha aportado a la verdad sobre cómo los sobornos de la compañía brasilera lograron corromper al Estado es Bula. El exsenador fue el primero en prender el ventilador. Sus explosivas declaraciones y el hecho de que al lado de cada afirmación adjuntó chats y documentos pusieron en jaque a numerosos personajes públicos que hoy están en el banquillo, como él.

Semana.com tuvo acceso al documento que presentó la Fiscalía para llevar a juicio al exsenador cordobés. Lo primero que llama la atención es que en el choque de versiones que existen entre Bula y el director de Odebrecht para la Ruta del Sol tramo dos, Eleuberto Martorelli, la justicia parece darle más credibilidad al alto ejecutivo, por ahora.

Al comienzo del escándalo, en enero de este año, Bula parecía ser el responsable de casi la mitad de los sobornos de Odebrecht. De los US$ 11 millones que la compañía confesó ante la justicia de Estados Unidos haber entregado a Colombia, él se había quedado con US$ 4,6 millones.

El escrito relata que ese dinero habría sido girado en 2013 por cuenta de un contrato como “cuota de éxito” por la adjudicación del otrosí Ocaña –Gamarra, obra que fue entregada al concesionario del que hacía parte la firma brasileña. Agrega que Odebrecht entregó 11 millones en coimas, pero logró negocios por 50 millones.

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Con esta misma versión, los directivos de Odebrecht Eleuberto Martorelli y expresidente de la firma en Colombia Luiz Bueno Junior, entregaron una denuncia a la Fiscalía en Colombia. Con ella, se abrió el primer capítulo penal de los sobornos de la constructora brasileña en el país.

Sin embargo, tras su detención, Bula aseguró que dicho contrato había sido una simulación, y que se firmó en realidad en el año 2016 con el fin de que Odebrecht justificara gastos de los que no tenía soportes pero que se habían realizado varios años antes. 

El exsenador le había entregado a la Fiscalía los documentos originales que demostraban que la fecha de creación del contrato no correspondía con la fecha de la firma. En una rueda de prensa, el fiscal Martínez hizo público ese fraude y aseguró que este habría sido cometido por prestigiosos abogados de Bogotá.

En ese escenario, Bula dijo que no había recibido 4.6 millones de dólares, sino solo uno y que se lo habría entregado a Andrés Giraldo en esa famosa reunión en un café en la calle 88 con carrera 15 en Bogotá. Aunque Bula intentó una negociación con la justicia para entregar más información sobre este punto que tiene que ver con la campaña, todo indica que la Fiscalía no apunta a investigar mucho más esa hipótesis, pues eligió la línea de que el dinero sí iba a para la Ruta del Sol. 

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En su escrito de acusación la Fiscalía se la juega por la versión de los directivos de Odebrecht y no por la de Bula. El ente investigador pide que el exsenador sea condenado por los delitos de cohecho por dar y ofrecer, y enriquecimiento ilícito de particulares.

A esta conclusión llegó después de tomar una nueva declaración a Eleuberto Martorelli, verificar la información de la denuncia que los directivos radicaron en Colombia y los soportes de pagos a Bula en la época del contrato.

En la declaración, Martorelli señala que para la época en que se tramitaron los contratos, Bula le aseguró que estaba en condiciones de viabilizar el otrosí a través del cual la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) cedería la construcción, la operación y el mantenimiento del tramo Ocaña – Gamarra sin la necesidad de licitación. En entrevista en la Fiscalía, el 5 de enero del 2017, el abogado de los ejecutivos Yesid Arocha entregó las consignaciones hechas por la compañía a favor de Otto Bula.

“En julio de 2013, Otto Bula, teniendo la información de que la compañía estaba próxima a firmar el otrosí número tres para los estudios y la estructuración de Ocaña-Gamarra, le informó a Martorelli que podría viabilizar otrosí. De manera que la construcción y el mantenimiento de este tramo lo obtuviera la concesionaria, conforme lo permitía el contrato de la concesión de manera directa”, dice la Fiscalía en su escrito.

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Para ese momento –explica en su denuncia Martorelli- él ya estaba en conversaciones con la ANI sobre ese tema. Sin embargo, lo que necesitaba era que fueran incluidas cláusulas fundamentales para la viabilidad del proyecto. Y al respecto, Bula dijo que podía influenciar para acelerar la obtención del otrosí, a cambio del 1% del valor de las obras como prima de éxito.

Según Martorelli, Bula siempre puso de presente sus relaciones políticas con gobernadores, alcaldes y líderes locales. Sostuvo que podía influenciar en forma ilícita a los agentes públicos de la ANI, el Ministerio de Transporte, el Ministerio de Hacienda y el Departamento Nacional de Planeación, en el intento de obtener más rápido el otrosí con las condiciones que viabilizarían el proyecto.

Es así como Martorelli pide a su superior jerárquico Luiz Mameri la autorización para suscribir el contrato, el cual se firmó en los términos descritos el 3 de agosto del 2013.

Al hacer un paralelo entre lo que pidió Martorelli y lo que se firmó en la adjudicación, la Fiscalía concluye que “efectivamente Bula logró su misión”.

Según Martorellí, el encargo a Bula era para:

1. Visitar y hacer lobby a los funcionarios encargados de hacer la adjudicación del otrosí 3 y 6 del contrato Ruta del Sol.
2. Que se incluyeran algunas cláusulas especiales que tenían que ver con el número de peajes, aumentar el valor de los peajes existentes y el anticipo de las vigencias futuras. Para lo cual era necesario viabilizar el proyecto.
3. Que visitaría los ministerios de Transporte, de Hacienda, Planeación Nacional y que iría a la ANI.
4. Que visitaría las comisiones tercera, cuarta y quinta del Congreso presionar los controles políticos.

En comparación, la adjudicación entregada al concesionario quedó en los siguientes términos:

“Condiciones especiales del contrato: a. Autorización por parte del CONFIS y del Minhacienda para trasladar las vigencias del contrato de concesión 001 del 2010, programadas para los años 2024 y 2025, para los años 2016, 2017, 2018. b. Autorización por parte del Ministerio de Hacienda para aprobar la eventual compensación por la no obtención del VPIP2023 y CPIT adicional, en los años 2003, 2028 y 2035, respectivamente. c. Autorización por parte del Mintransporte para el aumento de tarifas de las estaciones de peajes del contrato de concesión 001 del 2010 y expedición de resolución. d. Autorización por parte del Ministerio de Transporte para la expedición de la resolución correspondiente para la ubicación, instalación y cobro de dos nuevas estaciones de peaje en el corredor vial transversal Rio de Oro Aguachica-Gamarra”.

Al analizar el documento de adjudicación del 2014, para la Fiscalía es claro que fueron incorporadas las mismas condiciones que habían sido requeridas por Odebrecht al contratista Bula.

En su denuncia en Colombia, Martorelli aseguró que Bula siguió haciendo visitas periódicas a Odebrecht con el fin de relatar el estado de sus trabajos así como transmitirle la expectativa de que el otrosí sería efectivamente firmado. En dichas reuniones, Bula solicitaba el reporte de las reuniones de trabajo entre la concesionaria y la ANI. “Bula decía que estaban utilizando sus relaciones públicas para influir en la firma del otrosí”, dice Martorelli.

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Pese a que hasta ahora se había dicho que las delaciones de los directivos de Odebrecht en Brasil solo se revelarían en julio, la Fiscalía amplió la declaración de Martorelli el 23 de febrero del 2017, cuando en un interrogatorio el ejecutivo dio detalles de su versión.

“Pese a que por la gestión acordada en el 2013, Odebrecht pagó una suma aproximada de US$ 4,6 millones, Bula nunca estuvo plenamente conforme con la cantidad de dinero que recibía a través de los giros a las cuentas bancarias de las empresas que él entregaba, pues en su opinión, él consideraba que tenía derecho a recibir una suma considerablemente superior”, dijo Martorelli.

Explicó que equivocadamente cobraba una suma por encima de lo pactado, porque él creía que se deberían incluir los conceptos de operación y mantenimiento, el recaudo de peajes, además del valor del tope de las obras, de la cual resultaría un pago por cerca de US$ 10 millones.

Según Martorelli, esta divergencia de criterios y opiniones generaron discusiones con Bula, pues mientras Odebrecht entendía ya haber pagado por sus servicios, él consideraba que se le adeudaba una suma equivalente al doble de lo pagado.

“Dentro de las peticiones de Otto Bula para que se le entregara más dinero del ya pagado por cuenta de su gestión relacionada con el otrosí, él indicaba que estaba siendo presionado reiteradamente, sin decir por quienes”.

En su declaración Martorelli le dice a la Fiscalía que es fácil de verificar cuánto y cuándo le pagaron a Bula, ya que los soportes fueron entregados a por el abogado Arocha. Además, que los soportes entregados de ingresos de Bula demuestran que desde el 5 de noviembre del 2013 hasta el 15 de septiembre del 2016, época en la que se tramitaron los otrosí mencionados y el contrato de navegabilidad del río Magdalena, Bula entró y salió con trato preferencial de las oficinas de Odebrecht. En casi todos los registros, dice la Fiscalía, se reunía directamente con Martorelli.

El chef de ‘Ñoño’ Elías

La Fiscalía también consigna datos relevantes de la participación de congresistas en este entramado. Sobre Bernardo “el ñoño” Elías, la Fiscalía asegura logró establecer la presunta participación del senador. Agrega que este se reunía con frecuencia con Luis Fernando Andrade, presidente de la ANI, que estaba a cargo de firmar los otrosí.

Para la Fiscalía, Ñoño Elías era un “senador muy allegado, amigo, coterráneo desde épocas de infancia del aquí acusado Otto Bula”.

Asegura que Bernardo Elías le llegó a facilitar los encuentros a los dos funcionarios con representantes de la empresa Odebrecht. Subraya que les ponía un chef que se encargara de agasajar a los funcionarios públicos en las reuniones en las que se discutía lo concerniente a la contratación pública para el caso de la adición del contrato.

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“Martorelli refiere claramente que fue quien tramitó los giros que de dineros exigía Bula Bula para pagar a funcionarios regionales y nacionales del estado en aras de lograr sus objetivos”. Esta afirmación de la Fiscalía en el documento de acusación, deja abierta una puerta y es que los detalles sobre quiénes recibieron pagos a través de Bula solo se conocerán en la “etapa procesal correspondiente”.