IMPACTO
Sufre la selva: ¿Por qué el triunfo de Bolsonaro es una mala noticia?
El nuevo presidente de Brasil se llevó el triunfo con el apoyo del poderoso grupo político que se autodenomina Coalición Carne, Biblia y Bala, que defiende la deforestación para abrir paso a la ganadería. La Amazonia colombiana va a sufrir las consecuencias.
En una víctima silenciosa se podría convertir el Amazonas colombiano. Este domingo, la llegada al poder de Jair Bolsonaro se perfila como una de las más dura estocadas que podría recibir la selva. La política antiambiental del presidente electo de Brasil, pone en alto riesgo al bosque más grande del mundo, pues el 60 por ciento de su área se encuentra en territorio brasileño.
"Bolsonaro va a ser como Trump, que considera que todo el tema ambiental es un estorbo", Luz Marina Mantilla.
Este ultraderechista ha dicho que acabará con el activismo ambiental, así como con la demarcación de tierras indígenas, es decir, con las reservas, dejando a las poblaciones aborígenes sin terrenos. Adicionalmente, prometió reducir las penas para los infractores del derecho ambiental, retirar a Brasil del Acuerdo de París y eliminar el Ministerio del Medio Ambiente para convertirlo en una dependencia de la cartera de Agricultura. Para rematar ha señalado que dejaría sin tierras forestales a los nativos brasileños que han habitado el Amazonas durante siglos.
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A este desolador panorama se suma el hecho del paulatino aumento de asesinatos de activistas ambientales en los últimos tiempos. En Brasil, oponerse a un cultivo de palma, a una hidroeléctrica o un proyecto ganadero le puede costar la vida a un ambientalista.
Para Colombia la destrucción de los bosques brasileños sería desastrozo. La selva amazónica es un tesoro de la humanidad. Se trata de más de 7,4 millones de kilómetros cuadrados, una superficie superior a los Estados Unidos que se extiende por Brasil, Perú, Bolivia, Colombia, Venezuela, Guyana, Surinam y Ecuador. De ese grupo de países privilegiados, Brasil tiene la mayor parte (más del 60 por ciento).
En ese universo, viven más de 34 millones de personas, incluyendo 385 grupos indígenas y coexisten miles de especies de animales y plantas que en cierto modo son el equilibrio del planeta tierra. El daño que se pueda vivir en Brasil terminará por afectar todo el bioma amazónico, lo que redundaría en una menor regulación del dióxido de carbono (gas de efecto invernadero causante del calentamiento global), una reducción en la producción de oxígeno y la extinción de la vida que allí se alberga.
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Luz Marina Mantilla, directora general del Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas (Sinchi), cree que la llegada del ultraderechista al poder puede poner a la humanidad en aprietos. "Bolsonaro va a ser como Trump, que considera que todo el tema ambiental es un estorbo. Eso es muy grave porque supongo que su enfoque será el de industrializar, retomando lo que Brasil tuvo que frenar con toda su legislación. Eso sería funesto para el bioma amazónico y para el cambio climático", apuntó.
La directora del Sinchi afirma que si se llegan a cambiar las normas y leyes que hoy tiene el país vecino para el control de la deforestación, habría un gran riesgo de que se incrementara este fenómeno en la selva amazónica nuevamente. "Es necesario hacer ese control a la tala de árboles porque estamos perdiendo especies forestales importantes. Hoy en todo el bioma hemos perdido, al parecer, el 20 por ciento de la selva y si seguimos a este ritmo al año 2050 mucha de la capacidad forestal desaparecerá definitivamente", apuntó.
"Es absolutamente preocupante porque estos gobiernos de derecha solo piensan en el crecimiento económico y no le dan importancia a los bosques, a la selva y al cambio climático".
Mantilla también se mostró preocupada por la pérdida del stock de carbono que podría generarse. "Dentro de todos los servicios ecosistémicos globales que tiene la Amazonia, uno del que poco se habla es el de guardar el stock de carbono para evitar su emisión a la atmósfera. Si perdemos esa capacidad habrá consecuencias importantes para el tema de regulación de clima, agua y el aporte de líquido al planeta", explicó.
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Según la directora se pondrían además en riesgo las especies y lo que se ha podido recuperar de bioma. "Todo cambiaría. El tráfico de fauna va a incrementar, además a Brasil siempre le ha gustado hacer represas y es muy probable que estos temas de infraestructura comiencen de nuevo a moverse muy fuerte en la Amazonia con este nuevo gobierno. El problema es que el resto de países que tienen el otro 40 por ciento del territorio amazónico tomen ejemplo y comiencen a adelantar prácticas extractivistas", afirmó.
Para Martin von Hildebrand, el etnólogo y antropólogo que más conoce estas tierras, los ruralistas, un sector que apoya abiertamente a Bolsonaro y posee un gran poder en el Congreso, ya tendría un buen número de decretos listos para tratar de disolver o reducir áreas protegidas y tan solo está esperando a que este exmilitar asuma el poder para darles trámite. "He leído que él (Bolsonaro) va a abrir el Amazonas al desarrollo industrial, lo cual es grave. Es absolutamente preocupante porque estos gobiernos de derecha solo piensan en el crecimiento económico y no le dan importancia a los bosques, a la selva y al cambio climático", expresó.
El experto aseveró que como Colombia y Brasil comparten buena parte del ecosistema amazónico, cualquier intervención que avale el Gobierno de Brasil en su frontera puede traer consecuencias para Colombia. "Así como los ríos nacen aquí y desembocan allá, allá nace el vapor y llega acá por medio de las nubes, eso quiere decir que toda el agua que baja se devuelve, entonces si comienzan a deforestar eso nos afecta a nosotros por cuenta del ciclo hídrico", dijo.