JUDICIAL
Los piratas que roban en el Pacífico
Una banda asaltaba las embarcaciones que navegan por las costas del Pacífico colombiano y tenían la perversa práctica de arrojar al mar a sus víctimas.
Desde el año pasado los barcos turísticos y de cabotaje que sirven las costas del Pacífico colombiano venían enfrentando un azote más usual en la zona del Cuerno de África que en Suramérica: los piratas del siglo XXI.
Pero los delincuentes marítimos criollos superaron a los somalíes por una razón macabra: en varias ocasiones decidieron arrojar al mar a los pasajeros de las naves que robaban. Las autoridades tienen el dato oficial de un turista muerto en esas acciones y, extraoficialmente, se habla de un pescador desaparecido. Lo cierto es que a la fecha estiman que esa organización criminal asaltó por lo menos 25 barcos de cabotaje que recorrían las costas de Nariño, Cauca, Valle y Chocó, con un botín que se calcula en 10.000 millones de pesos. “El mayor trofeo eran los motores fuera de borda, la carga y los equipos de comunicación de los barcos”, explicó a esta revista un investigador de la Armada que pidió no revelar su nombre.
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El punto más álgido del problema tuvo lugar hace un año, cuando se registraron 15 robos a embarcaciones y se presentó el caso más aberrante: los piratas se hicieron pasar como pasajeros de una lancha turística con 26 ocupantes y luego de robarlos los lanzaron al mar.
La nave había partido del muelle de Buenaventura rumbo a Guapi (Cauca) y cuando llevaban una hora del trayecto los piratas sacaron sus armas e intimidaron a los pasajeros para luego quitarles sus pertenencias. Después los hicieron saltar al mar, sin importarles que entre las víctimas había mujeres y tres niños. Finalmente, todos lograron llegar a la orilla y ser rescatados por pescadores, pero uno de los viajeros, que había recibido un disparo durante el asalto, no sobrevivió.
Pero aún falta por recobrar la tranquilidad de los 10.000 pescadores de la región y de los 200 pasajeros que a diario viajan en las 103 embarcaciones de cabotaje, que navegan por las aguas que infestaron los piratas del Pacífico colombiano.
El asunto produjo tanta alarma que la gobernadora del Valle, Dilian Francisca Toro, hizo un anuncio inusual y ofreció una recompensa de 25 millones de pesos “(…) para quien regale más información a la Armada con respecto a los últimos acontecimientos de robos a barcos de cabotaje en el corredor entre Valle del Cauca, Cauca y algunos de Nariño”, dijo la mandataria en un comunicado oficial.
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La Fuerza Naval del Pacífico (FNP) reaccionó al crear el Grupo de Tarea Litoral con el fin de atrapar a los delincuentes. Con esto aumentaron los patrullajes y se activaron mecanismos de ayuda tecnológica como el rastreo satelital y el uso de un botón de pánico para las embarcaciones. La estrategia pronto dio frutos y ese mismo año capturaron a 14 miembros de la banda, entre ellos los alias Cantil, Nicanor y Larry. Pero el premio gordo reventó esta semana cuando atraparon al considerado jefe de la banda de piratas marítimos: el Cholo.
Se trata de un hombre que “(…) ha delinquido en diferentes grupos criminales en Buenaventura, hasta llegar a ocupar el lugar de cabecilla de los robos en el mar. Así mismo, ha participado en el control y manejo de la ruta del tráfico de marihuana hacia Suramérica y de cocaína hacia Centroamérica”, explicó el coronel Nelson Ahumada, jefe de Estado Mayor de la Brigada de Infantería de Marina n.o 2.
La investigación contra alias el Cholo llevaba varios meses y cayó cuando se transportaba con otras dos personas en una lancha sin nombre y sin matrícula. Su captura se hizo posible gracias a que sobre él recae una investigación por concierto para delinquir y el crimen de un pasajero asesinado en uno de los robos marítimos.
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Fuentes cercanas a la investigación estiman que 30 delincuentes componen la banda, de los cuales 15 ya están tras las rejas luego de una arremetida oficial emprendida el año pasado por el Grupo de Tarea de la Armada. Desde entonces se han recuperado 10 embarcaciones, 15 motores fuera de borda y 50 toneladas de carga y pesca.
Pero aún falta por recobrar la tranquilidad de los 10.000 pescadores de la región y de los 200 pasajeros que a diario viajan en las 103 embarcaciones de cabotaje, que navegan por las aguas que infestaron los piratas del Pacífico colombiano.