Coronavirus
La carrera de supervivencia de dos adultos mayores con covid que quedaron atrapados en los bloqueos de la sabana de Bogotá
A pesar de tener todos los recursos médicos disponibles en Bogotá, una pareja de esposos que requerían atención médica urgente, quedaron atrapados en el municipio de Gachancipá.
Las manifestaciones en el país llevan más de dos meses y no muestran señal de parar. Con ello vienen los bloqueos, un problema atenuante que ha generado un dolor de cabeza no solo para el Gobierno, sino para las personas en grave estado de salud que requieren, de manera urgente, trasladarse de sitio para ser atendidas.
En lo que lleva el paro nacional dos bebés murieron por los bloqueos que se registraron en varias carreteras del país. Asimismo, cientos de personas se han quedado sin comida por la falta de alimentos, y otras no pueden trasladarse por más grave que se encuentren en materia de salud. Este es el caso de un par de esposos de avanzada edad que se contagiaron de covid, quedaron atrapados en medio de un bloqueo y siguen en recuperación luego de escapar de un final trágico.
SEMANA conoció que el lunes 28 de junio Humberto Arbeláez y Yolanda Naranjo de Arbeláez vivieron un verdadero martirio al quedarse represados en medio de un bloqueo mientras se dirigían a la capital para recibir atención médica de carácter urgente, pues sus vidas peligraban.
A pesar de haberse mudado hace un año a Villa de Leyva para vivir tranquilos, lejos de las aglomeraciones y del virus, este último, como siempre, llegó sin avisar. Un pequeño “descuido” sería el causante de que atraparan el virus. “Creemos que se contagiaron el Día del Padre, que fueron a almorzar al aire libre”, le dijo a SEMANA María de la Luz Arbeláez, hija de la pareja. Ellos salían muy de vez en cuando, pero no lograron librarse el mortal virus.
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Apenas los signos de la covid se manifestaron en sus cuerpos, no tuvieron más remedio que viajar a la capital por atención médica. “La realidad es que en Villa de Leyva ya no hay capacidad hospitalaria”, relató María. Yolanda, excomisionada de Televisión, sufre de asma e hipertensión; su esposo, Humberto, fundador de Promec Televisión y decano de periodismo, también sufre de comorbilidades, por lo que el riesgo que corrían era bastante alto.
A las 12 del día de aquel lunes, se subieron en dos carros y tomaron rumbo a Bogotá por recomendación del neumólogo que los estaba tratando. Ellos requerían oxígeno y atención médica continua. Sin embargo, el viaje tardó más de las dos horas y media que habitualmente gastan.
Cuando estaban a la altura de Gachancipá se encontraron con un bloqueo que les impidió el paso por varias horas. Sin poder desviar para ningún lado, la angustia aumentó. “Mis padres tenían saturaciones muy bajas, estaban deshidratados, en muy mal estado. El neumólogo nos dijo que necesitaban urgente oxígeno y como no tenían a la mano un tanque, ni el medicamento, tocó enviarlo por un motorizado”, dijo María de la Luz.
Pero el caos aumentó, pues aquel motorizado tuvo varios inconvenientes para llegar y cuando logró estar cara a cara con el inicio del bloqueo, no hubo poder humano que conmoviera a los manifestantes para que lo dejaran pasar.
En medio de la desesperación, María, que estaba esperándolos en Bogotá, optó por enviar un par de ambulancias para ver si lograban rescatar a sus padres antes de que fuera demasiado tarde. “En el bloqueo se sentían varias ambulancias, pero a ninguna les dejaban paso. Incluso nos enteramos que habían vandalizado una de ellas. No hubo forma de que las ambulancias llegaran”, agregó.
Sin más ases bajo la manga, los familiares de la pareja se encontraban entre la espada y la pared mientras sus padres empeoraban con cada minuto que pasaba. Pero la preocupación disminuyó cuando lograron que un conocido que vivía en la región enviara a un motorizado para que buscara rutas alternas y salir del bloqueo a través de desvíos.
“Lograron encontrar una vía por trocha y pudieron tomar esa ruta para llegar a Bogotá. Llegaron a las 10 de la noche. Fue un milagro que aparecieran esas personas y los sacara de ahí. Apenas llegaron ya teníamos los paramédicos, el oxígeno y medicamentos para ambos”, narra Arbeláez.
Al llegar a la capital, luego de casi medio día en carretera, fueron valorados de urgencia por unos médicos que los asistieron y lograron estabilizar. Todo fue una carrera contrarreloj. La situación de la pareja era aún más grave por las duras condiciones que experimentaron durante el viaje. Sin embargo, hoy permanecen en supervisión y están estables, aunque su estado de salud es delicado.
“Afortunadamente están vacunados, eso es lo que los mantiene vivos todavía. Sin esa vacuna no hubieran tenido ninguna oportunidad por sus comorbilidades”, comenta María, recordando que fueron vacunados con las dosis de Sinovac. Lo más probable es que esa sea la razón por la que siguen con vida.
Este caso no está aislado, muchas personas con comorbilidades padecen la misma situación; incluso muchos no corren con la misma suerte que esta pareja. Para la familia Arbeláez este tipo de situaciones son inhumanas.
“El derecho a la protesta existe, se debe ejercer de manera pacífica, pero el llamado que nosotros hacemos es que se dé prioridad a los medicamentos, a enfermos, ambulancias, alimentos; se podría crear corredores humanitarios funcionales. Realmente es una salvajada dejar a una persona muriéndose en un bloqueo”, concluye María que por un milagro hoy todavía tiene a sus padres con vida.
En medio de las manifestaciones, en varias ocasiones salieron a luz comentarios de que las ambulancias que prestan servicio de salud (en Bogotá) transportaban elementos bélicos, y que, además, los equipos médicos estaban entregando los heridos atendidos durante las manifestaciones a la Policía, para que fueran judicializados. Esos argumentos incendiaron el panorama y fue una de las razones por las que las “primeras líneas” no habilitaran un corredor humanitario.
Lo más grave de la situación, más allá de que deja una imagen negativa de las tripulaciones que ejercen su labor, poniendo en riesgo su vida, es que muchas personas fallecen a raíz de la falta de atención médica profesional.
Doris Marcela Hernández, líder de construcción de Paz de la Cruz Roja, comenta que: “Cuando aparece la misión médica todos los actores dentro de los disturbios deben abrir paso seguro a las ambulancias, independiente de que existan bloqueos: no deben atacarlos, pues son para servicio de todos, independiente de la filiación o política de cada cual. La misión médica es neutral e imparcial”.
El caso de Yolanda y Humberto es uno de muchos que pasa en el país. Los diálogos entre el Gobierno y manifestantes siguen en proceso, pero los bloqueos y algunos hechos vandálicos son constantes y podrían llegar a jugar con la vida de las personas.