DOCUMENTO
La carta de los Rodríguez: el efecto bumerán contra Andrés Pastrana
El expresidente alborotó el avispero al entregar en la Comisión de la Verdad una carta de los jefes del Cartel de Cali del año 2000, que calificó como la prueba reina del proceso 8.000. Ahora los extraditados capos lo desmienten y lo acusan de corrupto.
La semana pasada, la carta que reveló Andrés Pastrana en la que los hermanos Rodríguez Orejuela confirmaban que Samper sí sabía de su financiación en la campaña presidencial, produjo un tsunami en la política. Pero una réplica quizá más fuerte y poderosa se dio la noche de este martes cuando los capos, ahora extraditados y presos en una cárcel en Estados Unidos, enviaron una demoledora misiva contra el expresidente conservador.
“No nos extraña, pero nos sorprende cómo, con la entrega de la carta enviada a usted con nuestro común amigo el doctor Santiago Rojas hace más de 20 años y sus declaraciones ante la Comisión de la Verdad, usted señala y al mismo tiempo pretende posar de víctima de la corrupción, sin incluirse usted mismo en dicha corrupción”, dice el escrito revelado en exclusiva por SEMANA.
En el documento, los hermanos Rodríguez se despachan y acusan al expresidente conservador de “corrupto” y le dicen que van a “recordarle la memoria”. Aseguran que fueron víctimas de un chantaje y que Pastrana les hizo llegar a la cárcel el mensaje de que estaba dispuesto a extraditarlos si no entregaban información que involucrara a Samper en los dineros calientes, que luego se convirtieron en el escándalo del 8.000.
El médico Santiago Rojas textualmente les habría dicho: “El presidente dice que la única solución que él ve posible es que ustedes escriban una carta contando cómo fue el apoyo de ustedes a la campaña de Samper involucrando también a Serpa”. Los hermanos aseguran que entraron en cólera y que se negaron a incluir a Serpa, pues no tenía nada que ver y que ni siquiera ante la amenaza de la extradición estaban dispuestos a mentir. Al final, decidieron hacer la carta, bajo la condición de que esta sería privada, promesa que según ellos Pastrana incumplió en la Comisión de la Verdad la semana pasada.
En la carta también dejan ver que la campaña de Pastrana pudo haber recibido dineros de ellos. O al menos insinúan que están dispuestos a hablar de eso. “Por esta última razón ayudamos en los últimos 50 años del siglo pasado tanto a liberales como a conservadores... Su campaña no podría ser una excepción y de eso (hay) un testigo de excepción”. Advierten que el testigo de esa transacción es Álvaro Pava.
Con esta nueva misiva, Pastrana pasa por primera vez en la historia de acusador a acusado, en el escándalo más fuerte de la política de finales del siglo pasado y cuyas consecuencias aún estremecen al país. Hasta ahora, nadie veía venir que la historia de los narcocasetes del 8.000 tuviera un episodio semejante.
Hace apenas ocho días el tablero estaba del otro lado. “Entrego una carta firmada por los hermanos Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela donde afirman, como usted lo verá, que Samper sí sabía de los ingresos de los dineros del narcotráfico en su campaña”. La explosiva frase del expresidente Andrés Pastrana ante la Comisión de la Verdad puso a Samper contra las cuerdas. El expresidente, sin mayores argumentos sobre el caso, apenas atinó a recordarle a Pastrana que había aparecido en la lista de viajes de un avión de Jeffrey Epstein.
La carta que Pastrana le entregó al padre Francisco de Roux estaba fechada el 12 de junio del año 2000. Allí, los entonces jefes del Cartel de Cali revelan que la narcofinanciación de la campaña de Ernesto Samper a la Presidencia “no fue a sus espaldas”, como él dijo, y lo llaman “cínico”. Aseguran que Samper construyó “un sofisma”. “Que parte no de la verdad, sino del prudente silencio que hemos guardado”, dicen.
Los excapos en esa misiva de hace décadas explican el porqué de su comunicación, enviada al entonces presidente Pastrana, y aseguran que algunos hechos los fueron relevando de su obligación de callar para contribuir “al desarme de los espíritus”. Llama la atención que citan en el documento el brindis con champaña que, según ellos, hicieron el entonces el presidente Samper y su esposa cuando los capturaron.
La carta tiene un impactante final, acompañado de las firmas de Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela, que dice: “Finalmente, señor presidente, queremos manifestarle que no vamos a permitir que nos sigan utilizando para lavar sus culpas, y que no necesitaremos ningún beneficio que alivie nuestra pena; es más, no lo aceptaríamos para, en un momento dado, desenmascarar la urdimbre de mentiras que utilizan algunos ‘abanderados’ de la moral social en sus discursos donde priman los intereses personales sobre el interés nacional”.
De la reveladora carta surgieron varias preguntas. La primera es por qué razón, si Pastrana la recibió en el año 2000, siendo presidente, no la reveló inmediatamente, sino años después en su libro “Memorias olvidadas”. Más extraño aún resulta el hecho de que la carta, a pesar de haber sido publicada allí, prácticamente había pasado desapercibida. Con ella, divulgada a tiempo, quizá se hubiese podido reabrir un proceso que sacudió al país y que terminó hundido en la Comisión de Acusación de la Cámara, a favor de Samper.
Pastrana explicó esa duda esta semana en una entrevista con Vicky Dávila en SEMANA. Aseguró que le había molestado que Ernesto Samper, en su paso por la Comisión de la Verdad, siguió negando que el Cartel de Cali le hubiera financiado su campaña. En su libro, además, Pastrana cuenta que no reveló la carta en su momento, pues él era presidente y no quería abusar de su poder para desde la Casa de Nariño lanzarse contra Samper.
Al final, esa incomodidad histórica le pasó una dura factura. Un tema que estaba casi cerrado revivió con una fuerza inesperada y ahora se devuelve como un bumerán contra Pastrana.
Otros testimonios clave
En entrevista con SEMANA, William Rodríguez Abadía, hijo de Miguel Rodríguez Orejuela, aseguró que con la carta “no pasó nada porque los políticos se protegen entre ellos”.
“Para mí sería muy importante que esta Comisión de la Verdad pudiera citarlos a ellos (a los hermanos Rodríguez Orejuela) y que se aclaren muchas cosas. Si tenemos que hacer un perdón y olvido, pues lo tenemos que hacer y listo, pero es necesario que la gente sepa lo que pasaba y por qué se movían y por qué se hacían estas alianzas”, agregó Rodríguez Abadía. “Eso es claro y no es secreto, financiamos muchas campañas”, aseguró.
Sobre la famosa frase de defensa de Samper, en el sentido de que supuestamente todo fue a sus espaldas, Rodríguez Abadía no ocultó su molestia. “Esa frase me da roncha porque es una mentira absoluta, él sabía (Samper), y volvemos a lo mismo, no lo estoy diciendo yo, lo están diciendo los hermanos Rodríguez Orejuela en una carta firmada por ellos”, dijo. Y dejó sembrada una duda sobre por qué la carta firmada por su papá y su tío no se conoció a tiempo. “Así hayan sido considerados bandidos, son hombres de principios, y cuando dan su palabra, siempre la cumplen. No sé si ese fue uno de los objetivos para mantener este silencio, porque al final ni Samper ni Pastrana fueron los que los extraditaron, a ellos los extraditó fue Uribe y pues para mí nos equivocamos y debimos en algún momento haber contado la verdad”.
“El deber moral de él (Pastrana) como presidente de Colombia era haber presentado la carta tan pronto la recibió ante la Comisión de Acusación de la Cámara. Nunca entendí por qué no la presentó si ese era su deber como presidente de Colombia”, señaló.
Rodríguez Abadía, quien pagó sus delitos ante la justicia de Estados Unidos y vive fuera del país, también habló de supuestos pactos entre Samper y los jefes del Cartel de Cali. “Los compromisos que se adquirieron por parte del gobierno de Samper, que no era la legalización ni que los Rodríguez quedaran libres, era lo que han hecho muchos presidentes: generar un momento y un lugar para lograr un sometimiento de estos hombres a la justicia. Ese era el compromiso, pero desafortunadamente pasó este escándalo del 8.000, se dejaron coger esas grabaciones y yo creo que para mí ese ha sido el peor error que cometió el Cartel de Cali, porque desde ahí ha sido una avalancha en la que cae y cae nieve”, sostuvo.
Además, afirmó que Samper les incumplió. “Samper nunca cumplió y nunca cumple ningún pacto con nadie y eso lo podemos ver con lo que pasó con Medina, con lo que pasó con Botero, la traición a ellos. Yo creo que Samper, como todo político, es así, van dejando cadáveres en el camino. Al final, el fin justifica los medios”, dijo.
Agregó que Samper, supuestamente, a cambio del silencio de los Rodríguez Orejuela, “se comprometió a crear una ley de sometimiento muy favorable para que ellos pudieran someterse y poder volver a recuperar la libertad”. El hijo de Miguel Rodríguez Orejuela dice que no solo Samper sabía de la financiación del Cartel de Cali, sino también otros miembros de la campaña, como Santiago Medina. “Al final, Botero acepta la responsabilidad, tiene que pagar y Samper sale ileso por todas las relaciones de poder que tiene en el país. Claro que todos sabían. Medina viajaba cada semana a Cali a verse con ellos”. El Cartel de Cali, según Rodríguez Abadía, habría girado en total 10 millones de dólares para Samper en las dos vueltas presidenciales.
Sobre por qué Samper no fue condenado por los dineros calientes en su campaña, Rodríguez Abadía señaló: “La justicia no quiso (demostrarlo), las pruebas siempre estuvieron ahí”. “Le aplaudo al expresidente (Pastrana) que tenga el valor, pero hay que contar toda la verdad porque o si no queda a medias, por eso es importante que puedan oír a mi padre y a mi tío. Es vital que ellos cuenten su versión. Yo creo que la Comisión de la Verdad debería hacer el esfuerzo. Solo se oye a una parte, que es la de los expresidentes”, dijo.