NACIÓN
El diálogo imaginario de Uribe con dos estatuas que tiene más de 170.000 reproducciones
El expresidente también habló sobre la seguridad democrática en su curiosa ‘conversación’.
El expresidente Álvaro Uribe es una de las figuras más influyentes de la política colombiana, aún incluso después de más de una década desde que dejó su lugar como primer mandatario de Colombia. Aprovechando las redes sociales, Uribe ha sabido cómo aumentar su popularidad; aunque esta no llegó sola. Así como el también exsenador tiene cientos de adeptos, hay otros más que no pierden oportunidad para criticarlo por las publicaciones que sube a internet, especialmente en Twitter.
Por esto, los internautas no fueron ajenos a las impresiones que dejó un video que subió Uribe a la red “del pájaro azul”, en el que aparece ‘charlando’ con dos estatuas. La Seguridad Democrática y las elecciones de 2022 fueron los temas predilectos en esta ‘conversación’.
“En este diálogo imaginario me contaron el antes y el después de la Seguridad Democrática, y les pediría toda la ayuda”, es el mensaje con el que Uribe acompañó su publicación.
Asimismo, mencionó en la grabación: “La señora y el señor parecen decirme que antes de la seguridad democrática no venían turistas, que gracias a la seguridad democrática llegaron muchos, se reactivó la economía y mejoró sustancialmente el ingreso que todavía llega”.
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Por último, les solicitó a los “abuelos” que apoyaran a sus candidatos para las próximas elecciones legislativas y presidenciales que se desarrollarán en marzo y mayo de este año, respectivamente.
“Quisiera decirles que nos ayuden para que además de sus votos, muchos más colombianos nos ayuden para fortalecer el Centro Democrático”, concluyó.
En este diálogo imaginario me contaron el antes y el después de la Seguridad Democrática, y les pediría toda la ayuda pic.twitter.com/evCtqDWjkh
— Álvaro Uribe Vélez (@AlvaroUribeVel) January 4, 2022
¿Qué fue la Seguridad Democrática?
La Seguridad Democrática, de acuerdo con el Plan Nacional de Desarrollo de 2002-2006, lapso en el que se desarrolló el primer gobierno de Álvaro Uribe, fue “el ejercicio de una autoridad efectiva, que sigue las reglas, contiene y disuade a los violentos y está comprometida con el respeto a los derechos humanos y la protección y promoción de los valores, la pluralidad y las instituciones democráticas”.
En pocas palabras, se trató de la estrategia desarrollada por el Gobierno nacional para intentar restablecer el orden social en el país, iniciando una lucha en contra de los grupos armados, como los paramilitares y las guerrillas.
Así, algunos de los puntos más importantes dentro de este plan de seguridad nacional fueron el “control del territorio y defensa de la soberanía nacional”, así como el “combate al problema de las drogas ilícitas y al crimen organizado”. También se prestó atención a la creación de prácticas que permitieran fortalecer el servicio de la justicia en medio del conflicto armado del país.
Sin embargo, esta política de defensa nacional no siempre es bien vista por todos los grupos sociales en el país, ya que algunos la consideran como una fachada para la vulneración de los derechos humanos, en medio de la búsqueda del triunfo del Estado sobre los grupos insurgentes como las Farc y el ELN.
“En estos años del gobierno de Uribe el país sufrió una fuerte penetración del paramilitarismo en las instituciones del Estado, tales como el extinto Departamento Administrativo de Seguridad, DAS y su escándalo de ‘chuzadas’ a la oposición política, prensa y órganos judiciales”, explicó la fundación Pares por medio de un informe.
En este tiempo también se habló de la llamada ‘parapolítica’, que fue la inclusión de miembros del paramilitarismo al Congreso de la República, y de los mal llamados ‘falsos positivos’ (asesinatos extrajudiciales), una de las polémicas de derechos humanos más grandes en la historia de Colombia.
De acuerdo con algunos soldados del Ejército que hicieron parte de la institución durante la planeación y ejecución de esta iniciativa gubernamental, en conversación con la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), las víctimas eran jóvenes que hacían pasar como guerrilleros dados de baja en conflicto.
Sin embargo, los seguidores de la Seguridad Democrática aseguran que es gracias a esta que el turismo aumentó en los últimos años, así como el transporte de vehículos en las carreteras del país.