Medioambiente
La condena que recibió un hombre pillado talando y quemando dos hectáreas de bosque; el daño ambiental es grave
El sujeto fue descubierto en flagrancia, cuando talaba y quemaba la madera de por lo menos dos hectáreas de bosque secundario.
El 20 de enero del año 2021, en la vereda Caldas, sector Troncal del Hacha de Florencia, Caquetá, se cometió un delito contra los recursos naturales que tuvo graves consecuencias en el medio ambiente y en la fauna y flora de la zona. Maicol Andrés Gómez Carvajal fue detenido por la Policía Nacional luego de ser sorprendido talando y quemando madera en un bosque secundario de la región. Aproximadamente dos hectáreas terminaron afectadas.
A partir de ese momento, se inició una investigación para determinar la responsabilidad del acusado y las consecuencias del daño causado en la zona afectada. La Policía Judicial designada para esta investigación, encabezada por un fiscal especializado de la Seccional Caquetá, logró comprobar que, con la acción desplegada por el hoy condenado, causó un daño crítico en las hectáreas afectadas, debido a la “modificación de los factores naturales del ecosistema y la muerte del recurso agua, suelo, flora y fauna”, entre otras afectaciones.
El impacto ambiental de este tipo de delitos no puede ser subestimado, dijeron las autoridades. La tala de árboles, especialmente en bosques secundarios, tiene graves consecuencias en el medio ambiente, ya que estos bosques albergan una gran cantidad de biodiversidad. Además, la quema de madera tiene un impacto directo en la calidad del aire y en la salud humana.
Después de su judicialización por estos hechos y la respectiva investigación, se dio como resultado la condena, a 4 años y dos meses de prisión, por el delito de daño en los recursos naturales. Esta sentencia busca enviar un mensaje claro sobre la importancia de la protección del medio ambiente.
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Es importante destacar que el daño ambiental causado por este delito no solo afecta a la zona en la que se cometió, sino que tiene consecuencias en el largo plazo para toda la región. Por esta razón, las autoridades le impusieron una multa de 134 SMLMV e interdicción de derechos y funciones públicas por 5 años, además de la pena de prisión.
Cabe explicar qué es un bosque primario y secundario. “Un bosque primario tiene plantas que han crecido de manera natural. Si se depredan, los bosques quedarían en desuso y no habría ecosistema natural, y en su lugar se formaría un bosque secundario de muchísimo menor calidad, con una vegetación secundaria a base de arbustos y algunos árboles”, explica la doctora Ana Sabogal, docente de la sección de Geografía y Medio Ambiente del Departamento de Humanidades de la Pontificia Universidad Católica del Perú.
Alerta de Cormacarena por construcción ilegal
En otros hechos, un grupo de personas armadas, de origen desconocido, es señalada de tomarse un terreno de unas 50 hectáreas aproximadamente en la ribera del río Guatiquía, en Villavicencio. Esta situación ha causado preocupación entre los habitantes de la zona, y ha generado una alarma por parte de Cormacarena, ya que se trata de un área protegida y que está en peligro de contaminación ambiental, debido a las actividades ilegales de construcción que se adelantan en la zona.
Ni las quejas de la comunidad, ni la presencia de la Policía, ni la gestión de Cormacarena, han logrado, al parecer, que se suspendan las actividades por parte de la cuadrilla de obreros, que habrían ingresado ilegalmente por medio de una finca privada.
SEMANA conoció, por medio de una fuente, que José Jairo Riveros Medina dice ser el dueño del predio en el que están construyendo lo que sería una vivienda, en el que realizaron, al parecer, la captación de una fuente hídrica adyacente, en el que instalaron una cerca dentro del cauce del río Guatiquía, y en el que hay un corral para cerdos, cuyos desechos son vertidos sin control en el terreno.
Cormacarena ha realizado dos visitas al terreno. En ellas constató la construcción ilegal y cómo los desechos de los cerdos son esparcidos. Por eso, lanzó una alerta para que no se siga afectando la ribera del río Guatiquía.
La construcción ilegal podría tratarse de una invasión, lo que podría dar paso a un barrio ilegal, por lo que la comunidad cercana a la zona pide la intervención de la Alcaldía de Villavicencio.