Nación
“La construcción de la paz necesita verdad, justicia, reparación y no repetición”: Presidente Duque
En un evento sostenido en la Casa de Nariño, y que contará con invitados internacionales, el gobierno explica la forma en que han implementado lo que denomina “paz con legalidad".
Durante el evento “Dos Años de Paz con Legalidad: Un compromiso con hechos”, el presidente Iván Duque contó cómo se ha llevado a cabo la implementación del acuerdo de paz desde su llegada al gobierno en 2018. Reiterando la importancia de la verdad, justicia, reparación y no repetición, el mandatario esbozó los logros obtenidos en temas como desarrollo en las regiones, cultivos ilícitos, reincorporación y política de tierras.
“La construcción de la paz no tiene ideología, no tiene partido y no puede ser nunca un fundamento electoral para dirigir a nuestra Nación” afirmó Duque. Recordó que durante muchos años, se intentó dividir al país en dos: aquellos partidarios de la paz y quienes estaban en contra. Instó a los líderes políticos a no retomar este tipo de acusaciones ya que los únicos verdaderos enemigos de la paz son todos los que “con las armas han intentado imponer su criterio a la sociedad colombiana”. Afirmó que es imperante que el sentimiento de paz surja a partir de la ausencia de violencia.
También añadió que la búsqueda de paz es una constante, un esfuerzo a largo plazo que incluye mano dura contra de la delincuencia y que por eso tramitó en el Congreso un proyecto de acto legislativo para que el narcotráfico y el secuestro no fueran conexos a los delitos de carácter político. Es decir, que no fueran amnistiables en la justicia transicional. Insistió en la necesidad de sanciones ejemplarizantes para quienes no contribuyan con compromiso y verdad.
“La paz no reposa en una papel, no reposa en galardones, la paz efectiva es el premio que merece nuestra sociedad” aseguró.
Llevar progreso y desarrollo a lo que calificó como “la Colombia profunda” también fue parte de su intervención. La participación ciudadana (más de 200 mil colombianos) en los diferentes planes de desarrollo con enfoque territorial y las reformas al Sistema General de Regalías permitirán, según comentó, “irrigar bienestar” en regiones que históricamente han sido olvidadas y afectadas por cinco décadas de conflicto armado. Esta inversión estatal buscará la equidad y su éxito será medido por el gobierno a través de indicadores y metas, “alejándose del populismo”.
En los últimos 24 meses, más de 4 mil colombianos accedieron al servicio de energía eléctrica y 17 proyectos de electrificación en zonas rurales están avanzando. Igualmente, cerca de 3 mil personas ahora gozan de agua potable en sus hogares y 10.800 jóvenes ahora asisten a la universidad.
En este mismo sentido, Duque mencionó las 800 mil hectáreas que su administración ha incorporado al banco de tierras y que, teniendo en cuenta las 200 mil que recibió por parte del gobierno de Juan Manuel Santos, ya se cuentan en un total de un millón.
El espacio también fue aprovechado por el primer mandatario para tocar temas de coyuntura. Destinó un segmento de sus palabras a lanzar dardos a los antiguos guerrilleros de las Farc que recientemente se han visto en medio de una polémica a causa de sus declaraciones en la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP).
“Que digan la verdad de los secuestros y no con cartas. Que digan en la justicia transicional dónde los hicieron” expresó con vehemencia y pidió que contarán a las familias de las víctimas en qué lugares enterraron los cuerpos de quienes fallecieron en cautiverio. Fue claro en su interés de buscar reparaciones morales, materiales y económicas, las cuales deben obtenerse mediante "los propios bienes de los victimarios”. “Si esto no se consolida, las victimas serán revictimizadas” dijo.
El presidente Duque cerró su discurso señalando la burla al acuerdo que hicieron las disidencias de la guerrilla que jamás se reincorporaron y ahora operan en diferentes zonas del territorio. Fue crítico especialmente con aquella denominada ‘La Nueva Marquetalia’, encabezada por Iván Márquez y Jesús Santrich, y con severidad afirmó que sería “implacable” en la lucha contra estas estructuras.