ENTREVISTA

“La consulta establece mandatos precisos”: Claudia López

La senadora, impulsora de la consulta anticorrupción aprobada por el Congreso, explica su alcance y los pasos que vienen de ahora a su votación.

9 de junio de 2018
"La consulta le apuesta a meter en cintura tres abusos de la clase política que terminan en corrupción masiva. La mermelada, el presupuesto negociado por políticos a espaldas de la ciudadanía, la contratación de ese presupuesto a dedo con pliegos amañados y la arrogancia de los políticos de no tener que rendirle cuentas a la ciudadanía"

SEMANA: El Senado finalmente le dio aval de conveniencia a la consulta anticorrupción. ¿Quiénes votaron sí y quiénes votaron no?

CLAUDIA LÓPEZ: Nadie se atrevió a votar No. Ni siquiera Roy Barreras que hasta último momento descalificó la consulta. Prefirió abstenerse que votar No.

SEMANA: Ahora el presidente tendrá que definir la fecha para que los colombianos puedan ir a las urnas. ¿Cuánto tiempo tiene para convocarla y cuándo debe hacerse?

C.L.: A partir de que el Senado le notifique que le dio el aval, el presidente tiene tres meses para convocarla. Probablemente la votación se hará en septiembre.

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SEMANA: Algunos se refieren a que la consulta tiene más poder simbólico que un impacto real sobre la corrupción, ¿qué cree?

C.L.: Todo lo contrario, la consulta establece mandatos absolutamente precisos. Por ejemplo, acabar la mermelada, que es la negociación por debajo de la mesa del presupuesto, y obligar a gobiernos territoriales y al nacional a hacer audiencias con la ciudadanía para desglosar el presupuesto. También va a acabar los contratos a dedo con pliego sastre por licitaciones competitivas con pliegos tipo,  va a quitar a los corruptos el beneficio de casa o club por cárcel y le va a rebajar a la mitad el salario a los congresistas. Nada de eso es simbólico.

SEMANA: Y en cuanto al efecto simbólico, ¿cómo lo dimensiona?

C.L.: Más que simbólico, el mensaje de la consulta es el poder de la ciudadanía frente al poder de la clase política. Los verdes propusimos esos mismos mandatos durante tres años en el Congreso y siempre  los hundieron. Ahora que volvimos con las mismas propuestas, pero con el respaldo de 5 millones de colombianos, nadie las pudo negar. Eso demuestra que si la ciudadanía se organiza y defiende el voto libre, hasta el Congreso se endereza.

SEMANA: ¿Se podrán votar cada una de las peticiones de la consulta de manera separada? ¿Qué debe pasar el día de las elecciones para que esta sea aprobada?

C.L.: Los ciudadanos recibirán un tarjetón con siete preguntas y la posibilidad de contestar sí o no a cada una de ellas. Se requiere un umbral de participación de mínimo el 33 por ciento del censo electoral (un poco más de 12 millones de votos) y el voto a favor de por lo menos la mitad más uno para que cada uno de los mandatos se vuelva obligatorio. La invitación que hacemos es ¡15 millones de colombianos a votar siete veces sí!

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SEMANA: ¿Cuál es la obligatoriedad de la consulta si llega a ser aprobada?

C.L.: La consulta tiene un doble seguro para su cumplimiento. Si los colombianos cumplimos con los 15 millones de votos de nuestra parte, la ley obliga al Congreso a aprobar las leyes que ordenan sus mandatos en máximo un año. Si no lo hace, el presidente puede y tiene que expedirlos por decreto.

SEMANA: ¿En qué medida la reducción de salarios de los congresistas sirve para disminuir la corrupción? ¿Cómo hacer realidad que los corruptos no vuelvan a contratar con el Estado? ¿Cómo los presupuestos participativos le hacen contrapeso a la mermelada?

C.L.: La consulta le apuesta a meter en cintura tres abusos de la clase política que terminan en corrupción masiva. La mermelada, el presupuesto negociado por políticos a espaldas de la ciudadanía, la contratación de ese presupuesto a dedo con pliegos amañados y la arrogancia de los políticos de no tener que rendirle cuentas a la ciudadanía. La consulta obliga al que quiera ser  político elegido a mostrar su información laboral, legal y financiera y rendir cuentas;  iguala los salarios de los altos funcionarios (hoy los ministros se ganan 25 salarios mínimos y los congresistas y magistrados, 41) y les quita los privilegios judiciales y carcelarios en caso de que cometan actos de corrupción. Además, les quita el monopolio de la negociación del presupuesto y el direccionamiento de la contratación a sus amigos. El conjunto de medidas de la consulta mete en cintura a los políticos.

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SEMANA: El senador Jorge Robledo va a cumplir tres periodos en el Congreso y es un destacado congresista. El representante Germán Navas ha estado en el Congreso desde 1998 y no ha tenido ni un escándalo. ¿En qué medida limitar la permanencia de los parlamentarios durante tres periodos evita la corrupción?

C.L.: Siempre habrá ejemplos como estos, pero son excepciones. Parte de que la política no se pervierta en la defensa de intereses particulares está en que haya renovación del liderazgo político. Que no haya ni mesías ni nadie atornillado. Doce años por corporación pública es más que suficiente.