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Defensoría del Pueblo alerta por crisis en Necoclí
Defensoría del Pueblo alerta por crisis en Necoclí | Foto: Defensoría del Pueblo

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La Defensoría del Pueblo informó que hay 19.000 migrantes, la mayoría haitianos, varados en Necoclí

La entidad advirtió que las empresas de la zona están respetando el cupo de tiquetes marítimos diarios, de acuerdo a los convenido por las cancillerías de Panamá y Colombia.

22 de septiembre de 2021

El defensor del Pueblo, Carlos Camargo, advirtió que en los últimos días se ha venido aumentando el número de migrantes en tránsito que llegan a Necoclí y que se encuentran varados allí ante la imposibilidad de conseguir un tiquete que los lleve pronto hacia la zona del Darién para atravesar la frontera con Panamá.

”En el monitoreo y seguimiento a la crisis migratoria en el municipio de Necoclí (Antioquia) desde la Defensoría del Pueblo hemos podido constatar que se encuentran represados cerca de 19.000 migrantes en este municipio, con destino a Acandí (Chocó), para su tránsito a la frontera con Panamá”, aseguró Carlos Camargo.

El funcionario agregó que las empresas de la zona están respetando el cupo de tiquetes marítimos diarios, de acuerdo a los convenido por las cancillerías de Panamá y Colombia.

”Nuestros funcionarios en terreno han corroborado que las empresas de transporte marítimo Catamaranes y Caribe S.A.S., continúan respetando el cupo de 250 tiquetes diarios cada una, respetando lo establecido en la reunión de las cancillerías de Panamá y Colombia. Estas dos empresas sostienen que a la fecha tienen vendidos, hasta el 13 de octubre, 5.750 tiquetes cada uno, para un total de 11.500″, explicó Camargo.

Sin embargo, hay un número indeterminado de personas que no han podido adquirir sus tiquetes o quienes deciden cruzar el Golfo de Urabá en embarcaciones ilegales, especialmente en horas de la madrugada.

Ante este panorama, la Defensoría del Pueblo reitera el llamado a las autoridades competentes para reforzar sus controles y evitar vulneraciones de los derechos de los migrantes. Por su parte, desde la Regional Urabá Darién, los funcionarios de la Defensoría continúan haciendo monitoreo estricto a esta situación y acompañado a la población migrante en la garantía de sus derechos.

”Dado que se trata de un fenómeno transnacional, en cuatro semanas nos reuniremos con los Defensores del Pueblo de Iberoamérica para buscar mecanismos de cooperación que permitan mejorar la situación de los migrantes en tránsito”, puntualizó el defensor.

Hace un par de semanas también se advirtió de la llegada de cientos de migrantes haitianos desde el sur del continente hasta Ipiales, en Nariño.

A la frontera colombo-ecuatoriana están llegando cientos de ciudadanos de Haití que buscan huir de la crisis sociopolítica y económica que atraviesa uno de los países más pobres de América.

Las autoridades informaron en su momento que durante varios días llegaron de a 600 haitianos a la ciudad, que, de alguna forma, encontraron la manera de avanzar hasta Pasto y de ahí a Medellín, para finalmente alcanzar el Urabá antioqueño, con destino a Panamá.

Defensoría del Pueblo alerta por crisis en Necoclí
Defensoría del Pueblo alerta por crisis en Necoclí | Foto: Defensoría del Pueblo

Según la información suministrada por los mismos migrantes, en su momento pasaron otros 4.000 haitianos, que llegan primero a Brasil, cruzan Perú, Bolivia, Ecuador y atraviesan las más de 46 trochas ilegales que tiene el paso fronterizo a Colombia.

Cabe mencionar que durante los últimos meses, desde que inició esta masiva migración de haitianos, estas personas han denunciado corrupción por parte de funcionarios de fronteras que les quitan el dinero, policías que los paran en el camino y tocan a las mujeres en sus genitales, les quitan el dinero para dejarlos pasar y llegar a la próxima ciudad.

En cada terminal, hablan poco, los llevan hasta los buses indicados, se montan y tratan de ahorrar lo más que pueden. Ahora los llena de impotencia encontrarse el mar, un mar en el que, ya saben –aquí se enteraron–, se han ahogado otros migrantes ante la inmisericorde mirada de los coyotes, capaces de obligarlos a tirarse al océano con maletas cargadas en sus espaldas y botas de caucho que terminan hundiéndolos. Pero todos creen que el paraíso está detrás de la próxima montaña.