polémica
La denuncia de Óscar Iván Zuluaga que pone contra las cuerdas al exfiscal Eduardo Montealegre
SEMANA revela los detalles de un cara a cara, de hace siete años, entre el candidato Óscar Iván Zuluaga y el fiscal Eduardo Montealegre. Zuluaga denuncia un intento de chantaje a cambio de callar denuncias contra el Gobierno Santos. Montealegre lo desmiente. Detalles de la historia.
Era 25 de mayo de 2014 y el país acababa de conocer el resultado de la primera vuelta de las elecciones presidenciales. El candidato del Centro Democrático, Óscar Iván Zuluaga, daba el palo, pues le ganaba a Juan Manuel Santos, quien en ese momento era presidente-candidato. Zuluaga celebraba la apretada victoria con su familia, su círculo más cercano y con su abogado y amigo Jaime Granados. Los teléfonos no paraban de sonar, pero hubo una comunicación, esta vez al celular de Granados, que hoy, siete años después, tiene enfrentados en los estrados judiciales al nuevamente precandidato a la presidencia contra el entonces fiscal general Eduardo Montealegre. El lío judicial, que ya está en manos de la Comisión de Acusación, nació con esta llamada. ¿Qué pasó en esta reunión que reveló Zuluaga en una entrevista con María Isabel Rueda en El Tiempo?
Estaban reunidos en la zona de Chicó, en Bogotá, en la casa paterna de Zuluaga. Hacia las seis de la tarde, apenas unos minutos después de conocer el triunfo, Granados recibió la llamada. Se trataba de su amigo el exmagistrado Rodrigo Escobar Gil. Le dice que quiere contarle algo, que Montealegre se había comunicado con el rector de la Universidad Sergio Arboleda, Rodrigo Noguera, para la posibilidad de un encuentro con el ahora ganador de la primera vuelta.
Granados, aún sin saber lo que se venía, dijo que se trataba de una idea que tenían que analizar con calma. Aprovechó que Zuluaga estaba apenas a unos metros y lo puso al teléfono con Escobar, hablaron muy poco. La cabeza del candidato estaba en el discurso de victoria que daría minutos después, por eso acordaron tratar el tema al día siguiente.
La cita para entender en qué consistía la reunión que solicitaba Montealegre, de quien desconfiaban por las investigaciones y filtraciones que se estaban dando contra Zuluaga y su campaña por el supuesto intento de infiltrar las negociaciones de paz por medio del hacker Andrés Sepúlveda, se dio en la Universidad Sergio Arboleda, en Bogotá, en el despacho privado del rector Rodrigo Noguera. Acudieron Jaime Granados, Rodrigo Escobar Gil y Zuluaga.
Coincidieron, pese a las prevenciones, en que debían asistir. Escobar, por su parte, planteó que era necesario un sitio neutral y ofreció su oficina. Granados, con la experiencia de años en temas jurídicos, advirtió una condición: el candidato no podía ir solo, no se podía pasar por alto que Zuluaga, su hijo David y el asesor espiritual Luis Alfonso Hoyos estaban siendo investigados por el fiscal que ahora proponía la trascendental cita.
La reunión se dio dos días después, el miércoles a las siete de la noche en la oficina de Escobar, en la calle 97 con carrera novena, en el norte de la capital. Decenas de carros blindados y hombres de seguridad custodiaban el lugar, y no era para menos, se iban a ver, cara a cara, el fiscal general y quien podría ser el próximo presidente del país. Los primeros en llegar fueron Montealegre y Rodrigo Noguera, el anfitrión los esperaba. Zuluaga llegó acompañado por Granados, quien no dejó pasar por alto un detalle: había un carro parqueado que seguramente podría grabar el encuentro.
El tema de entrada, que resultaba difícil de evadir, fue el triunfo en la primera vuelta de las elecciones. Montealegre fue incluyendo en la conversación el proceso de paz con las Farc. Se mostraba preocupado. Minutos después, dice Zuluaga, abordó el explosivo tema que hoy los tiene cruzando demandas.
“El presidente Uribe había presentado ante la Procuraduría y otras instancias una denuncia por el ingreso de 12 millones de dólares (...), que se habrían manejado a través de J. J. Rendón, para la campaña de 2010 del expresidente Santos. Esa denuncia fue el motivo de la reunión. Nos pidió (Montealegre) que habláramos con Uribe, que la dejara quieta. A cambio, él haría lo mismo con la denuncia y el allanamiento que ya habían hecho con el tema del hacker. De esa forma se podía avanzar con un debate presidencial y esperar el resultado de la segunda vuelta”, contó Zuluaga en entrevista con Vicky Dávila en SEMANA.
Granados le habría dicho a Montealegre que el expresidente Uribe es incontrolable y que nadie le iba a frenar las denuncias. En conclusión, no fue aceptada la propuesta de pacto de silencio. Pero había un protagonista ausente, del cual, ante la gravedad de lo planteado, advirtió Zuluaga.
“Pregunté, ¿el presidente Santos está enterado de esta reunión? Él (Montealegre) me respondió que sí. Fue la comprobación de que lo que se había destapado antes de la primera vuelta con el asunto del hacker estaba orientado, había sido un montaje para evitar que yo llegara a la presidencia”. El comprometedor señalamiento contra el expresidente Juan Manuel Santos, que ha levantado ampolla en el país, no ha tenido respuesta del exmandatario, quien ha guardado silencio pese a la gravedad de la acusación.
El coletazo llegó. Fueron llamados a interrogatorio Óscar Iván Zuluaga, Jaime Granados y el asesor espiritual Luis Fernando Hoyos, sin embargo vino el golpe más duro para el candidato: apertura de investigación contra su hijo David Zuluaga.
Ahora el precandidato advierte por qué no hizo público ese capítulo tan delicado. “¿Se imagina haciendo denuncia ante un fiscal que fue el promotor de esto y ante un Congreso controlado en su totalidad por Santos? Entendí que jamás iba a tener garantías. Esa Fiscalía nos persiguió, mi hijo tuvo que salir del país desde 2014, Luis Alfonso Hoyos tuvo que buscar asilo. Yo también viajé unos meses porque decían que me iban a meter preso”.
En toda esta trama, ahora con tintes judiciales, el expresidente Juan Manuel Santos, mencionado por Zuluaga, no se ha pronunciado hasta ahora. Aunque la investigación que solicitó el expresidente Uribe por el ingreso de dinero ilegal a la campaña fue cerrada rápidamente, con el tiempo la sombra de Odebrecht ha vuelto a aparecer, esta vez para financiar la campaña 2014, en boca de protagonistas como el exsenador Bernardo ‘el Ñoño’ Elías, quien prendió el ventilador sobre el ingreso de este dinero, pero nada ha pasado.
Montealegre no ha negado el inusual y cuestionado encuentro, sin embargo su versión es diferente. Afirmó, en un video que envió a los medios de comunicación, que la cita se dio por iniciativa del rector Noguera, que la idea era generar un contexto cordial en medio de las elecciones y ofrecer garantías a las investigaciones contra la campaña del Centro Democrático. “Jamás propuse o sugerí suspender la investigación por las falsas denuncias de Uribe sobre ingreso de dinero del narcotráfico a la campaña de Santos. Por el contrario, las impulsé en la Fiscalía y se demostró que faltaba a la verdad, que no tenía evidencias, que él era un testigo falso”.
Montealegre anunció denuncias penales contra Zuluaga por el delito de fraude procesal, también contra Granados. SEMANA lo buscó para tratar de resolver algunas dudas sobre este polémico encuentro, pero afirmó que prefería no hacer declaraciones al respecto.
Sin embargo, quedan dudas difíciles de explicar. ¿Qué hacía el fiscal general en reuniones privadas con un candidato que podía ser el próximo presidente de Colombia? ¿Qué hacía el fiscal general reunido con una persona que estaba investigando? ¿Qué papel desempeñó el presidente-candidato Juan Manuel Santos en este encuentro? ¿Es cierto que Santos le debe su reelección? Preguntas que hoy se hace el país, pero que no deberían recaer sobre alguien que tuvo la investidura de fiscal general de la nación. Sin embargo, como dice el precandidato Zuluaga, “nunca es tarde para conocer la verdad”. n