POLÍTICA

La derrota de Gustavo Bolívar en la Vicepresidencia del Congreso confirma las incurables divisiones entre la oposición

La derrota generó divisiones en el Partido Verde, reflejó el desgaste del senador Gustavo Bolívar y aleja aún más la posible unión de la centroizquierda e izquierda de cara al 2022.

21 de julio de 2021
La derrota de Gustavo Bolívar marcó distanciamientos entre la oposición
La derrota de Gustavo Bolívar marcó distanciamientos entre la oposición | Foto: REVISTA SEMANA

El senador Gustavo Bolívar -uno de los congresistas más votados después de Álvaro Uribe y Antanas Mockus-, terminó derrotado internamente este 20 de julio cuando los partidos progresistas lo postularon como primer vicepresidente del senado. Le ganó el voto en blanco, un hecho histórico que el dirigente calificó como una jugadita de algunos integrantes del Partido Verde, otro de los partidos de oposición y con quien su movimiento, la Colombia Humana, viene sosteniendo duras críticas y disputas en las últimas semanas.

Bolívar aseguró que la jugadita la protagonizaron los senadores Angélica Lozano y Antonio Sanguino, aunque ellos lo niegan. Lo cierto, es que el nombre de Bolívar- uno de los promotores de elementos para los jóvenes de la primera línea, y un defensor agudo del petrismo-, no gustó entre sus propios compañeros que terminaron derrotándolo en las urnas.

SEMANA conoció que desde 2018 la oposición acordó que en el primer año del legislativo la vicepresidenta del senado era para el Partido Verde, y desde luego Angélica Lozano resultó elegida. El turno, en el nuevo año, correspondió al Polo Democrático y Alexander López, fue el escogido. El año anterior, Sandra Ramírez, del Partido Comunes, ocupó el lugar y este año, según lo pactado, la designación era para la Colombia Humana. No obstante, el compromiso, aparentemente, se incumplió y terminó desnudando las fisuras, cada vez más profundas, al interior de la oposición.

Ante la derrota de Bolívar, el Partido Verde -quien ya había ocupado la vicepresidencia- postuló a Iván Name, también de su partido. Y él resultó victorioso, un hecho que algunos integrantes de la oposición han contemplado en demandarlo ante el Consejo de Estado porque según el Artículo 18 del Estatuto de Oposición “la organización política que hubiese ocupado ese lugar en las mesas directivas no podrá volver a ocuparlo hasta tanto no lo hagan las demás declaradas en oposición, salvo que por unanimidad así lo decidan”.

Jugadita o no, la imposición del voto en blanco por encima de Gustavo Bolívar, dejó varias lecturas. La primera, la fractura interna, cada vez más grande, entre la centroizquierda e izquierda radical que, sin duda, repercutirá en las elecciones de 2022. Y aunque, aún existen dirigentes tratando de tender puentes y buscar un acercamiento entre Gustavo Petro y la alcaldesa Claudia López, es casi imposible un acercamiento. Recordemos que el jefe de la Colombia Humana ha sido radical frente a sus críticas contra la mandataria, la ha desmentido y ha asegurado que su gobierno es similar al del exalcalde Enrique Peñalosa. Ella, por su parte, no ha ahorrado calificativos para señalarlo como responsable de las acciones delincuenciales de la primera línea, responsables de los más grandes desmanes de las últimas semanas en Bogotá.

La derrota de Bolívar también generó grietas internas en el Partido Verde, especialmente entre el ala radical, cercana al petrismo. El congresista Inti Asprilla- por ejemplo- calificó de indigna la elección de Iván Name, de su propio partido, como vicepresidente del Senado. Y se mostró solidario con Gustavo Bolívar, de la Colombia Humana.

De otro lado, la congresista Katherine Miranda, aseguró que no todo vale, y el Verde actuó mal. “No hay excusas para justificar esta bajeza. Al Verde no le correspondía asumir la segunda vicepresidencia, ya la había ocupado con Angélica Lozano y la ley es clara”, determinó la congresista.

Iván Marulanda, precandidato presidencial del Partido Verde, explicó en su red social Twitter que se apartó de la decisión de elegir a Iván Name. “El veto a Gustavo Bolívar no es expresión democrática. Dado este hecho, les correspondía postular a otro candidato, no al Partido Verde. Es la norma y el correcto proceder. Me retiré para no participar en algo con lo que no estaba de acuerdo”, argumentó.

Lo ocurrido también desnuda el desgaste de Gustavo Bolívar, un senador que llegó al Capitolio con más de 115.000 votos, pero hoy se ha convertido en epicentro de fuertes críticas por su apoyo a la primera línea, sus posiciones extremas, radicales, que, incluso, algunos integrantes de la Colombia Humana consideran le hace daño a Gustavo Petro. Por esto, entre otras cosas, sus propios compañeros del senado le habrían pasado una cuenta de cobro alta, que sin duda pasó a la historia del Congreso.